Esta instrucción ha sido hecha, sobre todo, para las
personas que no poseen ninguna noción de Espiritismo y a quienes se les quiere
dar una idea sucinta de él en pocas palabras.
En los grupos o reuniones espíritas donde se encuentren
asistentes novatos, puede servir útilmente de preámbulo de las sesiones, según
las necesidades.
Las personas extrañas al Espiritismo, al no comprender
ni el objetivo ni los medios, se hacen de él casi siempre una idea
completamente falsa. Lo que les falta, sobre todo, es el conocimiento del
principio, la clave primera de los fenómenos; debido a la falta de eso, lo que
ven y lo que oyen resulta sin provecho y hasta sin interés para ellas. Es un
hecho propiciado por la experiencia el de que únicamente la visión o el relato
de los fenómenos no basta para convencer. La persona que es, ella misma,
testigo de hechos capaces de asombrarla queda más atónita que convencida;
cuanto más el efecto le parece extraordinario, más ella sospecha. Un previo
estudio serio es el único medio de conducir a las personas a la convicción;
frecuentemente, basta ese estudio para cambiar completamente el curso de las ideas.
En todos los casos, es indispensable para el entendimiento de los fenómenos más
simples. A falta de una instrucción completa, que no puede ser dada en algunas
palabras, un resumen sucinto de la ley que rige las manifestaciones bastará
para que el tema sea examinado bajo su verdadero punto de vista por las
personas que todavía no están iniciadas. Es éste el primer hito que damos en la
pequeña instrucción a continuación. Sin embargo, una observación previa es
necesaria.
La propensión de los incrédulos en general es sospechar
de la buena fe de los médiums y suponer el empleo de medios fraudulentos. Además
del hecho de que esa suposición es injuriosa con respecto a ciertas personas,
hay que preguntarse, ante todo, qué interés podrían tener ellas en engañar y en
representar o hacer representar una comedia. La mejor garantía de sinceridad
está en el desinterés absoluto, pues donde nada hay que ganar, la charlatanería
no tiene razón de ser.
En cuanto a la realidad de los fenómenos, cada uno
puede constatarla si se pone en las condiciones favorables y emplea en la
observación de los hechos la paciencia, la perseverancia y la imparcialidad
necesarias.
1. El
Espiritismo es a la vez una ciencia de observación y una doctrina filosófica. Como
ciencia práctica, consiste
en las relaciones que se pueden establecer con los Espíritus;
como filosofía, comprende todas las consecuencias morales que derivan de esas
relaciones.
2. Los Espíritus no son, como uno se imagina
frecuentemente, seres aparte en la creación; son las almas de aquellos que
vivieron en la Tierra o en otros mundos. Las almas o Espíritus son, pues, una única
y misma cosa; de donde se deduce que quienquiera que crea en la existencia del
alma cree, por eso mismo, en la de los Espíritus.
3. En general, se hace una idea muy falsa del estado de
los Espíritus; no son, como algunos lo creen, seres vagos e indefinidos, ni
llamas como los fuegos fatuos, ni fantasmas como en los cuentos de aparecidos.
Son seres semejantes a nosotros, que tienen un cuerpo como el nuestro, pero fluídico
e invisible en el estado normal cosas que nuestros sentidos limitados no nos
permiten ver ni oír. Para ellos, no hay oscuridad, excepto para aquellos cuyo
castigo es estar temporalmente en las tinieblas. Todos nuestros pensamientos
repercuten sobre ellos y los leen como en un libro abierto; de manera que
aquello que podíamos ocultar a quienquiera cuando estaba vivo, ya no lo podemos
hacer desde que es Espíritu.
4. Cuando el alma está unida al cuerpo durante la vida,
tiene un doble envoltorio: uno pesado, grosero y destructible, que es el
cuerpo; el otro fluídico, liviano e indestructible, llamado periespíritu.
El periespíritu es el lazo que une el alma y el cuerpo; es por su intermedio
que el alma hace que el cuerpo actúe y es por su intermedio también que ella
percibe las sensaciones experimentadas por el cuerpo.
5. La muerte es solamente la destrucción del envoltorio
grosero; el alma abandona ese envoltorio, como deja una ropa gastada, o como la
mariposa deja su crisálida; pero conserva su cuerpo fluídico o periespíritu. La
unión del alma, del peri espíritu y del
cuerpo material constituye al hombre; el alma y el peri espíritu
separados del cuerpo constituyen al ser llamado Espíritu.
6. La muerte del cuerpo libera al Espíritu del
envoltorio que lo unía a la Tierra y lo hacía sufrir; una vez liberado de esa
carga, no tiene nada más que su cuerpo etéreo, que le permite recorrer el
espacio y atravesar las distancias con la rapidez del pensamiento.
7. El fluido que compone el periespíritu penetra en
todos los cuerpos y los atraviesa como la luz atraviesa los cuerpos
transparentes; ninguna materia le ofrece obstáculo. Es por eso que los Espíritus
penetran en todos los lugares, en los sitios más herméticamente cerrados; es
una idea ridícula creer que ellos se introducen por una pequeña abertura, como
el agujero de una cerradura o el cañón de la chimenea.
8. Los Espíritus pueblan el espacio; constituyen el
mundo invisible que nos rodea, en medio del cual vivimos y con el cual estamos
en contacto incesantemente.
9. Los Espíritus tienen todas las percepciones que tenían
en la Tierra, pero en un grado más elevado, porque sus facultades no están
amortiguadas por la materia; tienen sensaciones que nos son desconocidas; ven y
oyen cosas que nuestros sentidos limitados no nos permiten ver ni oír. Para
ellos, no hay oscuridad, excepto para aquellos cuyo castigo es estar
temporalmente en las tinieblas. Todos nuestros pensamientos repercuten sobre
ellos y los leen como en un libro abierto; de manera que aquello que podíamos ocultar
a quienquiera cuando estaba vivo, ya no lo podemos hacer desde que es Espíritu.
10. Los Espíritus
conservan los afectos sinceros que tenían en la Tierra; les gusta regresar
hacia aquellos a quienes han amado,
sobre todo cuando son atraídos por
el pensamiento y los sentimientos
afectuosos que se les dirige,
mientras que son indiferentes con
aquellos que sólo tienen indiferencia
hacia ellos.
Fragmento de El Periódico
de Estudios Psicológicos, abril de
1864
Continuara.
Nota del Administrador: Estas son algunas nociones para
principiantes. Lo correcto es iniciar en los estudios serios de la Doctrina
Espirita para ampliar conocimientos. Siendo lo mas importante llevar los
conocimientos al fuero íntimo y aplicarlos a la luz del Evangelio que es lo que
contribuirá a la transformación moral del hombre, lo que se conoce como la
Reforma Íntima.
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