miércoles, 5 de diciembre de 2018

SABER Y HACER


"Si sabéis estas cosas, bienaventurados sois si las hiciereis." -Jesús.
(Juan, 13:17)

Entre saber y hacer existe una gran diferencia.
Casi todos saben, pero pocos lo hacen.
De un modo general, todas las denominaciones religiosas solamente enseñan lo
que constituye el bien. Todas poseen asistentes, creyentes y propagandistas;
pero los apóstoles de cada una escasean cada vez más.
Hay siempre voces habilitadas para indicar los caminos: es la palabra de los que
saben.
Mas son raras las criaturas que caminan valerosamente por esas veredas, muchas
veces en silencio, abandonadas e incomprendidas: es el esfuerzo supremo
de los que hacen.
Jesús comprendió la indecisión de los hijos de la Tierra y, transmitiéndoles la
palabra de la verdad y de la vida, dio el ejemplo máximo, a través de sacrificios
culminantes.
La existencia de una teoría elevada implica la necesidad de experiencia y de trabajo.
Si la acción edificante fuese innecesaria, la más humilde tesis del bien dejaría
de existir por inútil.
Juan registró la lección del Maestro con sabiduría. Demuestra el versículo que
solamente los que concretizan las enseñanzas del Señor pueden ser bienaventurados.
Ahí reside, en el campo del servicio cristiano, la diferencia entre la cultura
y la práctica, entre saber y hacer.

1 comentario:

  1. Cuando solo nos quedamos en el saber, es nuestro orgullo quien hace un cese al hacer por que sabe que al permitirlo sufriria un cambio (transmutación) a virtud y ésto lo ve como una muerte y no lo desea y luchará siempres por existir.

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