jueves, 30 de octubre de 2014

REFLEXION DEL EVANGELIO DE HOY -ALLAN KARDEC.



Al iniciarse las manifestaciones espiritistas muchos las aceptaron sin prever sus consecuencias. La mayoría las tenía por concepciones curiosas; pero cuando resultó de ellas una moral severa, deberes estrictos que debían ser cumplidos, no faltó quien se sintiera sin fuerzas para practicarlos y adecuarse a ellos.
Carecían de valor, dedicación, renunciamiento. En esas personas la naturaleza corpórea prevaleció sobre la espiritual. Creyeron, pero retrocedían frente a la realización. En los comienzos sólo había, pues, espíritas, vale decir, creyentes.
La filosofía y la moral descubrieron ante esa ciencia un horizonte nuevo y modelaron a los espiritistas practicantes. Los primeros quedaron en la retaguardia. Los segundos se lanzaron hacia el frente .
Cuanto más se iba sublimando la moral tanto más hacía contrastar las imperfecciones de aquellos que se habían rehusado a seguirla, de la manera que una luz intensa hace que resalten las sombras. Era lo mismo que un espejo: algunos no quisieron mirarse en él o, mirándose, creyeron reconocerse, y entonces optaron por apedrear a los que se lo ponían delante. Tal es, todavía hoy, la causa de ciertas animosidades. Sin embargo y afortunadamente, puedo decir: esas son excepciones, algunas pequeñas sombras en el vasto panorama, incapaces de alterar su luminosidad. En este grupo hay que incluir, en gran parte, a los que podríamos denominar espíritas de la primera formación. En cuanto a los que se formaron después, y siguen formándose a diario, en su gran mayoría aceptaron la Doctrina, precisamente, a causa de su moral y de su filosofía. He ahí por qué se esfuerzan en llevarla a la práctica.
Pretender que todos ellos deberían haberse vuelto perfectos es desconocer la naturaleza humana. No obstante, la circunstancia de que se hayan despojado de los vestigios del hombre viejo que había en ellos constituye siempre un progreso que, necesariamente, debemos tomar en cuenta. Sólo son indisculpables a los ojos de Dios aquellos que, estando debidamente esclarecidos, no han extraído de ese esclarecimiento el provecho que podía brindarles.
Por cierto que a éstos se pedirá severa cuenta, cuyas consecuencias habrán de sufrir aquí en la Tierra, conforme hemos visto que acontece en muchos casos. Pero, al lado de ellos hay asimismo un gran número de personas que han experimentado una verdadera metamorfosis. En la creencia espírita encontraron la fuerza necesaria para vencer tendencias que de mucho tiempo atrás estaban arraigadas en ellas, romper con viejas actitudes, ignorar resentimientos y enemistades y acortar las distancias que existen entre una clase social y otra. Del Espiritismo se exigen milagros: he ahí los que puede producir...
Así pues, por la fuerza misma de las circunstancias, la Doctrina Espirita llevará como inevitable consecuencia al perfeccionamiento moral. Éste, a su vez, conducirá a la práctica de la caridad, y de la caridad ha de nacer el sentimiento de la fraternidad. Cuando los hombres estén imbuidos de estas ideas, adaptarán a ellas sus instituciones, y de tal suerte realizarán, en forma natural y sin violencia, las reformas deseables. Sobre esos cimientos erigirán el edificio social del porvenir. Se trata de una transformación inevitable, pues está comprendida en la Ley del Progreso. Sin embargo, si se deja librada tan sólo a la marcha natural de las cosas, su realización podrá verse demorada por mucho tiempo. Está en los designios de Dios que la activemos, si creemos en la revelación de los Espíritus, y vivimos precisamente el tiempo predicho para ello. 

Allan Kardec . Tomado de Viaje Espirita 1862.

LOS BUENOS ESPIRITISTAS

 Mas yo os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os
aborrecen: y rogad por los que os persiguen y calumnian. - Porque si amáis a los
que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los
publicanos? - Y si saludáreis tan solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de
más? ¿No hacen esto mismo los gentiles? -"Sed, pues, vosotros perfectos, así como
vuestro Padre celestial es perfecto". (San Mateo, cap. V, v. 44, 46, 47 y 48. 4. 
E.S.E. Cap XVII Item 4 
El Espiritismo bien comprendido, pero, sobre todo, bien sentido, conduce
forzosamente a los resultados expresados más arriba, que caraterizan al verdadero espiritista como al verdadero
cristiano, siendo los dos una misma cosa. El espiritismo no viene a crear una moral
nueva; facilita a los hombres la inteligencia y la práctica de la de Cristo, dando una fe
sólida e ilustrada a los que dudan o vacilan.
Pero muchos de los que creen en las manifestaciones no comprenden ni sus
consecuencias, ni su objeto moral; o, si los comprenden, no se las aplican a si mismos.
¿En qué consiste esto? ¿es un defecto de precisión de la doctrina? No, porque no
contiene ni alegorías ni figuras que puedan dar lugar a falsas interpretaciones; su esencia
es la misma caridad, y esto es lo que constituye su fuerza, porque se dirige a la
inteligencia. Nada tiene de misterioso, y sus iniciados no están en posesión de ningún
secreto oculto para el vulgo.
Para comprenderla, ¿es preciso una inteligencia privilegiada? No, porque se ven
hombres de una capacidad notoria que no la comprenden, mientras que las inteligencias
vulgares, y aun de jóvenes apenas salidos de la adolescencia, comprenden sus matices
más delicados con admirable precisión. Esto depende de que la parte de algún modo
"material" de la ciencia, sólo requiere vista para observar, mientras que la parte
"esencial" requiere cierto grado de sensibilidad que se puede llamar la "madurez del
sentido moral", madurez independiente de la edad y del grado de instrucción, porque es
inherente al desarrollo, en un sentido especial, del espíritu encarnado. En los unos, los
lazos de la materia son aún muy tenaces para permitir al espíritu desprenderse de las
cosas de la tierra; la niebla que los rodea les quita la vista del infinito; por esto no dejan
fácilmente ni sus gustos, ni sus costumbres, ni comprenden nada mejor de lo que ellos
poseen; la creencia en los espíritus es para ellos un simple hecho, pero modifica muy
poco o nada sus tendencias instintivas; en una palabra, sólo ven un rayo de luz
insuficiente para conducirles y darles una aspiración poderosa y capaz de vencer sus inclinaciones. Se fijan en los fenómenos más que en la moral, que les parece venal y monótona; piden sin cesar a los espíritus que les inicien en nuevos misterios, sin preguntar si se han hecho dignos de entrar en los secretos del Criador. Estos son los espiritistas imperfectos, de los cuales algunos se quedan en el camino o se alejan de sus hermanos en creencias, porque retroceden ante la obligación de reformarse, o reservan sus simpatías para los que participan de sus debilidades o de sus prevenciones. Sin embargo, la acepción del principio de la doctrina es el primer paso que les hará el segundo más fácil en otra existencia.
El que puede con razón calificarse de verdadero y sincero espiritista está en un
grado superior de adelantamiento moral; el espíritu, que domina más completamente la
materia, le da una percepción más clara del porvenir; los principios de la doctrina hacen
vibrar en él las fibras que permanecen mudas en los primeros; en una palabra, "tienen el
corazón enternecido"; su fé es también a toda prueba. El primero es como el músico que
se conmueve por ciertos acordes, mientras el otro sólo comprende los sonidos. "Se
reconocé el verdadero espiritista por su transformación moral y por los esfuerzos que
hace para dominar sus malas inclinaciones", mientras el uno se complace en un horizonte
limitado, el otro, que comprende alguna cosa mejor, se esfuerza en ir más allá y lo
consigue siempre cuando para ello tiene una firme voluntad.

