jueves, 28 de enero de 2016

EL PENSAMIENTO

El pensamiento es la fuerza por excelencia que comanda las otras fuerzas y las impregna con sus cualidades o con sus defectos. El magnetizador, el terapeuta ceden a sus fluidos un poder curativo, el hechicero les imprime las propiedades maléficas. El pensamiento puro y generoso es una luz. De los espíritus superiores se desprende una claridad radiante que ofusca y aleja a los espíritus del abismo. Es por eso que la presencia de un espíritu protector, en las sesiones, constituye una salvaguarda, una protección contra los fraudes y las obsesiones.
¿Quién podrá negar la fuerza del pensamiento? ¿No es ella la
que dirige a la Humanidad en su peregrinación áspera y dolorosa?
¿No es ella la que inspira al genio y prepara las revoluciones?
Ahora bien, el papel preponderante que esa fuerza desempeña en la
Historia del mundo, nosotros lo reencontramos, en un plano más
modesto, en las reuniones espíritas.

El pensamiento de lo Alto sobrepasa, en energía, a todas las
fuerzas de la Tierra, pero para que se comunique con los humanos
es preciso ofrecerle condiciones favorables. Así como los puestos
de T.S.H. deben ajustar sus ondas para recibir los mensajes
transmitidos, es preciso que las almas de los asistentes tengan sus pensamientos e irradiaciones en armonía, para percibir el
pensamiento superior. Fuera de esas condiciones, la actuación del
espíritu superior será difícil, precaria, muchas veces imposible, y elambiente estará abierto a los espíritus livianos y a todas las malas influencias del Más Allá.
¿Cuál es el procedimiento para dar a los pensamientos, a las
radiaciones fluídicas de los miembros de un mismo grupo de esa
asamblea, ese carácter elevado, esa especie de sincronismo que crea un ambiente puro y que permite al espíritu superior manifestarse?
Respondemos sin vacilar: ¡por la oración! No, ciertamente,
como la plegaria practicada en las iglesias, ese recitado monótono, murmurado por los labios y sin efecto sobre las vibraciones del alma. Nosotros llamamos plegaria al grito del corazón, a la súplica ardiente, a la improvisación calurosa que comunica impulsión irresistible a nuestras energías ocultas. Tal como hemos visto anteriormente,9 por las experiencias de la placa sensible, esas energías profundas vibran con intensidad y se impregnan de las cualidades de nuestra oración. Desde entonces, ellas facilitan la intervención de los espíritus guías, la de los amigos, y alejan a los espíritus de las tinieblas. La música, también, por su ritmo, contribuye a unificar los pensamientos y los fluidos.
Enfocada bajo estos aspectos, la plegaria pierde el pretendido
carácter místico que ciertos escépticos le atribuyen, para
convertirse en un medio práctico y positivo, casi científico, de
unificar las fuerzas activas y presentarnos fenómenos de alto valor.
La plegaria es la expresión máxima del pensamiento y de la
voluntad. Es en ese sentido que Allan Kardec la recomendaba a sus
discípulos. La plegaria es, para las religiones, una fuente preciosa para elevar y mejorar al ser humano, pero la práctica se
en banal, si ella deja de ser ese impulso espontáneo del alma, que le hace vibrar las cuerdas profundas.
En las sesiones espíritas donde no existe ni el recogimiento ni
unión de pensamientos o unión de fuerzas, se crean corrientes
diversas y frecuentemente opuestas que forman como una
tempestad de fluidos, en la cual las entidades elevadas sienten un real malestar e incluso un sufrimiento que paraliza su acción. Por otra parte, los espíritus inferiores, de vibraciones bajas, ahí se complacen y proceden tanto más fácilmente por cuanto son más groseros, más cercanos a la materia. Pero su influencia es
perjudicial para los médiums, a quienes desgastan y desequilibran
con el correr del tiempo. Esto no es menos temible para los propios investigadores, como se puede verificar por las experiencias del Dr. Gibier y en muchos otros casos, por experimentadores negligentes o ignorantes de las condiciones y leyes que rigen el mundo invisible.
Si los resultados obtenidos en Inglaterra, en los medios
científicos, son más desarrollados que en Francia, es porque los
sabios que declaran públicamente los fenómenos y las pruebas de
identidad que obtuvieron, como Crookes, Myers, Lodge, etc., eran,
o son espiritualistas, mientras que el escepticismo y el materialismo aún dominan a la mayoría de nuestros sabios.
Todos los que, por el estudio del mundo invisible, en sus
contactos con el Más Allá, buscan las certezas que fortalecen y
consuelan, las grandes verdades que iluminan la vida, trazan el
camino a seguir, fijan el objetivo de la evolución; todos los que
