jueves, 27 de noviembre de 2014

MIEDO Y MEDIUMNIDAD

MIEDO Y MEDIUMNIDAD

— Me gustan las reuniones espíritas, pero tengo miedo
de concurrir a ellas...
— Tengo mediumnidad, mas no me atrevo. . .

— Creo racionalmente en el Mundo de los Espíritus,

Sin embargo no puedo concebir que un Espíritu se me aparezca de improviso...
Es común oír manifestaciones como éstas, pero es preciso señalar, además, que
ellas son la expresión de un muy reducido número de hermanos que dicen con
franqueza lo que piensan.
¡Cuántos médiums se apartan en silencio del trabajo edificante al que fueron
llamados y de quienes sólo los Amigos de la Espiritualidad conocen que el motivo de su
deserción es el miedo inconfesado y entorpecedor que anida en sus corazones!
¡Sí!, uno de los muchos tipos de medianeros frustrados en el intercambio
espiritual que escapan hasta ahora a toda clasificación, es el del médium miedoso,
meticuloso.
Las personas impresionables casi siempre revelan una espontánea susceptibilidad e
incluyen naturalmente al miedo como uno de los agentes principales de su sensibilización
mediúmnica. Conturbadas por algún hecho o conversación oída, lectura o referencia que
lesionó su emotividad, tienen un terror pánico al ejercicio de las facultades psíquicas, sin
que ninguna razón medie para ello.
Certifiquémonos que el miedo es una especie de atadura invisible que frena a
legiones de trabajadores eficientes, alejándolos del servicio. El temor, — muchas veces
originado en la edad infantil — es preciso que lo sepamos curar con la medicación del
amor fraternal y el esclarecimiento lógico, sin perder de vista que la actividad mediúmnica
es una manifestación de Espíritu a Espíritu, al igual que los hechos más corrientes de la
vida terrestre.
¡Médium: Si el miedo es tu problema individual en lo que respecta al ejercicio de
tu facultad, bríndate, para la mejoría a la que aspiras, a la consolidación de tu fe racíocinada!
La coherencia con los principios que abrazamos nos enseña que la persona de fe
verdadera nada teme, excepto a sí misma, atenta, como vive, frente a sus flaquezas
personales. En razón de ello, es correcto recelar sólo de uno en lo relacionado a los
sentimientos que aún no conseguimos disciplinar.
Si no te amedrentas en tu condición de intérprete entre personas que hablan
un distinto idioma, ¿por qué temer cuando asumes la tarea de medianero entre seres
de esferas diferentes que solicitan tu cooperación mediúmnica?
¿Por qué motivo te asustas delante de los desencarnados que son, en
esencia, personalidades iguales a ti?
Los Espíritus benévolos y esclarecidos son mentores iluminados que merecen
nuestro aprecio; y los Espíritus dolientes y desdichados tampoco deben ser temidos, por
cuanto ellos son necesitados que precisan de nuestro amor.
Miedo es inexperiencia.
Corrígete a través de la labor mediúmnica raciocinando con el Evangelio vivo y
perseverando en la tarea fraternal.
En los quehaceres doctrinarios en los que se realiza el contacto puro con
las Esferas Superiores todos los hermanos contribuyen con sus buenos
pensamientos, y la protección espiritual se consigue con las oraciones sinceras,
siendo por ello el templo espírita el local en el que ninguna persona debe temer
cosa alguna, por cuanto en él se encuentra la fuente para su mismo consuelo y
sustentación.
No te sientas incapaz de dominar el miedo cuando te encuentres frente a las tareas
del reino del alma. Rechaza cualquier recelo infundado manteniéndote en la tranquilidad
de la confianza, en la luz de la fe, en la lectura constructiva y en la meditación edificante, y
al hacer tu parte en la supresión de semejante fantasma íntimo, reconocerás que los
benefactores de la Vida Mayor te harán descubrir en la producción mediúmnica el áureo
camino de la verdad y el portal sublime del amor.
ANDRÉ LUIZ