SEGUN LA CARNE.

"Porque, si viviereis según la carne, moriréis." — Pablo. (Romanos, 8:13.)

Para quien vive según la carne, esto es, de conformidad con los impulsos inferiores, la estación de lucha terrestre no es más que una serie de aconteci-mientos vacíos.
En todos los momentos, la limitación les será fantasma incesante.
Cerebro abrumado por las nociones negativas, se encontrará con la muerte, a cada paso.
Para la conciencia que tuvo la desgracia de esposar concepciones tan obscuras no pasará la existencia humana de comedia infeliz.
En el sufrimiento, identifica una causa adecuada a la desesperación.
En el trabajo destinado a la purificación espiritual, siente el clima de la revuelta.
No puede contar con la bendición del amor, por cuanto, en vista de la apreciación que le es propia, los lazos afectivos son simples accidentes en el mecanismo de los deseos eventuales.
El dolor, benefactor y conservador del mundo, les es intolerable, la dis-ciplina les constituye angustiosa cárcel y el servicio a los semejantes represen-ta pesada humillación.
Nunca perdona, no sabe renunciar, le duele ceder en favor de alguien y, cuando ayuda, exige del beneficiado el servilismo del esclavo.
¡Desdichado el hombre que vive, respira y actúa, según la carne! Los conflictos de la posesión le atormentan el corazón, por tiempo indeterminado, con el mismo calor de la vida salvaje.
Pero, ¡hay de él, porque la hora renovadora sonará siempre! Y, si huyó a la atmósfera de la in-mortalidad, se asfixió las mejores aspiraciones de su pro-pia alma, si escapó al ejercicio saludable del sufrimiento, si hizo cuestión de aumentar apetitos y placeres por la absoluta integración con el "lado inferior de la vida", ¿qué podrá esperar del fin del cuerpo, sino sepulcro, sombra e im-posibilidad, dentro de la noche cruel?

miércoles, 29 de octubre de 2014

LOS OTROS

Los otros
Cap. XIII – Ítem 13
 

Y decía también al que le había convidado: Cuando das una comida o
una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos: no sea que te vuelvan ellos a convidar y te lo paguen. - Mas cuando haces convite, llama a los pobres, lisiados, cojos y ciegos. - Y serás bienaventurado, porque no tienen con que corresponderte: mas se te galardonará en la resurrección de los justos.
Cuando uno de los que comían a la mesa oyó esto, dijo: Bienaventurado el
que comerá pan en el reino de Dios! (San Lucas, cap. XIX, v. de 12 a 15).


13. Yo me llamo la caridad, soy el camino principal que conduce a Dios;
seguidme, porque soy el objeto al que debéis todos aspirar.
Esta mañana he hecho mi paseo habitual, y con el corazón lastimado vengo adeciros: ¡Oh! amigos míos, qué miserias, qué lágrimas y cuánto tenéis que hacer para sacarlas todas! He procurado vanamente consolar a las pobres madres; las he dicho al oído: ¡Animo! ¡hay buenos corazones que velan por vosotras, no os abandonarán, paciencia! Dios está aquí, sois sus amadas, sois sus elegidas. Parece que me oyen y vuelven a mí sus grandes ojos extraviados, pues leía en su pobre rostro que su cuerpo, ese tirano del espíritu, tenía hambre, y que si mis palabras serenaban un poco su corazón, no llenaban su estómago.
Repetía otra vez, ¡ánimo, ánimo!, y entonces una pobre madre, joven aun, que amamantaba a su hijito, lo ha tomado en sus brazos y lo ha levantado como rogándome que protegiese a aquel pobre pequeño ser que sólo sacaba de su seno estéril un alimento insuficiente.
En otra parte, amigos míos, he visto a pobres ancianos sin trabajo y en breve sin
asilo, presa de todos los sufrimientos de la necesidad, y avergonzados de su miseria, no atreverse, no habiendo mendigado nunca, a implorar la piedad de los viandantes. Con el corazón conmovido de compasión, yo que nada tengo, me he puesto a mendigar para ellos, y voy por todas partes estimulando la beneficencia e inspirando buenos sentimientos a los corazones generosos y compasivos. Por esto vengo hoy, amigos míos, y os digo: allá hay desgraciados cuya mesa está sin pan, su hogar sin fuego y su cama sin abrigo. No os digo lo que debéis hacer, dejo la iniciativa a vuestros corazones; si yo os trazara vuestra línea de conducta, no tendríais el mérito de vuestra buena acción, sólo os digo: Soy la caridad, y os tiendo la mano para vuestros hermanos que sufren.
Mas si pido, también doy, y doy mucho; ¡os convido al gran banquete, y os
facilito el árbol en que os saciaréis todos! ¡Mirad qué hermoso es y cuán cargado está de flores y de frutos! Id, id; coged todos los frutos de ese hermoso árbol, que es la beneficencia. En el lugar que ocupaban las ramas que habréis cogido,
pondré todas las buenas acciones que haréis y llevaré este árbol a Dios para que lo cargue de nuevo, porque la beneficencia es inagotable. Seguidme, pues, amigos míos, a
fin de que os cuente en el número de los que se alisten a mi bandera; no tengáis miedo; yo os conduciré al camino de la salvación; porque soy la Caridad. 