buscan adquirir las fuerzas espirituales que sostienen en la lucha y en la probación, que nos preservan de las tentaciones de un mundo material y engañador, deben unir sus pensamientos, oraciones y voluntades, deben hacer surtir de sus almas esas corrientes poderosas y fluídicas que atraen hacia vosotros a las entidades protectoras y a los amigos fallecidos. Si sabéis perseverar en vuestras peticiones, en vuestras pesquisas, en vuestros deseos, ellas se acercarán; esas almas, y sus consejos, enseñanzas y ayudas se derramarán sobre vosotros como un rocío bienhechor. En esa comunión creciente con lo invisible, gozaréis de una vida nueva y os sentiréis reconfortados, regenerados.
Y si, por vuestra asiduidad y fe, obtenéis bellos fenómenos y
notables facultades psíquicas, no os volváis vanidosos, y aceptadlos con reconocimiento, humildad y hacedlos servir para vuestro perfeccionamiento moral. Recordad que la presunción es como una muralla que se interpone entre nosotros y las influencias de lo Alto, tal como dijo Bernardino de Saint-Pierre:11 “Para encontrar la verdad, es preciso buscarla con el corazón puro”. Y aún añadiré estas palabras de las Escrituras: “Dios les dio a los pequeños y a los humildes lo que negó, a veces, a los poderosos y a los sabios”.Sobre la oración, hemos preguntado a las entidades protectoras
si las realizadas en conjunto son más poderosas y eficientes que la oración aislada. Nos contestaron que la oración en conjunto, hecha en las iglesias, no tiene siempre la coordinación necesaria para alcanzar un fin elevado; frecuentemente ella se pierde en el
Espacio, antes de alcanzar las esferas divinas. Sería preciso que de cada alma emanase una plegaria que tuviese el mismo objetivo:
plegaria para los infelices, con la intención de aliviar sus males; plegaria para los que tienen necesidad de evolucionar, etc.
La oración está generalmente marcada por un pequeño sentimiento de egoísmo; ella, con frecuencia, pide a Dios ventajas personales. Aun cuando no alcance el fin pretendido, la oración
contribuye a sanear la atmósfera, a mejorar el ambiente de los
mundos inferiores.
Cuando la plegaria en conjunto se hace en buenas condiciones,
ella reacciona contra las vibraciones materiales. Bajo este punto de vista, las religiones tienen su utilidad. La plegaria genera la fe que inspira las acciones grandiosas y nobles. Es la fe esclarecida que nos acerca a Dios, foco radiante de vida, de sabiduría y de amor.
Incluso en una escala más material, diremos: ¿No es la fe lo que
inspira los grandes sacrificios? Es la fe patriótica, lo que ha hecho a nuestros soldados ser invencibles, lo que los ha ayudado a soportar los sufrimientos, la enfermedad, la muerte, y a repeler los ataques
de un enemigo más fuerte. Es la fe en un ideal social lo que ha
inspirado, engrandecido, en todas las épocas, a los mártires del
derecho, de la justicia y de la libertad. Es la fe en la Ciencia lo que, en nuestros días, ha inspirado desvelos como los del Dr. Vaillant y tantos otros, víctimas de su empeño por administrar fuerzas terribles.
La voluntad sostenida por la fe es, por lo tanto, la mejor fuerza
motriz para dirigir las fuerzas psíquicas del ser y proyectarlas hacia un objetivo sublime. El hombre debe, en fin, comprender que todas las fuerzas del Universo, tanto físicas como morales, en él se reflejan; su voluntad puede comandar a unas y otras, que se
manifiestan en su consciencia.
Aprender a armonizarlas, trabajar para desarrollarlas en vidas
sucesivas, tal es la ley de su destino. Bajo este punto de vista,
recordemos que tenemos una obra admirable que cumplir. Ésta
consiste en crear en nosotros una personalidad siempre más
radiante y, para ello, tenemos el tiempo sin límites, el camino sin final y la vida eterna en la acción perpetua.
Sin embargo, lo que algunos no pueden comprender por las facultades intelectuales, otros pueden sentir por el corazón, por la necesidad de expansión y el amor que en ellos es innato, pues, la verdad, acabamos de decirlo, está al alcance de los sencillos y de los puros; de todos aquellos que, en el recogimiento y en silencio, al abrigo de las tempestades, del mundo, del conflicto de las pasiones y de los intereses, saben interrogar a las profundidades de la consciencia y entrar en relación con el mundo superior, foco de toda luz, de toda sabiduría, fuente de todas las grandes revelaciones.
Cada estrella que brilla en el cielo nos enseña una lección; cada
tumba que se cava en la tierra fría nos da un aviso. La existencia terrestre pasa como una sombra, pero la vida celeste es infinita. En cambio, nuestras vidas humanas, por muy cortas que sean, pueden ser fecundas para nuestro progreso; pese a su carácter precario, ellas forman los materiales con cuyo auxilio se edifican nuestros destinos; ellas son como piedras que componen el inmenso edificio del futuro del alma. Esforcémonos, por tanto, en pulir esas piedras, tallarlas y esculpirlas, para con ellas construir un monumento de líneas puras, de formas grandiosas y armoniosas.
Leon Denis