OBREROS DE LA ULTIMA HORA CAPITULO XX Item 4.
4. ¿Oís ya rugir la tempestad que debe acabar con el viejo mundo y sumergir en
la nada las iniquidades terrestres? ¡Ah! bendecid al Señor, vosotros que habéis puesto
vuestra fe en su soberana justicia y como nuevos apóstoles de la creencia revelada por
las voces proféticas superiores, id a predicar el dogma nuevo de la reencarnación y de
la elevación de los espíritus, según cumplieron bien o mal su misión y soportado sus
pruebas terrestres.
¡No tembléis ya! Las lenguas de fuego están sobre vuestras cabezas.
¡Verdaderos adeptos del Espiritismo, vosotros sois los elegidos del Señor! Id y predicad
la palabra divina. Ha llegado la hora en que debéis sacrificar, para su propagación,
vuestras costum bres, vuestros trabajos y vuestras ocupaciones fútiles. Id y predicad. Los espíritus de lo alto, están con vosotros. Ciertamente hablaréis a personas que no querrán escuchar la voz de Dios, porque esta voz les recuerda sin cesar la abnegación; vosotros predicaréis el desinterés a los avaros, la abstinencia a los viciosos y la mansedumbre a los tiranos domésticos y a los déspotas, palabras perdidas, ya lo sé; pero ¡qué importa! es preciso rociar con vuestros sudores el terreno que debéis sembrar, porque no fructificará y no
producirá sino con los esfuerzos reiterados del azadón y del arado evangélico. Id y
predicad.
Sí, todos vosotros, hombres de buena fe, que creéis en vuestra inferioridad mirando los mundos diseminados por el infinito, marchad en cruzada contra la injusticia
y la iniquidad. Id y destruid ese culto del becerro de oro que cada día se hace más
invasor. Marchad, Dios os conduce. Hombres sencillos e ignorantes, vuestras lenguas se
desatarán y hablaréis como no habla ningún orador. Id y predicad, y las poblaciones
atentas recogerán felices vuestras palabras de consuelo, de fraternidad, de esperanza y
de paz.
¡Qué importan los tropiezos que se opondrán a vuestro paso! Sólo los lobos caerán en la trampa del lobo, porque el pastor sabrá defender sus ovejas contra los carniceros sacrificadores.
Id, hombres grandes ante Dios, que más felices que Santo Tomás, creéis sin poder ver y aceptáis los hechos de la mediumnidad, aun cuando vosotros no la hayáis
podido obtener de vosotros mismos; id, el espíritu de Dios os conduce.
Marcha, pues, adelante, falange impotente por tu fe, y los numerosos batallones de incrédulos desaparecerán ante ti como la niebla de la mañana a los primeros rayos del sol naciente.
La fe es la virtud que levantará las montañas, os dijo Jesús, pero más pesadas que las más escarpadas montañas están en el corazón de los hombres la impureza y todos los vicios de ella. Marchad, pues,Oh con valor para levantar esa montaña de iniquidades que las generaciones futuras nodeben conocer sino por la leyenda, como vosotros no conocéis tampoco sino muy imperfectamente el período de los tiempos anteriores a la civilización pagana.
Sí, los cataclismos morales y filosóficos van a estallar en todas las partes del
globo; la hora se acerca y la luz divina aparecerá sobre los dos mundos.
Id, pues, y llevad la palabra divina: a los grandes que la desdeñarán, a los sabios
que pedirán pruebas, a los pequeños y a los sencillos que la aceptarán, porque sobre
todo entre estos mártires del trabajo, en esta expiación terrestre, encontraréis el favor y
la fe. Id, éstos recibirán con cánticos de acción de gracias, cantando las alabanzas de
Dios, el consuelo santo que les llevaréis, y se inclinarán dándole gracias por la parte que
les corresponde de sus miserias terrestres.
¡Que vuestra falange se arme, pues, de resolución y de valor! ¡A la obra! El arado está preparado; la tierra espera, es preciso trabajar.
Id y dad gracias a Dios por la tarea gloriosa que os ha confiado, pero pensad que
entre los llamados al Espiritismo, muchos se han estacionado; mirad, pues, vuestro
camino, y seguid la senda de la verdad. Si muchos de los llamados al Espiritismo se han estacionado, ¿cómo conoceremos a los que están en el buen camino? - R. Los reconoceréis en los principios de verdadera caridad que profesarán y practicarán: los reconoceréis en el número de afligidos que habrán consolado; los reconoceréis en su amor hacia el prójimo, por su abnegación, por su desinterés personal; los reconoceréis, en fin, en el triunfo de sus principios, porque Dios quiere el triunfo de su ley; los que siguen su ley son sus elegidos y él les dará la victoria, pero destruirá a los que falsean el espíritu de esa ley y hacen de ella su comodín para satisfacer su vanidad y su ambición. (Erasto, ángel guardián del médium. París, 1863).


viernes, 21 de noviembre de 2014

LOS NUEVOS SAMARITANOS

Cap. XV - Item 2  (E.S.E.)

2. Y se levantó un doctor de la ley, y le dijo por tentarle: Maestro, ¿qué haré para poseer la vida eterna? - Y él le dijo: ¿En la ley, qué has escrito? ¿Cómo lees? El respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios de todo corazón, y de toda tu alma, y de toda tus fuerzas, y de todo su entendimiento, y a tu prójimo como a tí
mismo. - Y le dijo: Bien has respondido, haz eso y vivirás. Mas él, queriéndose justificar a si mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?
Y Jesús, tomando la palabra, dijo: Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y dió en manos de unos ladrones; los cuales le despojaron: y después de haberlo herido le dejaron medio muerto y se fueron. - Aconteció, pues, que pasaba por el mismo camino un sacerdote, y cuando le vió, pasó de largo. - Y así mismo un levita, llegando cerca de aquel lugar y viéndole pasó también de largo. - Mas un samaritano que iba por su camino, se llegó cerca de él, y cuando le vió, se movió a compasión. - Y acercándose le vendó las heridas, echando en ellas aceite y vino, y poniéndolo sobre su bestia, lo llevó a una venta, y tuvo cuidado de el. - Y otro día sacó dos denarios y los dió al mesonero y le dijo: Cuídamele: y cuanto gastares de más yo te lo daré cuando vuelva. ¿Cuál de estos tres te parece que fué el prójimo de aquel que dió en manos
de los ladrones? - Aquél, respondió el doctor, que usó con él de misericordia. Pues vé, le dijo entonces, Jesús, y haz tú lo mismo. (San Lucas, cap. X, v. de 25 a 37)