(Caritá, martirizada en Roma. Lyon, 1861).
LOS OTROS

Dices que tu corazón está desierto; entre tanto, piensa en los otros.
Muchos van tras de ti, en busca de tus manos en el inmenso vacío…
Detente un instante y percibirás su presencia entre las sombras de la retaguardia.
Mientras gritas tu propia soledad, comprenderás que la voz de ellos se les ahoga en la garganta, transformada en prolongados gemidos.
Vuélvete y observa.
Compara tus brazos robustos con los huesos descarnados que todavía sirven de soporte para sus manos lánguidas, en las cuales los dedos esmirriados son espinas de dolor. Enjuga tu llanto y ausculta los ojos fatigados que te contemplan… Te relatan una historia de esperanzas y sueños enterrados por el tiempo en la arena de la frustración. Se refieren al frío cortante del hogar
perdido, a la agonía de la caminata entre tinieblas…
Detente y compadécete.
Permite que respiren ya mismo, al menos por un instante, al calor de tu aliento.
¿Quién podrá determinar la medida del tamaño de una simple semilla, que haya caído en la tierra y padecido el martirio del arado?
La belleza de un instante nos enseña, muchas veces, a poblar con alegría y luz toda la existencia.
Cuenta una antigua leyenda que una gota de lluvia cayó en el océano encrespado por una tormenta y afligida preguntó:
–“Dios Bondadoso, ¿qué voy a hacer tan sola en este abismo aterrador?”
El Padre no le respondió, pero algún tiempo después la gota sencilla fue retirada del mar, convertida en una perla digna de adornar la corona de un rey.
Entrega también algo de ti a quienes bracean en el torbellino del sufrimiento y aunque sólo tengas un poco de amor para ofrecerlo a los que padecen, tu dádiva será filtrada por las corrientes de la angustia humana y ascenderá, cristalina y radiante, en dirección a los cielos, para engalanar la magnificencia de Dios.
MeiMei

martes, 28 de octubre de 2014

EVANGELIO EN EL HOGAR

Evangelio en el Hogar

• "¿Cuál es el tipo más perfecto que Dios ha ofrecido al hombre, para que le sirva de guía y modelo?

“Ved a Jesús.” Para el hombre, Jesús constituye el tipo de la perfección moral al que la humanidad puede aspirar en la Tierra. Dios nos lo ofrece como el más perfecto modelo y la doctrina que enseñó es la expresión más pura de la ley del Señor, porque, por ser él el más puro de todos los que han aparecido en la Tierra, estaba animado por el Espíritu Divino. Allan Kardec – (El Libro de los Espíritus, Ítem 625)



• “Los lazos sociales son necesarios para el progreso y los lazos de familia tornan más estrechos a los primeros. He aquí por qué los segundos constituyen una ley de la Naturaleza. Dios quiso que, de tal manera, los hombres aprendieran a amarse como hermanos.” Allan Kardec (El Libro de los Espíritus, Ítem 774)

“Cuando el Evangelio penetra en el hogar, el corazón abre más fácilmente la puerta al Divino Maestro.” Emmanuel (Jesús en el Hogar - Psicografía de Francisco Cándido Xavier)

La Reunión de Estudio del Evangelio en el Hogar constituye el encuentro de la familia para el estudio del Evangelio a la luz de la Doctrina Espírita, y la oración en conjunto.

Es de vital importancia para el equilibrio espiritual de la familia y el mantenimiento de la armonía en el ambiente doméstico.

En dicha reunión, además del estudio y las vibraciones en conjunto, existe la oportunidad de la asistencia espiritual de los amigos Benefactores, que dan amparo espiritual al Hogar y a cada uno de sus integrantes en particular.

 
El “Evangelio en el Hogar” tiene por finalidad:

1. Estudiar “El Evangelio según el Espiritismo” de manera secuencial, para comprender las lecciones de Jesús “en espíritu y verdad” y aplicarlas en la vida cotidiana.

• El Evangelio bien comprendido puede ser mejor sentido y ejemplificado.

2. Crear el hábito del estudio y la oración en familia, para fortalecer la amistad y el sentimiento fraternal que debe existir en cada uno y unir a todos.

• Los corazones que vibran unidos fortalecen los lazos del amor.

3. Crear, en el ambiente doméstico, momentos de paz y comprensión e higienizar el Hogar mediante pensamientos y sentimientos elevados, lo que facilita el amparo de los Mensajeros del Bien, que vienen en nombre de Jesús.
• Cuando Cristo entra en la casa, el Hogar se transforma en un templo de Luz.

4. Fortalecer, en los integrantes del Hogar, el coraje y la esperanza, la alegría y la buena voluntad para con todos, necesarios para superar las dificultades materiales y espirituales.

• Vibraciones afianzadas en el Bien robustecen el alma para las luchas redentoras.
 
CÓMO REALIZAR EL “EVANGELIO EN EL HOGAR”

1. Escoger un día y una hora de la semana en que sea posible la presencia de todos los familiares, o de la mayor parte de ellos, inclusive de los niños.
Estar conscientes que este dia que escojamos está de visita Jesus en el Hogar y nos acompañará el resto de la semana y todas las demas...

• Respetar rigurosamente el día y el horario establecidos para el Evangelio en el Hogar.

2. Reunir a los familiares y amigos que estuvieren presentes en un lugar de la casa donde puedan estudiar y orar con tranquilidad, sin ser interrumpidos.

• Nada debe interferir en la realización de la reunión: ni visitas, ni llamadas telefónicas, ni conversaciones.

3. Colocar un pequeño vaso con agua para ser fluidificada, por cada persona presente.

• Ese agua, ingerida, será transmisora de fluidos revitalizantes.

4. La reunión podrá ser dirigida por el responsable de la familia o por quien él determine. El director elegirá a quienes harán la oración inicial, la lectura, la vibración y la oración final de la reunión.

La organización en las funciones y la disciplina darán mayor seguridad, y permitirán un mejor aprovechamiento de la reunión.

5. Iniciar la reunión con una oración breve, simple y espontánea en la que el corazón, más que las palabras, solicite la presencia de Jesús y de los Amigos Espirituales que velan por el Hogar.

• El pensamiento bien orientado atraerá las bendiciones de lo Alto.

6. Hacer una lectura, en secuencia, de un párrafo de “El Evangelio según el Espiritismo”. A continuación cada participante procurará comentarlo con simplicidad, buscando la esencia de la enseñanza evangélica y su aplicación en la vida diaria.