miércoles, 27 de enero de 2016

UN LLAMADO AL SENTIMIENTO POR NUESTRO HERMANOS SUFRIENTES



“Orar por esas almas perturbadas; orar por todoslos sufrientes, que la caridad no se restringe a la Humanidad visible, mas debe socorrer y consolar a los habitantes del Espacio”. (Del libro “El Cielo y el Infierno” – Allan Kardec)

Los Espíritus perversos se acercan más bien a los hombres, a quienes tratan de atormentar, que a los otros Espíritus, de los cuales se alejan todo lo posible. En esa aproximación a los humanos, cuando encuentran a alguien que los moraliza, al principio no lo escuchan y se ríen de él. Más tarde, si se sabe captarlos, terminan por dejarse impresionar. Los Espíritus elevados, en cambio, sólo pueden hablarlesen nombre de Dios, y esto los espanta. Claro está que el hombre tiene menos poder que los Espíritus superiores, pero su lenguaje se identifica
más con la naturaleza de los inferiores, y al comprobar que puede ejercer un ascendiente sobre éstos comprende mejor la solidaridad que existe entre el Cielo y la Tierra.
(“El Libro de los Médiums”– Allan Kardec, ítem 254)

Muchos desencarnados no seencuentran aptos para comprender el lenguaje de los Benefactores Espirituales y precisan oír la voz materializada de los encarnados.
Conducimos, por tanto, frecuentemente hasta vuestro medio a aquellos de nuestros semejantes que aquí se encuentran impregnados de las sensaciones corporales. (De la obra Emmanuel)
Por lo anterior, podemos concluir lo siguiente:

1- “La caridad no se debe restringir a la humanidad encarnada, debe ampliarse a los habitantes del espacio, es decir, a los hermanos desencarnados sufrientes” además, en número expresivamente mayor que el de los atormentados del mundo físico, influyendo sobre manera en las aflicciones del hombre terreno. Juana de Angelis se refiere a ese trabajo como “la caridad difícil y algo ignorada, que los ojos del mundo no ven ni la gratitud del mundo recompensa...”. 

Realmente, el médium no sólo da, se da. Su trabajo se agita con su mundo íntimo; su psiquismo es alcanzado, provocándole alteración de humor o incluso inquietud y angustias.
Acostumbradamente, él absorbe los tormentos de los desencarnados sufrientes, aliviándoles las aflicciones. De ahí la expresión de “caridad difícil” usada por la mentora Juana.

2 – Los Benefactores Espirituales pueden, en muchos casos, asistir directamente a los atormentados del mundo espiritual.
Mientras tanto, los Espíritus necesitados tienen una tendencia a huir
de ellos y de aproximarse a los encarnados, con quien mejor se
identifican, sobre todo en lo referente al lenguaje. Por eso dice Emmanuel que “conducidos a nuestros trabajos a aquellos que se encuentran aún impregnados de las sensaciones corporales”. Es oportuno, en esas circunstancias,recordar lo que contienen los capítulos I y XVII del libro “Misioneros de la Luz”, donde André Luiz registra que, en las sesiones
mediúmnicas, los fluidos de los  encarnados se unen con los fluidos
de los Benefactores Espirituales, “formando precioso almacén de beneficios para los infelices, extremadamente apegados a las sensaciones fisiológicas. Además de eso, la energía y los rayos del hombre encarnado son utilizados para la formación de ciertas imágenes y cuadros indispensables al
reavivamiento de la emotividad y de la confianza de las almas infelices”. He aquí por qué Allan Kardec  asevera que, además de otros recursos, “es necesario actuar sobre el ser inteligente, al cual es preciso se posea el derecho de hablar con autoridad”.
Ahora, las reuniones mediúmnicas bien estructuradas, sobre todo las de desobsesión, desempeñan un gran papel, donde el decir deEmmanuel sobre “el imperativo de popularizarse la asistencia sistemática a los desencarnados prisioneros de la insatisfacción o de la angustia, por intermedio de los equipos de compañeros consagrados a los servicios de ese orden”.

