EL ABORTO A LA LUZ DE LA DOCTRINA PARTE I

El primer derecho del ser humano es el derecho a la vida, como vemos en la cuestión 880 del Libro de los Espíritus:
880 – Pregunta: ¿Cual es el primero de todos los derechos naturales del hombre?.
          Respuesta:"El de vivir. Por eso es que nadie puede atentar contra la vida de su semejante, ni hacer o querer nada que comprometa su existencia corporal."

Sobre la unión del alma con el cuerpo, la cuestión 344 es bien clara:

344- Pregunta: ¿ En qué momento se une el alma al cuerpo?
         Respuesta: "La unión comienza en la concepción pero no se completa hasta el nacimiento.Desde el instante de la concepción el Espíritu designado para habitar cierto cuerpo, se liga a este por un lazo fluídico que se va apretando cada vez más, hasta el instante en que el niño ve la luz. El grito que el recién nacido suelta, anuncia que ya se cuenta entre el número de los siervos de Dios".

La cuestión del aborto es tratada objetivamente, en la cuestión 358 del Libro de los Espíritus, que dice lo siguiente:
358-  Pregunta:¿Es un crimen provocar el aborto en cualquier periodo de gestación?
          Respuesta: Hay crimen siempre que se transgrede la ley de Dios. Una madre o quien quiera que sea, cometerá un crimen siempre que quite la vida de un niño antes de su nacimiento, porque eso impide a un alma el pasar por las pruebas para las que serviría de instrumento el cuerpo que se estaba formando".

     Ahora, la Doctrina Espírita nos da la certeza de que la vida pre-existe a la concepción y continúa después de la muerte del cuerpo.

     Inclusive, los avances científicos, principalmente de la parapsicología, la psicología, la psiquiatría y más recientemente, los de física cuántica, cada vez más están confirmando la afirmación de Kardec que ya cuenta con más de 150 años y constituye la síntesis filosófica de la Doctrina Espírita:

"Nacer, morir, renacer aún y progresar siempre, tal es la ley".

     Esta máxima, a pesar de la resistencia de los medios científicos y religiosos, viene siendo más aceptada cada día, porque se reviste de una lógica y de una simplicidad tan admirables que tiende a ser adoptada universalmente a partir del momento en que se analizan los casos bajo un prisma cada vez más racional y menos dogmático.

 Lógicamente esto no sucederá del día a la noche, pero llegará el tiempo en que la teoría de la reencarnación prevalecerá para toda la humanidad.

     Ante esto, es aún más evidente que el hombre no tiene el derecho y mucho menos. condiciones para ponerse en un pedestal, erigido sobre el orgullo y vanidad, de erigirse en juez con poderes de vida o muerte sobre un ser que inicia un proceso reencarnatorio, proceso que, como veremos, exige una gran preparación en el plano espiritual.

     Solo existe un caso en que el aborto es admitido por la Doctrina Espírita y es cuando el avance de la gestación supone riesgos para la vida de la madre.

En esta hipótesis, conforme nos aclara la cuestión nº 359 del Libro de los Espíritus, "es preferible que se sacrifique al ser que aun no existe, ante que sacrificar lo que ya existe". Lógicamente, se trata del ser encarnado, después del nacimiento.

     Aun en este caso se hace presente el dolor educativo, tanto para los padres como para los hijos, proporcionando para ambos una reparación y un aprendizaje necesarios, pues, como nada sucede por casualidad, ciertamente ese hecho tendrá también deudas pretéritas.

Veamos ahora algunos otros casos en los que el aborto es aconsejado o permitido al amparo de la ley:

Aborto por estupro:

En este caso, cabe una pregunta:  ¿ fué el niño quien cometió el crimen?. Es evidente que no. Por tanto la sociedad, en vez de permitir el aborto, en los casos en que la madre no se siente preparada para criar al hijo, debería facilitar y estimular la adopción del bebé, en vez de legalizar su muerte.

Aborto eugenésico o piadoso:

Es el practicado por una malformación fetal, por el diagóstico de que la criatura nacerá con problemas mentales o físicos.

     En cuanto a esto, la cuestión 372 del Libro de los Espíritus nos aclara que aquellos que encarnan en cuerpos deformes,o con deficiencias mentales, son espíritus muy endeudados, que están sufriendo un castigo, en forma del impedimento que experimentan y de la imposibilidad que tiene de manifestarse a través del cuerpo físico.

    Entonces, abortar en estas condiciones sería negar al Espíritu la oportunidad de expiar faltas graves, pues solamente reencarnando tendría la oportunidad de reorganizar su estructura, ciertamente desequilibrada por actos practicados contra la ley Divina.

    En este punto, surge una cuestión inevitable: ¿ Y los anencéfalos?. La cuestión es que todo cuerpo humano nacido vivo, incluidos los anencéfalos, tienen ligado un espíritu. En estos casos, lo que acontece es un rescate de los más dolorosos, pues el cerebro es el órgano físico que permite la manifestación de la inteligencia, y el espíritu que tiene negado ese derecho, ciertamente hizo un uso de los más indebidos de su capacidad intelectual en existencias pasadas, y precisa a través de esta breve y penosa prueba, expiar sus errores. Por tanto, queda claro que también en este caso el aborto es contrario a la Ley Divina porque el nacimiento le es necesario.
 Aborto económico:

Por último, veremos el llamado aborto económico, o sea,aquel que es defendido para evitar el aumento desenfrenado de la población, principalmente entre las clases más pobres, pues de lo contrario, se afirma que en breve la producción de alimentos en la tierra no sería suficiente para alimentar su población.
La cuestión 687 del Libro de los Espíritus nos recuerda que Dios no hace nada inútil y aclara de forma objetiva, que en cuanto al exceso de población, la óptica humana es la de quien solo ve un lado de un cuadro llamado naturaleza, y por tanto no tiene la menor condición para abarcar su conjunto.

 El Evangelio según el Espiritismo nos aclara que la tierra producirá lo suficiente para alimentar a todos sus habitantes, en el momento en que los hombres se sepan administrar según las leyes de justicia, de caridad y de amor al prójimo, de los bienes que ella da.

  Entonces, es fácil concluir que, si hoy millones de personas pasan hambre en este mundo, no es por el exceso de población sino porque el hombre no tiene para con su hermano la preocupación que debería tener, de no dejarlo desamparado, de repartir con él el pan que muchas veces le sobra. Porque el alimento que produce la tierra es suficiente para sustentar a toda la humanidad, cuando sea distribuido de forma equitativa.

 Con todo, para eso será necesario aún un gran perfeccionamiento moral de toda la raza humana, que, por cierto, ya está en marcha, aunque muchas veces sea dificilmente percibido. Pero sí hacemos una  comparación entre la preocupación social con los destinos de la humanidad de hoy, con lo que había hace unas décadas atrás, vamos a constatar que estamos caminando hacia  adelante. Lentamente, bien es cierto, pero adelante.

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