• Cada uno debe comentar el párrafo que más lo ha conmovido, o que le pareció más bonito e importante, de modo tal que todos puedan expresarse con simplicidad y sin inhibiciones, para que eltema quede bien comprendido.

7. Hacer las vibraciones. Con palabras sencillas el participante encargado de hacerlas, conducirá los pensamientos de todos en beneficio:

a) de la protección del hogar, mediante el pedido de amparo espiritual para envolverlo en vibraciones fraternas;

b) del amparo a los familiares, presentes y ausentes, a los amigos y los vecinos;

c) de la asistencia espiritual a todos los enfermos, a los ancianos, a los niños, a los jóvenes, a los no encarnados, a los toxicómanos, a los encarcelados, a los suicidas, etc.;

d) de casos especiales;

e) de paz para su barrio, su ciudad, su país y el mundo entero;

f) de la fluidificación del agua y del pase espiritual a los presentes.

• La vibración de amor es el vehículo natural de la paz.

8. Hacer la plegaria de cierre, con palabras sencillas de agradecimiento a Dios, a Jesús y a los Amigos Espirituales.

• La oración es la llave que abre las puertas al socorro Divino.

RECOMENDACIONES

• No admitir conversaciones poco dignas antes, durante o después de la reunión.

• No permitir comentarios poco edificantes sobre tragedias, personas o religiones.

• No suspender la reunión por causa de visitas inesperadas (éstas serán invitadas a participar), paseos o acontecimientos vanales.

• Los niños presentes serán invitados a participar de las actividades de la reunión, con una canción o poesía de contenido moral elevado, o bien con una narración o una plegaria; incluso pueden participar de los comentarios, de acuerdo con su edad, capacidad y posibilidades.

• La reunión deberá tener una duración mínima de 30 minutos y una máxima de 1 hora.

NO OS HAGAIS PUES IDOLATRAS

SIN IDOLATRIA -
REFLEXION
"No os hagáis pues Idolatras" Pablo I Corintios 10:7
Nucleos religiosos de todas las epocas e incluso determinadas practicas, ajenas a la religion, se han servido de la idolatria como una tradición fundamental para mantenerse siempre viva a la llama de la fe y al calor del ideal.
El habito se vinculo tan profundamente con el espiritu popular que en la actualidad, en las aglomeraciones del espiritismo cristiano que despliegan la bandera de la fe razonada, todavia encontramos algunas veces criaturas humanas que intentan la sustitucion  de los ídolos inertes por los compañeros de carne y hueso de la experiencia cotidiana, cuando son convocados a que desempeñen su responsabilidad mediumnica.
Urge, de tal modo, que comprendamos la inconveniencia de la idolatria, cualquiera sea la naturaleza, de modo de evitarla la iconolatria y la violencia, a fin de cultivar el respeto y la comprension en lo relativo de a las convicciones ajenas, con el proposito de que sirvamos para la liberacion mental de los otros, dentro de la esfera del buen ejemplo.
La exhortacion apostolica de Pablo es una evidencia de que la Doctrina cristiana, surgida en Galilea, con pureza de fundamentos, dispenso la adoración indebida; por consiguiente , corresponde exclusivamente a la interferencia humana los agregados que se impusieron a la practica simple y natural.
Excluye entonces de  tu caminos los pruritos de la iddolatria  relativo a objetos o personas, ratifica tu emancipacion de las cadenas seculares que han cercenado el intercambio de los encarnados con el Reino del Espiritu, mediante la legitima confianza.
El encargo es la aplicacion de la edificacion del bien desinteresado, el tiempo, la energia que desperdiciamos otrotra ante los idolos muertos , de manera de consustanciarnos en el ideal religioso en el rogreso y la educacion , lo que habra de permitirnos disfrutar anticipadamente de las realidades de la  vida gloriosa.
Emmanuel .Tomado del libro  "Espiritu de la Verdad". 

SIN IDOLATRIA

E. S. E. Cap XXI Item 8.
 Porque no es buen árbol el que cría frutos malos. Ni mal árbol el que
lleva buenos frutos. - Pues cada árbol es conocido por su fruto. Porque ni cogen higos de espino, ni vendimian uvas de zarzas. - El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca bien: Y el hombre malo, del mal tesoro saca mal. Porque de la abundancia del corazón habla la boca. (San Lucas, cap. VI, v. 43, 44 y 45).
 "Guardáos de los falsos profetas", que vienen a vosotros con vestidos de
ovejas, y dentro son lobos robadores. - Por sus frutos luego los conoceréis, "¿por ventura cogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?" Así todo árbol bueno lleva buenos frutos; y el mal árbol lleva malos frutos. - "No puede el árbol bueno llevar malos frutos ni el árbol malo llevar buenos frutos". - Todo árbol que no lleva buen fruto será cortado y metido al fuego. - Así, pues, por los frutos de ellos les conoceréis. (San Mateo, cap. VI. v. de 15 a 20).
 Y respondiendo Jesús, les dijo: Guardáos que no os engañe alguno. -
Porque vendrán muchos en mi nombre, y dirán: Yo soy el Cristo: y a muchos
engañarán.
Y se levantarán muchos falsos profetas, y enganarán a muchos. Y porque
se multiplicará la iniquidad, se resfriará la caridad de muchos. - Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.
Entonces si alguno os dijere: Mirad, el Cristo está aquí o allí; no lo creáis. -
"Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas y darán grandes señales y prodigios", de modo, que si puede ser, caigan en error aun los escogidos. (San Mateo, capítulo XXIV, v. 4, 5, 12, 13, 23 y 24. - San Marcos, capítulo XIII, v. 5, 6,
8. Si alguno os dice: "Cristo está aquí", no vayáis, sino por el contrario,
preveníos porque los falsos profetas serán numerosos. Mas, ¿no veis las hojas de la higuera que empiezan a blanquear? ¿No veis sus numerosos renuevos esperando la época de florecer, y acaso no os ha dicho Cristo: Por el fruto se conoce el árbol? Sí, pues, los frutos son amargos, juzgad que el árbol es malo; pero si son dulces y saludables, decid: Nada puro puede salir de un mal tronco.
Así, hermanos míos, es cómo debéis juzgar; las obras son las que debéis
examinar. Si los que dicen estar revestidos del poder divino están acompañados de todas las señales de semejante misión, es decir, si poseen allí más alto grado las virtudes cristianas y eternas: la caridad, el amor, la indulgencia, la bondad que concília todos los corazones; si, en apoyo de las palabras, unen los actos, entonces podréis decir: verdaderamente son éstos los enviados de Dios.
Mas desconfiad de las palabras melifluas, desconfiad de los escribas y fariseos que ruegan en las plazas públicas vestidos con largos ropajes. ¡Desconfiad de aquellos que pretenden tener el sólo y único monopolio de la verdad!
No, no; Cristo no está allí, porque los que El envíe a propagar su santa doctrina y a regenerar a su pueblo, serán, a ejemplo del Maestro, dulces y humildes de corazón sobre todas las cosas; aquellos que deben por sus ejemplos y sus consejos, salvar a la humanídad que corre a su pérdida y vaga en las sendas tortuosas, aquellos serán, sobre todo, modestos y humildes. Todo lo que revela un átomo de orgullo, separadlo de vosotros como una lepra contagiosa que corrompe todo lo que toca. Acordaos de que "cada criatura lleva en su frente, sobre todo en sus actos, el sello de grandeza o de su
decadencia.
Id, pues, mi muy amados hijos, marchad sin desviaros, sin segunda intención, por la bendita senda que habéis emprendido. Marchad, marchad siempre sin miedo, alejad con valor todo lo que pudiera poner trabas a vuestra marcha hacia el fin eterno.
Viajeros, no estaréis mucho tiempo en las tinieblas y en los dolores de la prueba, si os entregáis de corazón a esta dulce doctrina que viene a revelaros las leyes eternas y asatisfacer todas lás aspiraciones de vuestra alma hacia lo desconocido. De hoy en adelante podéis dar un cuerpo a esas sílfides ligeras que veis pasar en vuestros sueños y que, efmeras sólo podían encantar a vuestro espíritu, pero nada decían a vuestro corazon. Ahora? amados míos, la muerte ha desaparecido para hacer lugar al ángel radiante que conocéis: ¡al ángel de la esperanza y de lareunión! Ahora vosotros, que habéis cumplido bien la tarea impuesta por el Señor, nada tenéis que temer de su justicia, porque es padre y perdona siempre a sus hijos
extraviados que piden misericordia. Continuad, pues, y avanzad sin cesar; que vuestra divisa sea la del progreso, la del progreso continuo y en todas las cosas, hasta que lleguéis, en fin, a ese término feliz en donde os esperan todos aquellos que os hanprecedido. (Luis. Bordeaux, 1861).