A través de las reuniones mediúmnicas, los obsesores y demás Espíritus atormentados son beneficiados con el magnetismo balsamizante, reciben vibraciones saludables, optimistas y vigorizantes, son envueltos en cariño y ternura por parte del equipo de los encarnados y Benefactores Espirituales. Además del diálogo evangélico (adoctrinación) que los consuela, esclarece y les descongestiona el campo mental impregnado de ideas fijas, ellos reciben medicamentos fluídicos. También, cuando es necesario, reciben el beneficio de la sueñoterapia y proyección de cuadros mentales útiles al esclarecimiento y reeducación.
Los propios trabajadores encarnados son enormemente beneficiados, lucrando en aprendizaje, experiencias y recursos espirituales.

La Espiritualidad mayor se ha referido con tristeza a el poco interés que hacia hacia estos hermanos sufrientes mayormente necesitados.El Espíritu de Manuel Filomeno de Miranda esclarece e igualmente por orientación de Becerra de Meneses, el cual expresa “las sesiones prácticas del Espiritismo asumen, igualmente, la función consoladora, por el lenitivo de añoranzas y disminución de dolores que propician, a través del bendito intercambio mediúmnico” y nos alientan a no cerrar esta puerta de servicio por ningún motivo.  

lunes, 18 de enero de 2016

EL PODER DE LA RESIGNACION





"El hombre puede suavizar o aumentar la amargura de sus pruebas,por  la forma en la que se enfrenta a la vida en la tierra."
El Evangelio según el Espiritismo ~ Capítulo V - punto 13.

Cuanta desesperación, dolor, tristeza y derrota, martirio y rebeldía, fantasía y angustia se ha cultivado en la inmensa mayoría de los hombres reencarnados, sin saber construir altos sentidos espirituales para sus pruebas?
¿Qué logros serán mayores para el alma en la tierra para el conocimiento sagrado de los objetivos ante todos los contratiempos y experiencias?
Sólo los que saben cómo dar sentido santificado ante cada lanza de dolor obtiene el beneficio en el camino del sufrimiento y podrán aquilatar la importancia de la victoria.

La forma de encarar la vida terrenal, por lo tanto, debe ser objeto de profundización urgente entre los trabajadores espiritas. Con todo cariño y respeto, le sugerimos a nuestros socios en el ideal espirita una revisión urgente de los conceptos, cuando afirman imperativamente que el espirita posee una fe racional. Si asi fuese tuviéramos más ampliada la conciencia y el compromiso a la causa que hemos abrazado, y mejores reacciones a los testimonios y los sufrimientos de la vida en el cuerpo.

Todavía tenemos  una fe embrionario y sofocado por conceptos ancestrales de la religiosidad, con una fuerte tendencia a la intolerancia.
La fe racional comienza cuando nos encontramos revisando nuestro interior, algunos ya iniciaron el arte de meditar meditar sobre nosotros mismos. Al comprender mejor lo que nos sucede en  la vida interior, nos preparamos mucho mejor  para evaluar los propósitos  divinos ante  los acontecimientos que nos rodean.

Otra característica clave que la fe racional cuando empieza a desarrollarse en nuestros sentimientos, es cuando empezamos a dejar de coleccionar certezas sobre la vida. Más que nunca, el paso evolutivo que marca nuestro progreso, nos hace un llamado a revisar, reciclar, analizar desde otro ángulo, repensar ideas, reevaluar los métodos, renovar actitudes hacia las personas y los acontecimientos.  Certeza instituida es casi, el acceso a la zona de confort.

El tiempo de la vida en la Tierra, cada día mas, nos convida  a aprender a vivir con la incertidumbre acerca de todo lo que nos rodea. Una parte de la sensación de seguridad
va a depender de la manera de conducir nuestras acciones; y además del control de las palabras, la disciplina y la planificación  será usada siempre dentro de la óptica de una  relatividad constante. ( la ley es una aunque existan variables ).

Cuando sea necesario, por lo que hay dinamismo en nuestros proyectos de vida, seremos llamados a repensarlas.
Asi se expreso  Allan Kardec sobre el tema: La fe necesita una base, esa base es la inteligencia perfecta de lo que debe ser creído. Y de creer, no sólo ver; debemos, sobre todo, entender "

La adquisición de esa fe lleva el espíritu al estado de  la resignación que permite la armonía, ante el dolor y las pruebas existenciales.
La resignación es el conjunto de habilidades que nos permiten una visión optimista de la vida a través de decisiones conscientes y de auto – amor ; distante de  la posición  de  víctimas y  del sentimentalismo. Creencias saludables, capacidad personal del autocontrol emocional ( demorar   la gratificación) y el sentido de la gratitud son las principales habilidades que conducen al hombre a resignarse.