LOS NUEVOS SAMARITANOS
 
¿Quién no ha caído aun en los abismos del error?
¿Quién todavía no se vio forzado a levantarse después de muchas caídas?
Tañe las cuerdas del corazón y esparce la indulgencia, mediante el servicio a los compañeros que azote de la prueba flagela y castiga.
Los hay por todas partes:
El enfermo recluido en el manicomio, que espira a medida que la liz declina en el crepúsculo de su existencia…
La muchacha accidentada cutos ojos debilitados vuelve a filtrar el azul del cielo…
El joven que ostenta salid que desborda de su cuerpo, mientras la irreflexión arrastra su alma hacia los antros del vicio…
La mujer que reúne al mismo tiempo la ternura de mil madres, cuando abraza a su pequeño hijo amado y enfermo que desfallece sin fuerzas para llorar…
El hombre de paso inseguro que se acierta cansado sobre los paseos o bancos de la via publica, que trata de conciliar el sueño de la máxima desventura…
El agricultor, prisionero de viejos dolores que hace varios meses no se cambia de vestimenta de la intensa lucha…
La dama elegante y hermosa cuyo corazón está repleto de equivocaciones, dentro de un pecho engalanado de joyas…
El ebrio de mirada sin brillo y labios blanquecinos, que se dirige hacia el sepulcro, tambaleándose por los sollozos de sus hijos librados a la ignorancia y la necesidad…
La anciana de piel marchita que todavía trata de coser los harapos de viejos sueños…
El infeliz sentenciado cuyo único consuelo consiste en escuchar el concierto de las aves sobre el tejado de la cárcel…
Porque edifican el bien sin alardes, en el sublime anonimato del amor fraterno, los espiritas pueden y deben ser los nuevos samaritanos, en la vida de hoy.
Aunque humildes e insignificantes, pero convencidos de que gozamos de la Eternidad, en la cual desde ahora podemos vivir felices, sigamos a Jesús, el Excelso Timonel, para acompañar ña marcha gloriosa de esfuerzo y lucha en la que porfían incansablemente nuestros benefactores abnegados: los Espíritus Buenos.

Euripídes Barsanulfo

jueves, 20 de noviembre de 2014

BIENAVENTURADOS LOS LIMPIOS DE CORAZON.

E.S.E.Capitulo VIII Item 1-4
1. Bienaventurados los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios. (SanMateo, cap. V, v. 8).
2. Y le presentaban unos niños para que los tocase. Mas los discípulos
reñían a los que les presentaban. - Y cuando los vió Jesús, lo llevó muy a mal, y les dijo: "Dejad a los niños venir a mí", y no se lo estorbeis, porque de los tales es el reino de Dios. - En verdad os digo que el que no recibiera el reino de Dios como niño, no entrará en él. - Y abrazándolos y poniendo sobre ellos las manos, losbendecía. (San Mateo, cap. X, v. de 13 a 16).
3. La pureza de corazón es inseparable de la sencillez y de la humildad, y excluye todo pensamiento de egoísmo y orgullo; por esto Jesús toma la infancia como emblema de esa pureza, como la tomó también por el de la humildad.
Esta comparación podría no ser justa si se considera que el espíritu del niño puede ser muy viejo, y que trae, naciendo otra vez a la vida corporal, las imperfecciones de que no se ha despojado en las existencias precedentes; sólo un espíritu llegado a la perfección podría dársenos como tipo de la verdadera pureza. Mas es exacta desde el punto de vista de la vida presente; porque el niño, no habiendo podido aún manifestar ninguna tendencia perversa, nos ofrece la imagen de la inocencia y del candor: así es que Jesús no dice de un modo absoluto que el reino de Dios "es para ellos", sino "para aquellos que se les parecen".
4. Puesto que el espíritu del niño ha vivido ya, ¿por qué desde el nacimiento no se manifiesta tal cual es? Todo es sabio en las obras de Dios. El niño necesita cuidados delicados que sólo la ternura de una madre puede prodigarle, y esa ternura aumenta con la debilidad y la ingenuidad del niño. Para una madre, su hijo es siempre un ángel, y así debía ser para cautivar su solicitud; no hubiera podido abandonarse a su cariño si en vez de la gracia sencilla hubiese encontrado bajo las facciones infantiles, un carácter viril y las ideas de un adulto, y menos aún si hubiese conocido su pasado.
Por otra parte, era preciso que la actividad del principio inteligente fuese proporcionada a la debilidad del cuerpo, porque no hubiera podido resistir a una actividad demasiado grande del espíritu, como se ve en los niños muy precoces. Por esto, desde que se aproxima la encarnación, el espíritu, entrando en turbación, pierde poco a poco la conciencia de sí mismo, y por espacio de cierto período, está en una especie de
sueño, durante el cual todas sus facultades se hallan en estado latente. Este estado transitorio es necesario para dar al espíritu un nuevo punto de partida, y hacerle olvidar, en su nueva existencia terrestre, las cosas que hubieran podido estorbarle. Su pasado, sin embargo, reacciona sobre él y renace a más amplía vida, más fuerte, moral e intelectualmente, sostenido y secundado por la intuición que conserva de la experiencia adquirida.
Desde su nacimiento, sus ideas vuelven a tomar gradualmente su vuelo a medida que se desarrollan sus órganos, pudiendo decirse que durante los primeros años, el espíritu es verdaderamente niño, porque las ideas que forman el fondo de su carácter están aún embotadas. Durante el tiempo en que sus instintos dormitan, es más flexible, y por lo mismo más accesible a las impresiones que puedan modificar su naturaleza y hacerle progresar, y es más dócil al cuidado de los padres.

El espíritu reviste, pues, por una temporada el ropaje de inocencia, y Jesús dice la verdad cuando, a pesar de la interioridad del alma, toma al niño por emblema de la pureza y de la sencillez.
exitosos en la conquista de los dones espirituales todas las criaturas en cuyos corazones sólo prosperan sentimientos superiores, pues fácil se les tornará la caminada hacia Dios. Y prosigue el Divino Maestro en sus enseñanzas, cuya grandeza muchos de nosotros no tenemos, por el momento, condición de entender, llamando la atención hacia la responsabilidad de los individuos en la conquista de la propia felicidad — “A cada uno según sus obras”.