ENTRE HERMANOS

ENTRE HERMANOS:
 La vida constituye toda una escuela de transformacion en donde todos pasamos por ella huyendo de realidades desperdiciando el tiempo de la construccion en el bien.Tomar un estado de conciencia es simple mas aun no lo vemos asi, creemos que es dificil y muy lento , en tanto no tenemos suficiente vigilancia y solo hay ardor por lo que hacemos, no se trata de solo tener  el objeto de agradarnos entre los hombres sino haciendo la voluntad de Dios sinceramente,evitando el manto de la vanidad, haciendo del servicio una tarea del trabajo en comun, fraterno, con amor, revestidos de caridad que es el vinculo de la perfeccion. Revestios de caridad que es el amor sublime .El camino estara lleno de espinas, nos cabe resistencia al dolor, pero revistiendo el alma de amor todo es posible,comprendamos al semejante pórque quien ama comprende,queien comprende trabaja por un mundo mejor.

En las luchas de esta tierra a veces surgen dificultades - que afrontamos con coraje y seguimos como aprendices fieles al trabajo de amor y servicio-. hoy les decimos que cuando este oasis de amor para el despertar del ser espiritual por alguna razon no aparezca actualizado, seguramente es por alguna dificultad o imprevision, la invitacion es a que no desfallezcan en sus propositos de mejoramiento espiritual, la dadiva divina siempre esta alli de cualquier manera, les pedimos comprension y tomar acciones de entereza viril como  los educandos de la escuela del amor,  sin ir presurosos , teniendo paz y sintonia hacia el plano espiritual que no nos desampara y leamos alguna de las paginas del Evangelio que aunque sea el mismo o no o digamos que  se ha repetido, realmente siempre hay un mensaje apropiado que escuchamos por dentro si ponemos la actitud,  llega como la luz de la sabiduria y  del amor que tenemos que practicar y ejemplificar a la manera de Jesus.Si somos aplicados estudiantes de la Escuela del Amor cada vez el Evangelio penetrara mas y mejor dentro de nosotros para que pueda surgir hacia los demas incesantemente.
Administrador