El hombre que se conforma con los desafíos y contratiempos, la capacidad resultante de la costumbre de pensar en la vida, es alguien dotado de una fuerza impulsora y calmante.
Esta condición le permite elegir sabiamente y equilibrar la forma adecuada de actuar y reaccionar en estado de agitación, y acontecimientos imprevistos. Esta fuerza satisfactoria, a pesar de las condiciones adversas, es el resultado de dejar de lado sus propios conceptos, es la disposición de ánimo del alma que sabe que en cualquier momento de la vida corporal, que le llama el nuevo aprendizaje que sacudirá su certeza, llamandole a revisar muchas de sus convicciones.
 
Los resignados poseen mas salud, mas resistencia ante los dolores de la vida, por lo tanto, tienen una mejor salud y resistencia al dolor de la vida, son más desprendidos y siempre encontrar buenas soluciones ante sus pruebas.

Tienen metas, pero son moldeables y  saben darles  un curso según sea necesario. Ellos sufren, sin embargo, buscan el valor sagrado de sufrimiento y le dan significado y sentido educativo y liberador a la mayoría de los dramas dolorosos. Así puede experimentar fatiga, la ira, la pérdida, la ansiedad, el miedo, sin embargo, nunca cruzar sus brazos y permanecen firmes en las cambios , siempre en busca de soluciones. Esto se llama resignación activa, dinámica, educativa, prodiga de resilencia (capacidad de recuperacion ante la adversidad).Muy diferente es el que entiende la renuncia a tolerar el sufrimiento en silencio, llamado aguantador de la vida. "Él lleva el dolor, resiste, luchar con él, cuando lo que debe hacer es entenderse con ella. De hecho, ellos obedecen los imperativos de dolor, por eso, ha aseverado el espíritu de Lázaro: La obediencia es el consentimiento la razón; resignación es el consentimiento del corazón, (...) "
Resiliencia = capacidad de superar la adversidad, aprendiendo de ellos. La superación o el poder de hacerlo. El término proviene de una propiedad de la física en la capacidad de los cuerpos tiene que volver a su forma original después de someterse a un esfuerzo intenso.
En obediencia cumplir con el deber impuesto por conscienca en el amor que va mucho más allá y transformarse por el deber de ascender salido de las profundidades del corazón, liberándonos de la amargura y de la dureza de la expiación.

Hoy en día, además de las pruebas voluntarias, hay pruebas adicionales que podrían evitarse, debemos tener en cuenta el tema "carga voluntaria del sufrimiento en las pruebas necesarias", es decir, el aumento innecesario de dolor por la ausencia de resignación. A causa de apego a las cosas y las personas, empresas y puntos de vista, las pruebas en humanos se magnifican por la forma rebelde de reaccionar.
Cada problema en nuestras vidas tiene objetivos bien definidos por la sabia providencia de Dios. Vivir sin la comprensión de estos propósitos es una rebeldía inconsciente de los sentimientos, una defensa constante ante la agresión del dolor. De ahí que  Lacordaire hace la  advertencia oportuna cuando dice: "Pero, ¡ah pocos sufren tan bién; pocos comprenden que sólo las pruebas  bien soportadas pueden conducirlas a el reino de Dios El desaliento  es una  falta. Dios se rehúsa a brindarles consuelo cuando a vosotros es a quien le falta el coraje”.

Resignarse no significa vivir sin sufrimiento, negando el sufrimiento. Esta actitud, casi siempre, es la negación inconsciente de los sentimientos, una defensa contra el dolor de la agresión. Mecanismos defensivos que alivian la ansiedad de nuestro sufrimiento. Sin embargo, aquellos que son verdaderamente resignados, van más allá y se hacen inmunes a la amargura y a la rebeldía , debido al amplio margen de aceptación y comprensión, resultante del análisis positivo que hacen acerca de sus experiencias, valores e imperfecciones.Principio del formulario

Aldous Huxley dijo: "La experiencia no es lo que te pasa es lo que haces con lo que te pasa.".
Sin lugar a dudas, la resignacion  es el camino para  d ser feliz, porque la felicidad es una cuestión de construcción íntima  una visión sobre la existencia presente iluminada , y quien aprende a existir aprende  la sabiduría para comprender y aceptar.

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