MOMENTOS DE SALUD.

Hermanos amigos del blog los invitamos a esta degustacion a proposito de que hoy se celebra el dia del Psicologo. Igualmente al otro lado en las paginas encontrara el tema con el que homenajeamos tambien el dia del filosofo que tambien recibe un homenaje en su dia. 
Un abrazo a todos.
El Administrador
 Momentos de salud.
La conquista de la salud integral es la meta ambicionada por la criatura humana.
Conseguir la armonía entre el equilibrio orgánico, el emocional y el psíquico, en un
cuadro general de bienestar, constituye un gran desafío para la inteligencia humana que,
desde hace milenios, recurre a las mas variadas y complejas experiencias, que han dado
por resultado admirables y valiosas conquistas.
Gracias a esa labor específica, aliadas a otras de la ciencia apoyada en la tecnología, en
lo que respecta al medio ambiente y a los factores destructivos de la vida humana
alcanza hoy los más elevados índices de longevidad de todos los tiempos.
El hombre ha conseguido eliminar de la Tierra enfermedades que el pasado diezmaban
pueblos enteros, con la permanente amenaza de extinción del género humano.
La precisión en el diagnóstico y el uso de sofisticados aparatos están logrando el milagro
de detectar graves enfermedades antes de su calamitosa manifestación, o durante su
inicio, junto a terapéuticas avanzadas que prolongan la existencia carnal, disminuye los
dolores y preservan los órganos, aunque se encuentren afectados.
Por cierto, nuevas enfermedades surgen y toman cuenta de los paisajes humanos, a pesar
de ser estudiadas y combatidas sin tregua.
Instintivamente, el ser procura evitar el sufrimiento o liberarse de él valiéndose de todos
los recursos imaginables.
El temor al desgaste, al dolor y a la muerte se presenta insito en todos, bajo el comando
de la necesidad de preservar la vida, lo cual es una bendición que evita al máximo los
actos de desesperación extrema que derivan en el suicidio, ese nefasto enemigo de la
trayectoria evolutiva del espíritu.
A causa de la inferioridad humana, los factores de perturbación y desorden subsisten en
el área de la salud, desarrollando enfermedades desgarradoras.
A medida que la criatura se autodescubre y se autopenetra con los equipamientos del
amor, constata que la salud es una conquista interior que se refleja en el cuerpo como
resultado de la armonía íntima.
Felizmente, la ciencia médica amplia su elenco conceptual en torno a la salud y la
enfermedad, y recurre a otras disciplinas que contribuyen con eficacia al bienestar de los
seres.
Las modernas comprobaciones de la Psicosomática demuestran que los fenómenos
patológicos, tanto del sector psíquico como del emocional, se transfieren fácilmente
hacia el orgánico, y preparan el campo para la aparición de enfermedades de variada
génesis. Una vez perturbado el equilibrio energético de sustentación de las células, los
factores inmunológicos se alteran bajo el bombardeo de descargas mentales destructivas,
dando lugar a la instalación y el desarrollo de los agentes mortíferos que producen la
degeneración del organismo.
Por esa razón, se hace imprescindible establecer una era de nueva conciencia de la
responsabilidad, a fin de que, lúcido y equilibrado, el individuo defina los paradigmas de
una conducta moral y mental armoniosas, para la adquisición del valioso patrimonio de
la salud.
Jesús, en todo el Evangelio, exalta la armonía moral y emocional de la criatura frente a
la Vida, como factor esencial para su salvación: el estado de salud integral.
Psicoterapeuta fuera de lo común, propuso el autoexamen a modo de receta para la
adquisición de la paz, como consecuencia de las propuestas del amor a Dios por sobre
todas las cosas y al prójimo como a si mismo.
Síntesis de inigualable sabiduría, el amor es la clave para el enigma salud-enfermedad.
Con posterioridad, actualizando el pensamiento del Maestro, Allan Kardec estableció en
la Caridad la terapia para la paz y el modelo de aplicación apropiada para el amor.
En la actualidad, diversas ciencias concuerdan con esos programas, especialmente las
Psicologías Transpersonal, Transaccional y Creativa, que invitan al autoencuentro, a la
liberación de los residuos mentales y morales, a la conquista del ego y la plenitud del
self, del yo espiritual eterno en su inevitable proceso de crecimiento.
Con el deseo de participar de ese bendito esfuerzo desarrollado por los sacerdotes del
área de la salud, presentamos al querido lector esta modesta contribución que, aunque
sin innovar, pretende tender un puente entre las excelentes contribuciones del
conocimiento tecnológico y las enseñanzas sabias de Jesús y Allan Kardec, para
disminuir el abismo entre la Ciencia en sí misma y la Religión, a fin de que avancen
unidas en beneficio de las criaturas y de la sociedad, que marchan en busca de un
mañana feliz.
Esperamos que estos momentos de salud sean el pórtico para la conquista de la salud
integral, y nos sentimos compensados por el placer de participar en la obra del Señor
como servidores menores y devotos.
Salvador, 22 de octubre de 1992
Juana de Angelis.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

EN RIGOR

En rigor  

Cap. I – Ítem 7 E.S.E.

No penséis que he venido a abrogar la ley o los profetas: no he venido a
abrogarlos, sino a darles cumplimiento; porque en verdad os digo, que hasta que
pase el cielo y la tierra, no pasará de la ley ni un punto, ni un tilde, sin que todo
sea cumplido. (San Mateo, cap. V, v. 17 y 18).