domingo, 26 de octubre de 2014

FILOSOFIA DE LA DUDA

No siempre los enemigos declarados de la fe son los destructores de la edificación espiritual. Los materialistas confesos son a veces excelentes personas, de corazón blando y cabeza dura.
Sintiéndose alejados de la práctica religiosa, casi siempre experimen-tan sincero placer en el servicio a los semejantes, absolutamente desintere-sados de la remuneración divina. Su increencia resulta mucho más de la imposibilidad espiritual que de la mala voluntad calculada. Y como no se puede exigir fruto al naranjo tierno, hay que dejarlos en el ateísmo provi-sional, al sol y a la lluvia de las experiencias que hacen y deshacen cosas y situaciones, para que el hombre descubra la propia grandeza.
Los caracteres verdaderamente peligrosos para los servicios edifican-tes de la fe son aquellos que reciben sus bendiciones, absorben sus luces y recogen sus beneficios, pero se declaran contra ella al siguiente día, empu-ñando las armas de la inteligencia con que precipitan en el abismo de la duda la mente frágil de los compañeros que piden que les den la mano.
Los sacerdotes del Sinedrio que provocaron la crucifixión de Cristo permanecían en la rigidez de principios característica de su trabajo y jamás ocultaron el desagrado que la lección de Jesús les causaba; sin embargo los soldados pagados para declarar que la resurrección no era más que un em-buste grosero, aseverando, a modo de observadores súper inteligentes, que los discípulos habían hurtado el cuerpo del Maestro durante las sombras de la noche, esos sí, ocasionaron graves disturbios, junto al Evangelio naciente. Es innegable que semejantes perturbadores no afectan a la verdad eterna en su esencia divina. Las permanentes discusiones de los astrónomos sobre las manchas en el Sol no impiden que el astro glorioso continúe iluminando y sustentando el Planeta. Los enredos teológicos de la Tierra nunca dismi-nuyeron la misericordia de Dios. Pese a todo, en la esfera de las realizacio-nes humanas, la ausencia de la colaboración de los favorecidos por la inte-ligencia retrasa, en cierto modo, las construcciones sublimes de la fe viva para la concordia y felicidad de un mundo mejor. Es justo, por tanto, que indiquemos la zona neurálgica del trabajo, procurando despertar a los com-pañeros de cerebro desarrollado y corazón atrofiado. Desde los primeros días del Consolador, traído a la Tierra con el Espiritismo Cristiano, ellos ponen cerco a la esfera del servicio digno de la restauración evangélica, lanzando las arenas movedizas de la duda en el terreno destinado a convicciones sanas.
Cooperando en el ministerio sublime de Allan Kardec, los Espíritus sabios y benevolentes organizaron con el inolvidable misionero la codifica-ción de la doctrina consoladora, encaminada al espíritu sufriente de la Hu-manidad. Sin embargo, Charles Richet, no obstante los títulos ennoblecedo-res que adornan su personalidad, hace la revisión de las enseñanzas espíritas, creando la Metapsíquica para evidenciar la supremacía de la duda.
William Barrett, miembro de la Real Academia de Inglaterra, después de ser favorecido por las luces del plano superior, proclama que la emoción nerviosa es la fuente de los acontecimientos supra-normales y que aún está lejos el tiempo en que se pueda demostrar la sobrevivencia del ser humano más allá de la muerte por medio de las manifestaciones mediúmnicas. Ochorowicz, favorecido por elevadas inteligencias desencarnadas, acompa-ña el gigantesco esfuerzo de los amigos espirituales, que le facultan nota-bles demostraciones; pese a ello, a continuación del prestigioso servicio de las entidades invisibles, declara que la levitación es producto de la mecánica biopsíquica, de cuyos centros emanan, según su teoría, los rayos rígidos que mueven los cuerpos sin contacto.
Experimentadores diversos, tras recibir favores brillantes del mundo invisible, proponen que la palabra ―materialización‖ sea sustituida por el término ―ectoplasma‖, para significar que el fenómeno no implica intervención de las inteligencias extrañas y sí el mero desdoblamiento del cuer-po físico en condiciones desconocidas para la energía nerviosa.
Posee la Ciencia infinitos recursos terminológicos para incentivar la duda en las almas. Y cuando surgen investigadores concienzudos y since-ros, que no temen las consecuencias de su lealtad a la sabiduría, se extien-den las definiciones sarcásticas y les llueven las pedradas. Hasta hoy apare-cen personas interesadas en presentar a William Crookes y a César Lom-broso en la categoría de papanatas, a quienes los médiums sustrajeron las facultades de observación ante la vida. Incluso en el Brasil, hombres de vasta cultura y proyección social, como Bittencourt Sampaio y Bezerra de Menezes, fueron tachados de pardillos y locos, el primero porque permutó la política engañosa de los hombres por la divina política del Evangelio y el segundo porque cambió los intereses financieros de los médicos, altamente remunerados, por los intereses eternos del Espíritu.
Es muy difícil vencer al dragón de la vanidad humana que monta guardia a nuestro patrimonio intelectual.
Aunque hombres respetables y bienintencionados como Richet vengan a la zona del esclarecimiento, colaborando con éxito en la intensificación de la cultura moderna, surge siempre una brecha, aquí o allá, por donde el monstruo asoma las garras, revelando la deficiencia de nuestra edificación personal.
Esas maravillosas inteligencias filiadas a la duda sistemática, conti-nuarán perjudicando el desarrollo de los gérmenes de la fe y aplazando in-definidamente las realizaciones de un mundo espiritualizado; no obstante, pasarán también en el campo infinito de la vida, dando lugar a científicos más fuertes y sin miedo. Que nadie se perturbe ante esos hombres admira-bles por su raciocinio, porque ellos van discutiendo, dudando y muriendo y los Espíritus benevolentes y sabios continuarán construyendo, sin desánimo y sin inquietud, la Tierra mejor del mañana.

ADIVINACIONES

Amigo mío: tú aún perteneces al número de aquellos que consideran adivinadores a los Espíritus desencarnados, y preguntas por qué motivo no pulverizamos las afirmativas de los detractores gratuitos y apresurados del Espiritismo Cristiano. Supones, siguiendo la corriente a mucha gente, que somos nuevas ediciones del viejo Tiresias, precursor de la ―buena dicha y que a la manera de los cristianos deslenguados debemos estar al día con todos los secretos del prójimo, a fin de, por ese fácil procedimiento, darte a conocer nuestras actividades espirituales de modo concreto e incuestionable.
No obstante, puedes creer que la lógica no autoriza semejantes suposiciones. Si el Espiritismo tuviese por abogados tan solo a los magos de la revelación barata, la gran doctrina jamás pasaría de ser un movimiento anecdótico, en el cual la opinión y el boato se encargarían de interceptar la luz divina. Las sesiones quedarían reducidas a espectáculos caseros, con la supervisión de unos payasos sin cuerpo físico, y los asistentes volverían a la posición psíquica de los niños curiosos que frecuentan las salas de magia atendiendo únicamente a la varita del mago.
¿Crees que la Providencia Divina permitiría el regreso de los muertos únicamente para eso? El fenómeno trascendente de la comunicación con el plano espiritual ¿estaría circunscrito a meras demostraciones telepáticas?
Para muchos, la finalidad de nuestro intercambio consiste en conven-cer sin esfuerzo a los corazones más endurecidos. Los padres muertos im-pondrían convicciones a los hijos, adivinándoles las intenciones y anulando su libre albedrío, en la esfera de las realizaciones materiales. Los esposos fallecidos continuarían al frente de la casa, satisfaciendo los caprichos de la compañera, por más disparatados que fuesen. Entre tanto, la muerte es llave de emancipación para cuantos esperan la libertad constructiva. Y aquí, en el ―otro mundo‖, somos naturalmente compelidos a inmediato reajuste del cuadro de opiniones personales. Las afirmaciones quijotescas de los adver-sarios de la verdad no bastan para modificar una sola tilde en las leyes uni-versales, y sus arremetidas injuriosas contra los servidores fieles de la cau-sa del bien no son más que bulla infantil, en torno a las sublimes fuentes de la Nueva Revelación. Por cierto, es razonable que digan insultos y neceda-des, atendiendo a los impulsos de la boca no educada. Ignoran la grandeza del verbo creador y, a veces, no son más que enanos espirituales disfraza-dos de gigantes físicos.

