martes, 30 de diciembre de 2014

LA PACIENCIA

Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la Tierra. (San Mateo, cap. V, v. 4).
 Bienaventurados los pacíficos, porque hijos de Dios serán llamados (Id., v. 9).
Oísteis que fué dicho a los antiguos: No matarás, y quien matare, obligado quedará a juicio. - Mas yo os digo, que todo aquél que se enoja con su hermano, obligado será a juicio. Y quien dijera a su hermano Racca, obligado será a concilio. Y quien dijere insensato, quedará obligado a la gehenna del fuego. (Id., v. 21 y 22).
E.S.E. Cap IX Item 7.
La paciencia
 El dolor es una bendición que Dios envía a los elegidos; no os aflijáis, pues, cuando sufrís, sino por el contrario, bendecid a Dios Todopoderoso que os ha señalado el dolor en la tierra para la gloria en el cielo.
Sed pacientes; la paciencia también es una caridad, y vosotros debéis practicar la ley de caridad enseñada por Cristo, enviado de Dios. La caridad que consiste en la limosna que se da a los pobres, es la más fácil de todas: pero hay una mucho más penosa, y por consecuencia mucho más meritoria: es "la de perdonar a aquellos que Dios ha colocado a nuestro paso para ser instrumentos de nuestros sufrimientos y poner nuestra paciencia a prueba".
La vida es difícil, ya lo sé; se compone de mil frioleras que son alfilerazos que acaban por herir; pero es menester mirar los deberes que se nos han impuesto, los consuelos y las compensaciones que por otra parte tenemos, y entonces veremos que las bendiciones son mucho más numerosas que los dolores. La carga parece menos pesada cuando miramos a la altura que cuando doblamos la frente hacia el suelo.
Animo, amigos, Cristo es vuestro modelo; sufrió más que ninguno de vosotros, y nada tenía que echarse en cara, mientras que vosotros tenéis que expiar vuestro pasado y fortificaros para el porvenir. Sed, pues, pacíficos; sed cristianos; esta palabra lo enseña todo. (Un Espíritu amigo. Havre, 1852).

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