7. Así como Cristo dijo: "No vengo a destruir la ley, sino a cumplirla", el Espiritismo dice también: "No vengo a destruir la ley cristiana, sino a cumplir-la". No enseña nada contrario a lo que enseñó Cristo, pero desarrolla, completa y explica, en términos claros para todo el mundo, lo que se dijo bajo la forma alegórica; viene a cumplir en los tiempos predichos lo que Cristo anunció, y a preparar el cumplimiento de las cosas futuras. Es, pues, obra de Cristo, que el mismo preside, así como a la regeneración que se opera y prepara el reino de Dios en la tierra como igualmente lo anunció.


Espíritu Santo – falange de los Emisarios de la Providencia que supervisa los movimientos importantes de la humanidad, tanto en la Tierra como en el Ámbito Espiritual.

Reino de Dios – estado de sublimación del alma, que ella misma ha creado a través de las encarnaciones incesantes.

Cielo – esferas espirituales santificadas donde residen los Espíritus Superiores que irradian desde su seno la atmósfera de paz y felicidad.

Milagro – designación de hechos naturales cuyo mecanismo familiar a la Ley Divina todavía se encuentra vedado al entendimiento fragmentario de la criatura humana.

Misterio – parte ignorada de las Normas Universales a la que paulatinamente identifica y comprende el espíritu humano. Sobrenatural – definición de fenómenos que todavía no están incorporados a los dominios de lo habitual.
 
Santo – atributo aplicado a determinadas personas que aparentemente han cumplido en la Tierra con su deber. 

Tentación – posición personal de cautiverio interno, en relación con vicios instintivos a los que todavía no conseguimos superar por nosotros mismos.
 
Día del juicio – oportunidad ubicada entre dos períodos de la existencia del alma, que se refieren a la siembra de acciones y a la renovación de la conducta individual.
 
Salvación – liberación y preservación del espíritu contra el peligro de males mayores en su propio camino, a fin de que se confíe a la construcción de su felicidad, dentro de los dominios
del bien y en camino hacia niveles más elevados de evolución.

El Espiritismo tiene como misión fundamental entre los hombres, la reforma interior de cada uno, porque proporciona explicaciones al porqué de los destinos, razón por la cual restablece
y corrige muchos de los conceptos usuales, a fin de que se haga la luz en las conciencias y el consuelo en los corazones. Del mismo modo que Jesús no vino a destruir la Ley, sino a cumplirla, la Doctrina Espírita no vino a desmentir las enseñanzas del Señor, sino a desarrollarlas, completarlas y explicarlas .

martes, 18 de noviembre de 2014

EL MAESTRO Y EL APOSTOL


E Cap. 1 – Item  7

 Yo no he venido a destruir la ley
Las tres revelaciones: Moisés; Cristo; el Espiritismo. - Alianza de la ciencia y de la
religión. - Instrucciones de los espíritus: La nueva era.
1. No penséis que he venido a abrogar la ley o los profetas: no he venido a
abrogarlos, sino a darles cumplimiento; porque en verdad os digo, que hasta que
pase el cielo y la tierra, no pasará de la ley ni un punto, ni un tilde, sin que todo
sea cumplido. (San Mateo, cap. V, v. 17 y 18).

E.S.E. CAP  ITEM 7

Así como Cristo dijo: "No vengo a destruir la ley, sino a cumplirla", el
Espiritismo dice también: "No vengo a destruir la ley cristiana, sino a cumplir-la". No
enseña nada contrario a lo que enseñó Cristo, pero desarrolla, completa y explica, en
términos claros para todo el mundo, lo que se dijo bajo la forma alegórica; viene a
cumplir en los tiempos predichos lo que Cristo anunció, y a preparar el cumplimiento de
las cosas futuras. Es, pues, obra de Cristo, que el mismo preside, así como a la
regeneración que se opera y prepara el reino de Dios en la tierra como igualmente lo
anunció.e

El Maestro y el Apostol.

Luminosa es la coherencia entre el Cristo y el Apóstol que restauró su palabra.
Jesús, el Maestro.
Kardec, el Profesor.
Jesús se refiere a Dios, relacionando a la fe sin las obras.
Kardec habla de Dios, ligando a las obras con la fe.
Jesús es combatido, desde la primera hora del Evangelio, por los que se
esconden en las sombras.
Kardec es impugnado, desde el primer día del Espiritismo, por los que huyen
de la luz.
Jesús camina sin convenciones.
Kardec actúa sin preconceptos.
Jesús exige coraje en las acciones.
Kardec reclama independencia mental.
Jesús invita al amor.
Kardec impulsa a la caridad.
Jesús consuela a la multitud.
Kardec esclarece al pueblo.
Jesús despierta el sentimiento.
Kardec ilumina la razón.
Jesús construye.
Kardec consolida.

Jesús revela.
Kardec amplía.
Jesús propone.
Kardec expone.
Jesús lanza las bases del Cristianismo entre fenómenos mediúmnicos.
Kardec recibe los principios de la Doctrina Espírita a través de la mediumnidad.
Jesús afirma que es preciso nacer de nuevo.
Kardec explica la reencarnación.
Jesús se refiere a otras moradas.
Kardec hace mención de otros mundos habitados.
Jesús anuncia que la verdad emancipará al hombre, enseña que la justicia divina da
a cada uno según sus propias obras y anuncia que el Creador será adorado en la Tierra en
espíritu.
Kardec esculpe en las conciencias las leyes del Universo.
En resumen, frente al acceso a los más altos valores de la vida, Jesús y Kardec
están perfectamente conjugados por la Sabiduría Divina.
Jesús es la puerta.
Kardec es la llave.
 