Nosotros, en cambio, que hemos atravesado la experiencia del sepul-cro, no podemos caer al mismo nivel. Es indispensable examinar los problemas graves de la vida, penetrar el conocimiento del destino y del dolor, amparar la comprensión de eternidad naciente en el mundo, y no sería lícito perder las horas en atender servicios de adivinación barata.
Aparte de eso, hay que ponderar las deplorables consecuencias de las informaciones prematuras.
Te referirás, naturalmente, a los bellos servicios de la psicometría en la divulgación de la doctrina consoladora. Sí, es cierto. No juzgues, sin embargo, que esos trabajos se efectúan sin el control de las inteligencias escla-recidas de nuestra esfera de acción. Y no solo los desencarnados necesitan disciplina en sus donaciones verbales: también los médiums deben refrenar el deseo de adelantar ilaciones de lo que observan en silencio, porque en asuntos de espiritualidad, toda prudencia se hace imprescindible.
En algún lugar he leído la historia de un vidente moderno que pasaba por ser maravillosamente verdadero. Cierta vez fue visitado por un hombre que le pedía socorro para las aflicciones psíquicas. El cliente, inquieto, traía consigo un cuadro doloroso. En la existencia pasada había sido homicida, y en su campo mental, pese a la bendición del olvido en el renacimiento físi-co, se estampaba aún la escena lamentable del pasado delictuoso. Desde la infancia, debido al rescate que debería llevar a efecto, era atormentado por pesadillas y tentaciones que parecían no tener fin.
Los médicos lo daban por víctima de perturbaciones congénitas, y como no le solucionaban la cuestión angustiosa, recurrió al sensitivo, se-diento de paz interior. El médium, sirviéndose de su facultad de penetra-ción en otros dominios vibratorios y presumiendo de la franqueza que le era característica, puso en marcha el caudal de apreciaciones propias y le habló abiertamente de lo que veía. Sin espíritu de caridad constructiva, concluyó el vidente locuaz que el cuadro significaba asesinato en futuro cercano, aseverando que el consultante mataría a un hombre. Se retiró el enfermo del alma en condiciones terribles. Sugestionado por el médium imprudente, pasó a vivir mucho más del pasado criminal, reconstituyendo instintivamente las ideas siniestras de otra época. Debería matar a alguien y se preparó para el horrible acontecimiento. Corrieron los años. Uno, dos, tres, cuatro… El enfermo procuró eliminar a diversos parientes y amigos sin resultado. Había perdido el contacto con el trabajo saludable.
La idea fija del crimen lo enardecía. No dormía, se alimentaba mal y se había convertido en peligroso alienado fuera del manicomio. Su situa-ción seguía siendo angustiosa cuando, cierta noche, encontró un hombre que meditaba en un puente solitario. ¿No habría llegado el momento?, pen-só. ¿No le correspondía asesinar a un hombre? Perturbado, afligido, se pre-cipito sobre el desconocido y lo apuñaló. Algunos instantes más y se acla-raba la identidad del muerto. El asesinado era el vidente, proveedor del pensamiento inicial del crimen. La idea, pequeña e insignificante al princi-pio, se había desarrollado, crecido y actuado contra su propio creador.
¿Comprendes entonces la responsabilidad de aquellos que sacan con-clusiones precipitadas o que adelantan informaciones prematuras? Respon-deremos por todas las imágenes mentales que lleguemos a crear en los ce-rebros ajenos.
Natural, por tanto, nuestro retraimiento en materia de pareceres inoportunos y novedades sensacionales. La obra evolutiva de cada uno de nosotros pide tiempo y experiencia.
Si deseas cooperar en las filas del Espiritismo Cristiano, instrúyete en el conocimiento de la verdad y edifícate en la práctica del bien, abstenién-dote de exigir el concurso de tus amigos desencarnados, en el campo de las revelaciones fáciles. Divulga allí donde vives y trabajas el mensaje de la buena voluntad y la colaboración evangélica que la fe y el esfuerzo propio han grabado en tu corazón. En cuanto a los detractores y perseguidores vulgares, no les concedas el aprecio que andan lejos de merecer. Entrégalos a la luz bienaventurada de la conciencia, porque el sufrimiento y la muerte se encargarán de transformarlos en el momento oportuno.

PREPARACION FAMILIAR

El problema familiar, por más que nos despreocupemos de él tratando de escapar a la responsabilidad directa, constituirá siempre una de las cues-tiones fundamentales de la felicidad humana.
 

Es un tremendo error suponer que la muerte borra los recuerdos, a modo de esponja que absorbe el vinagre en la limpieza del utensilio de co-cina. Ciertamente, los vínculos menos dignos terminan en la sombra del se-pulcro, cuando soportados valerosamente y encarados como sacrificio purificador en la existencia material. El noventa por ciento, quizá, de los ma-trimonios infelices por la falta de afinidad espiritual, se extinguen con la muerte, que liberta naturalmente a las víctimas de los grilletes y de los ver-dugos. El Evangelio de Jesús enseña entre los vivos que Dios no es Dios de muertos, y los que han perdido la indumentaria carnal, sintiéndose más vi-vos que nunca, añaden que Dios no es Dios de condenados. Que los Otelos de la Tierra se prevengan, en sus relaciones con las Desdémonas virtuosas del mundo, porque aparte del cadáver, no podrán apuñalar a las esposas, libres de la carne; y las mujeres celosas, desgreñadas dentro de la noche, gritando blasfemias injuriosas contra los maridos inocentes, que se prepa-ren para largo tiempo de separación en la esfera invisible, donde en la me-jor de las hipótesis recibirán servicios de reeducación, en su propio beneficio.
 

La muerte sería un monstruo terrible si consolidase los grilletes terrestres en aquellos que toleraron heroicamente la tiranía y el egoísmo de otro. Aparte de sus muros de sombra, hay castillos sublimes para los que amaron con el alma, y atesoraron con el sentimiento más puro, el ideal y la espe-ranza en una vida mejor; y hay además precipicios oscuros, por donde ba-jan los insurrectos en desesperación por no poder oprimir y martirizar, por más tiempo, los corazones dedicados y sensibles de que se rodeaban en la Tierra.
Hecha esta salvedad, alusiva a los principios de afinidad que gobiernan la sociedad espiritual, recordemos la misión educativa que el mundo confiere al corazón de los padres, en nombre de Dios.
¿Vendría a constituir un acto casual de la Naturaleza, la unión de dos criaturas, convertidas en padre y madre de diversos seres? ¿Mera eventua-lidad la instalación de una cuna adornada de flores?