Emmanuel

lunes, 17 de noviembre de 2014

EXAMINAD


“Si alguno viene a vosotros y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa”.

II Juan 10.

 

Es razonable que nadie impida al prójimo hablar lo que mejor le parezca; pero, es justo, que el oyente, sólo retenga lo que reconozca útil y mejor. En todos los sectores de la actividad terrestre y en el curso de todas las tareas diarias, se aproximan hermanos que vienen a vosotros, trayendo sus mensajes personales.

Ese es portador de invitación a la insumisión, aquel otro es un vaso de quejas enfermizas.

Es indispensable que la casa terrestre no se abra a los fantasmas.

¿Tocan a la puerta?

La prudencia aconseja vigilancia.

El corazón es un recinto sagrado, donde no se deben amontonar residuos inútiles.

Es imprescindible examinar las solicitudes que avanzan.

Si el mensajero no trae las características de Jesús, conviene negarle guarida, de carácter absoluto, en la casa íntima, proporcionándole, sin embargo, algo de las preciosas bendiciones que conseguimos recoger, en nuestro beneficio, en el sector de las utilidades esenciales.

Innumerables curiosos que se aproximan a los discípulos sinceros nada poseen, más allá de la presunción de buenos habladores. Son, casi siempre, grandes necesitados bajo la vestidura falaz de la teoría. Sin herirlos, ni escandalizarlos, es justo que el aprendiz devoto de Jesús les prodigue algún motivo de reflexión seria. De ese modo, los que creen conducir un estandarte de supuesta redención pasan a conducir consigo el mensaje del bien, verdaderamente salvador.

El problema no es informarnos si alguien está hablando en nombre del Señor; ante todo, importa saber si el portador posee algo de Cristo para dar.

domingo, 16 de noviembre de 2014

LA RAZON ES MÁS UTIL, SI HAY AMOR.


Amarás a tu prójimo como a ti mismo. (Mateo, 22:39)

“Amar al prójimo como a sí mismo; hacer por los otros lo que quisiéramos que los otros hiciesen por nosotros”, es la expresión más completa de la caridad, porque resume todos los deberes del hombre para con el prójimo. Al respecto, no se puede tener una guía más segura que tomar como medida de lo que debemos hacer a los otros, aquello que deseamos para nosotros mismos. ESE, Cap XI, Ítem 4.

La ley del amor sustituye la personalidad por la fusión de los seres; aniquila las miserias sociales. ¡Feliz aquel que, elevándose sobre su condición humana, ama con amplio amor a sus hermanos en sufrimiento! ¡Feliz aquel que ama, porque no conoce la miseria del alma ni la del cuerpo; sus pies son livianos, y vive como transportado fuera de sí mismo! Cuando Jesús pronunció esa divina palabra: “amor”, se estremecieron los pueblos, y los mártires, embriagados de esperanza, descendieron a la arena del circo.

El amor resume toda la doctrina de Jesús, porque es el sentimiento por excelencia, y los sentimientos son los instintos elevados a la altura del progreso realizado.

Cuando comprendáis la ley de amor que une a todos los seres, buscaréis en ella los sutiles goces del alma, que son el preludio de la dicha celestial. ESE, Cap XI, Ítem 8.

Para practicar la ley de amor tal como Dios la entiende, es preciso que lleguéis poco a poco a amar a todos vuestros hermanos, indistintamente. La tarea será prolongada y difícil, pero se cumplirá. Dios así lo quiere, y la ley de amor constituye el primero y más importante precepto de vuestra nueva doctrina, porque un día ella habrá de matar al egoísmo, sea cual fuere el aspecto con que se presente. ESE, Cap XI, Ítem 9.

Los efectos de la ley de amor son el mejoramiento moral de la raza humana y la felicidad durante la vida terrenal. Los más rebeldes, al igual que los más viciosos, habrán de reformarse cuando vean los beneficios producidos por la puesta en práctica de esta máxima: “No hagáis a los otros lo que no quisierais que ellos os hiciesen”; hacedles, por el contrario, todo el bien que podáis. ESE, Cap XI, Ítem 9.

No creáis en la esterilidad ni en la dureza del corazón humano. Este, a pesar suyo, cede al amor verdadero, que es un imán al que no se puede resistir. El contacto de ese amor vivifica y fecunda los gérmenes de esa virtud, que se encuentra en vuestro corazón en estado latente. La Tierra, morada de pruebas y de exilio, será entonces purificada por ese fuego sagrado, y en ella se practicará la caridad, la humildad, la paciencia, la devoción, la abnegación, la resignación, el sacrificio y las demás virtudes hijas del amor. ESE, Cap XI, Ítem 9.

Amados hermanos, aprovechad esas lecciones. Su práctica es difícil, pero el alma extrae de ellas un bien inmenso. Creedme, haced el esfuerzo sublime que os pido: “Amaos”. ESE, Cap XI, Ítem 9.

***

Acostumbrado a las contiendas devastadoras y a las competencias primitivas en una vida de juegos y astucias, el hombre se va adormeciendo al permitirse caer en la insensibilidad, en la cual, juzgando erróneamente, ve garantizada la frialdad necesaria para mantenerse en la lucha con la sangre fría que precisa para tornarse un vencedor.

Por ese motivo, encontramos en Jesús la indagación directa y verdadera que nos hace meditar.

“Pues, ¿Qué aprovecharía el hombre, si ganase el mundo entero y perdiese su alma? (Mateo, 16:26).

Así, cuando se hace necesario permitir al hombre el reencuentro con su realidad noble y divina, no es a los recursos de la razón que el Universo recurre para llevarlo a tal estadio. Muchas veces la razón es como la tela de araña: revela el arácnido y también sirve para ocultarlo. El raciocinio es el maravilloso mecanismo de comprensión por medio del cual el hombre se yergue de la condición primitiva e irresponsable para los pródromos de la humanidad y responsabilidad. No obstante, muchas veces es en él que los hombres se ocultan para negar o dudar de sus propias percepciones y no creer en lo que está siendo revelado a la razón.

Por eso, como el hombre, muchas veces, utiliza el raciocinio para tornarse escéptico para preservar su comodidad o su conveniencia, la sabiduría del Universo se vale de los recursos que pueden penetrar lo más íntimo de sus sentimientos y reconducirlo a la noción real, la de un frágil espíritu en evolución. No sobre la base de discursos y piezas literarias dirigidas al raciocinio que tales procesos se fundamentan, pues abrirían una frontera de discusión y análisis que más que auxiliar perturbaría al ser humano.

El tocar los sentimientos es como una suave melodía, como un bisturí amoroso, como cincel suave, es capaz de ablandar el peso del martillo que se va imponiendo a la dureza de los raciocinios. Y, sin sentirse violentado por un argumento más fuerte del que su orgullo sería capaz de aceptar, por una razón superior a la suya, que el hombre casi siempre juzga que no existe, la emoción es despertada por las arias angelicales, desbastando la insensatez del estilo de vida que los hombres eligieron para sí y tocando la profundidad de su interior, donde reside la convicción de la Superioridad de Dios.

Como por arte de magia, despiertan emociones archivadas en lo más íntimo de las almas y, por un milagro silencioso, muchas veces abren el dique de lágrimas tercamente defendido por un ser humano orgullos de su autodominio, que acaba por entregarse a la emoción silenciosa y abre los vertederos por donde fluirá la hiel acumulada en las decepciones de la vida.

Eso propicia una limpieza profunda y una purificación del alma que. Muchas veces, el más inspirado de los discursos no podrá conseguir realizar, si se limita apenas a las frases de efecto y discurso destinado al raciocinio.

Es en el Amor verdadero por los desdichados de la vida que encontrares la clave que esclarecerá todos los enigmas de la existencia humana, porque en cada sufridor podréis encontrar las marcas de las propias culpas, o el peso de las propias deudas que son la señal de vuestro escalafón evolutivo.


Lucius (con una pequeña adaptación por parte del editor)