EL EXCESO Y TU

El exceso y tú

Amigo, el Espiritismo es caridad en movimiento.
No conviertas a tu hogar en un museo.
El utensilio inservible en tu casa puede prestar utilidad en
la casa ajena.
El desapego comienza por las cosas más insignificantes y el
objeto conservado sin aplicación dentro de la casa, pone a prueba
los sentimientos de quien la habita.
La verdadera muerte comienza en la inmovilidad.
Quien pone en circulación las dádivas de Dios, renueva su
camino.
Transforma los pertrechos que ya no te sirven en potencias
activas del bien.
Saca de la alacena los alimentos que descansan en el olvido
y distribúyelos fraternalmente entre los compañeros cuyo estómago
está atormentado.

Revisa tu guardarropa y deja libres las perchas de las prendas
que no usas, para entregarlas a los viajeros desnudos de la calle.
Entrega los pares de zapatos que te sobran, a los pies descalzos
que circulan a tu alrededor.
Elimina del mobiliario las piezas excedentes, e incrementarás
la alegría de las habitaciones desventuradas.
Revuelve lo conservado en cajones o desvanes a fin de hallar
una aplicación para los objetos quietos de tu uso personal.
Convierte en patrimonio ajeno los libros cubiertos de polvo
que no consultas, mediante su entrega al lector sin recursos.
Analiza tu bolsillo para dar un poco más que los simples
compromisos de la fraternidad, a fin de demostrar gratitud por
los suplementos de la Divina Misericordia que recibes.
Brinda al hermano común alguna reliquia o recuerdo afectivo
de parientes o amigos que ya se encuentren en la Patria Espiritual,
pues trasmitirás a los que partieron mayor satisfacción con ese gesto.
Renovemos la vida constantemente, cada año, cada mes,
cada día...
Previene hoy el remordimiento de mañana.
El exceso en nuestra vida genera la carencia de nuestro semejante.
Ayuda a la casa de asistencia comunitaria.
Divulga el libro noble.
Da medicina a los enfermos.
Aplaca el hambre ajena.
Enjuga lágrimas.
Repara heridas.
Cuando buscamos la cercanía con el Señor, los valores que se
momificaron en nuestras manos resurgen en las manos de los otros,
como exaltación de amor y luz para todas las criaturas de Dios.

André Luiz

PROBLEMAS DEL MUNDO

 Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. -
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán
hartos. - Bienaventurados los que padecen persecuciones por la justicia, porque de
ellos es el reino de los cielos. (San Mateo, cap. V, v. 5, 6 y 10).

E.S.E. Cap V Item 5 La ley humana alcanza a ciertas faltas y las castiga; el condenado puede, pues, decir que sufre la consecuencia de lo que ha hecho; pero la ley no alcanza ni puede alcanzar a todas las faltas; castiga más especialmente aquellas que causan perjuicio a la sociedad y no aquellas que dañan a los que las cometen. Sin embargo, Dios quiere el
progreso de todas las criaturas; por esto no deja impune ningún desvío del camino recto;
no hay una sola falta, por ligera que sea, una sola infracción a su ley, que no tenga
consecuencias forzosas e inevitables, más o menos desagradables; de donde se sigue
que, tanto en las cosas pequeñas como en las grandes, el hombre es siempre castigado
por donde ha pecado. Los sufrimientos, que son su consecuencia, le advierten de que ha
obrado mal, le sirven de experiencia, le hacen sentir la diferencia del bien y del mal y la
necesidad de mejorarse para evitar en lo sucesivo lo que ha sido para él origen de
pesares; sin esto no hubiera tenido ningún motivo de corregirse; confiando en la
impunidad, retardaría su adelanto, y por consiguiente su felicidad futura.
Pero la experiencia viene algunas veces un poco tarde, cuando la vida está
gastada y turbada, cuando las fuerzas están debilitadas y cuando el mal no tiene
remedio. Exclama el hombre: Si al principio de la vida hubiese sabido lo que sé ahora,
¡cuántos pasos falsos hubiera evitado! ¡"Si tuviera que empezar ahora", me conduciría
de muy distinto modo, pero ya no es tiempo! Así como el operario perezoso dice: He
perdido mi jornal, él también dice: He perdido mi vida; pero así como para el jornalero
el sol sale al día siguiente y empieza un nuevo día que le permite reparar el tiempo
perdido, también para él, después de la noche de la tumba, resplandecerá el sol de una
nueva vida en la que podrá valerle la experiencia del pasado y sus buenas resoluciones
para el porvenir.

 REFLEXION .

PROBLEMAS DEL MUNDO

El mundo está repleto de oro.

Oro en el suelo. Oro en el mar. Oro en los cofres.

Pero el oro no resuelve el problema de la miseria.

El mundo está repleto de espacio.

Espacio en los continentes. Espacio en las ciudades. Espacio

en los campos.

Pero el espacio no resuelve el problema de la codicia.

El mundo está repleto de cultura.

Cultura en la enseñanza. Cultura en la técnica. Cultura en la opinión.

Pero la cultura de la inteligencia no resuelve el problema del egoísmo.

El mundo está repleto de teorías. 

Teorías en la ciencia. Teorías en las escuelas filosóficas. 

Teorías en las religiones.
Pero las teorías no resuelven el problema de la desesperación.
El mundo está repleto de organizaciones.
Organizaciones administrativas. Organizaciones económicas. Organizaciones sociales. Pero las organizaciones no resuelven el problema del crimen.
 

Para extinguir la llaga de la ignorancia, que alimenta la
miseria; para disipar la sombra de la codicia que genera el delirio; para exterminar al monstruo del egoísmo que promueve la guerra; para anular el gusano de la desesperación que engendra la
locura y para extirpar el charco del crimen que causa la desventura,
el único remedio eficiente es el Evangelio de Jesús instalado
en el corazón humano.
Seamos, pues, valerosos en lo atinente a diseminar la Doctrina
Espírita, que desentraña, de la letra el mensaje del Evangelio,
para la edificación de la Humanidad Nueva, e irradia la
influencia y la inspiración del Divino Maestro a través de la emoción
y la idea, de la sugerencia y la conducta, de la palabra y el
ejemplo; y en consecuencia, mediante la paráfrasis del concepto
inolvidable de Allan Kardec acerca de la caridad, proclamemos
a los problemas del mundo: “Fuera del Cristo no hay solución.”
 

Bezerra de Menezes