viernes, 14 de noviembre de 2014

DESTINO DE LA TIERRA-CAUSA DE LAS MISERIAS HUMANAS

No se turbe vuestro corazón. - Creéis en Dios, creed también en mi. -
"En la casa de mi padre hay muchas moradas". Si así no fuera, yo os lo hubiera
dicho: Pues voy a aparejaros el lugar. - Y si me fuere, y os aparejare lugar, vendré
otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que en donde yo estoy estéis también
vosotros. (San Juan, cap. XIV, v. 1, 2, 3).
 E.S.E. Cap III Item 6-12
6. Nos maravillamos de encontrar en la tierra tanta maldad y malas pasiones,
tantas miserias y enfermedades de todas clases, y de esto sacamos en consecuencia que
la especie humana es lina triste cosa. Este juicio proviene del punto de vista limitado en
que nos colocamos y que da una fslsa idea del conjunto. Es menester considerar que en
la tierra no se ve toda la humanidad, sino una pequeña fracción de ella. En efecto, la
especie humana comprende todos los seres dotados de razón que pueblan los
innumerables mundos del universo; así, pues, ¿ qué es la población de la tierra con
respecto a la población total de estos mundos? Muchu menos que una aldea al lado de
un grande im perio. La situación material y moral de la humanidad terrestre nada tiene de
extraordinario si nos hacemos cargo del destino de la tierra y de la naturaleza de los que
la habitan.
7. Nos formaríamos una idea muy falsa de los habitantes de una gran ciudad si
los juzgásemos por la población de los barrios más ínfimos y sórdidos. En un hospital,
sólo se ven enfermos y lisiados; en un presidio sólo se ven todos los vicios, todas las
torpezas reunidas; en las comarcas insalubles la mayor parte de los habitantes están
pálidos, enfermizos y achacosos. Pues bien, figurémonos que la tierra es un arrabal, una
penitenciaría, un país malsano, porque es a la vez todo esto, y se comprenderá por qué
las aflicciones sobrepujan a los goces; por qué no se llevan al hospital a los que tienen
buena salud, ni a las casas de corrección a aquellos que no han hecho daño; pues ni los
hospitales ni las casas de corrección son lugares de delicias.
Pues así como en una ciudad, toda su población no está en los hospitales o en las
cárceles, tampoco toda la humanidad está en la tierra; de la misma manera que uno sale
de un hospital cuando está curado y de la cárcel cuando ha sufrido su condena, el
hombre deja la tierra por mundos más felices, cuando está curado de sus dolencias
morales.
INSTRUCCIONES DE LOS ESPÍRITUS
Mundos inferiores y mundos superiores
 La clasificación de mundos inferiores y mundos superiores es más bien relativa
que absoluta, porque un mundo es inferior o superior con relación a los que están
encima o debajo de él en la escala progresiva.
Tomando la tierra como un punto de comparación, podemos formarnos una idea
del estado de un mundo inferior, suponiendo al hombre en el grado de las razas salvajes o de las naciones
bárbaras que aun se encuentran en su superficie, y que son restos de su estado primitivo.
En los mundos más atrasados los seres que los habitan son de algún modo rudimentarios;
tienen la forma humana, pero sin ninguna hermosura; los instintos no están
templados por ningún sentimiento de delicadeza ni de benevolencia, ni por las nociones
de lo justo y de lo injusto, la única ley es allí la fuerza brutal. Sin industria y sin invenciones,
los habitantes emplean su vida en conquistar su alimentación. Sin embargo, Dios no
abandona ninguna de sus criaturas: en el fondo de las tinieblas de la inteligencia yace
latente la vaga intuición de un Ser supremo, más o menos desarrollada. Este instinto
basta para hacer que unos sean superiores a otros, preparando su aparición a un~ vida
más completa, porque éstos no son seres degradados, sino niños que crecen.
Entre estos grados inferiores y los más elevados, hay innumerables escalones, y
entre los espíritus puros desmaterializados y resplandecientes de gloria con dificultad se
reconocen aquellos que animaron esos seres primitivos, de la misma manera que en el
hombre adulto es difícil reconocer el embrión.
9. En los mundos llegados ya al grado superior, las condiciones de la vida moral
y material son muy diferentes, lo mismo que en la tierra. La forma del cuerpo es
siempre, como en todas partes, la forma humana pero embellecida, perfeccionada, y
sobre todo, purificada. El cuerpo allí nada tiene de la materialidad terrestre, y por
consiguiente no está sujeto, ni a las necesidades ni a las enfermedades, ni a los
deterioros que engendra el predominio de la materia; los sentidos más exquisitos tienen
percepciones que en la tierra embotan lo grosero de los órganos; la ligereza específica
de los cuerpos hace la locomoción rápida y fácil: en vez de arrastrarse penosamente por
el suelo, se deslizan, digámoslo así, por la superficie, o se suspenden
en la atmósfera sin otro esfuerzo que el de la voluntad, así es como se pintan los ángeles
y como los antiguos representaban los manes en los Campos Elíseos. Los hombres
conservan a su gusto las facciones de sus existencias pasadas, y aparecen a sus amigos
tales como les conocieron; pero iluminados por una luz divina y transformados por las
impresiones interiores, que son siempre elevadas. En vez de rostros deslucidos,
demacrados por los sufrimientos y las pasiones, la inteligencia y la vida irradian con ese
esplendor que los pintores han traducido por diadema o aureola de los santos.
La poca resistencia que ofrece la materia a los espíritus ya muy avanzados, hace
que el desarrollo de los cuerpos sea rápido y la infancia corta o casi nula; la vida exenta
de cuidados y de congojas, es proporcionalmente mucho más larga que en la tierra. En
principio la longevidad está proporcionada al grado de adelantos de los mundos. La
muerte no tiene ninguno de los horrores de la descomposición: lejos de ser un motivo de
espanto, es considerada como una transformación feliz, porque allí no existe la duda
sobre el porvenir. Durante la vida, no estando el alma encerrada en una materia
compacta, irradia y goza de una lucidez que la pone en un estado casi permanente de
emancipación, y permite la libre transmisión del pensamiento.
10. En esos mundos felices, las relaciones de pueblo a pueblo, siempre
amistosas, nunca se turban por la ambición de esclavizar a su vecino, ni por la guerra,
consecuencia de aquélla. Allí no hay ni amos, ni esclavos, ni privilegiados por
nacimiento; la superioridad moral e inteligente es la única que establece la diferencia de
condición y da la supremacía. La autoridad es siempre respetada, porque sólo se da al
mérito y porque siempre se ejerce con justicia. El hombre no procura elevarse sobre el
hombre, sino sobre sí mismo, perfeccionándose; y este deseo incesante no
es un tormento, sino una noble ambición que le hace estudiar con ardor para llegar a
igualarles. Todos los sentimientos tiernos y elevados de la naturaleza humana se
encuentran allí aumentados y purificados; los enconos, los celos mezquinos y las bajas
codicias de la envidia son desconocidas; un lazo de amor y fraternidad reune a todos los
hombres, y los más fuertes ayudan a los más débiles. Poseen más o menos según lo que
han adquirido por su inteligencia, pero nadie sufre por falta de lo necesario, porque
nadie está allí por expiación; en una palabra, el mal no existe.
11. En vuestro mundo tenéis necesidad del mal para sentir el bien, de la noche
para admirar la luz, de la enfermedad para apreciar la salud; allí no son necesarios esos
contrastes; la eterna luz, la eterna hermosura, la eterna calma procuran una eterna
alegría el contacto de los malos que no tienen entrada. Esto que no turban ni las
angustias de la vida material, ni es lo que difícilmente comprende el espíritu humano; ha
sido ingenioso para pintar los tormentos del infierno, pero nunca ha podido
representarse los goces del cielo; ¿y por qué?; porque siendo inferior sólo ha sufrido
pcnas y miserias y no ha entrevisto los esplendores celestes; sólo puede hablar de lo que
conoce; pero a medida que se eleva y purifica, se esclarece el horizonte y comprende el
bien que está delante de si, así como ha comprendido el mal que se ha dejado detrás.
12. Sin embargo, esos mundos afortunados no son mundos privilegiados porque
Dios no tiene parcialidades para ninguno de sus hijos; da a todos los mismos derechos y
las mismas facilidades para llegar a ellos, a todos los hace partir de un mismo punto, y
no dota a unos más que a otros; los primeros puestos son accesibles a todos; a ellos
corresponde el conquistarlos por medio del trabajo; a ellos corresponde alcanzarlos lo
más pronto posible, o languidecer durante siglos y si glos en lo más bajo de la humanidad. (Resumen de la enseñanza de todos los espíritus superiores).