jueves, 21 de agosto de 2014

RECORRIENDO EL EVANGELIO I




Es muy fácil acomodar, justificar y excusar nuestras acciones yendo por la vida sin aplicar el bien a la manera de Jesús; como veletas en el mundo de acuerdo a como nos vaya tratando la vida. Pero que poco nos detenemos en agradecer por lo que tenemos y hacer el bien espontáneamente desde el corazón. Recorrer con el evangelio las enseñanzas de Jesús y recorrer los esclarecimientos del Consolador Prometido valioso legado que nos acompaña.  Es por eso que hoy nos permitimos recorrer  por una parte de esta enseñanza importante y esclarecer lo que significa hacer bien sin ostentación y por otra el bien como acción virtuosa en nuestra vida y su objetivo en el camino del auto encuentro para luchar incansablemente al llamado de Jesús “ Sed perfectos, como perfecto es vuestro Padre Celestial.”

E.S.E Cap. XVII item 1-3
Hacer bien sin ostentación
1. Mirad que no hagáis vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos: de otra manera, no tendréis galardón de vuestro Padre, que está en los cielos. - Y así, cuando haces limosna, no hagas tocar la trompeta delante de ti, como los hipócritas hacen en las sinagogas, y en las calles para ser honrados de los hombres. En verdad os digo, recibieron su galardón. - "Mas tú cuando haces limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha"; - para que tu limosna sea en oculto, y tu Padre, que ve en lo oculto; te premiará. (San Mateo, cap. VI, v. de 1 a 4.)
2. Y como descendió del monte, le siguieron muchas gentes. - Y vino un leproso, y le adoraba diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. – Y extendiendo Jesús la mano, le tocó diciendo: Quiero. Sé limpio. Y luego su lepra fué limpiada. - Y le dijo Jesús: "Mira que no lo digas a nadie; mas ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece la ofrenda que mandó Moisés, en testimonio a ellos". (San Mateo, cap. VIII, v. 1 a 4.)
3. Hacer bien sin ostentación es un gran mérito; ocultar la mano que da es aún
Más meritorio; es señal incontestable de una gran superioridad moral, porque
Es menester ver las cosas de más alto que lo que se ven vulgarmente, es preciso hacer abstracción de la vida presente e identificarse con la vida futura; en una palabra, es menester colocarse sobre la Humanidad para renunciar a la satisfacción que procura el
testimonio de los hombres y esperar la aprobación de Dios. El que aprecia más el
sufragio de los hombres que el de Dios, prueba que tiene más fe en los hombres que en
Dios, y que la vida presente es más apreciable para él que la vida futura; o lo que es lo
mismo, que no cree en la vida futura; si dice lo contrario, obra como si no creyese en lo
Que dice.
¡Cuántos hay que sólo se obligan con la esperanza de que el obligado publicará
por todas partes el bien que se le ha hecho; que a la luz del día darán una gran cantidad y
en la obscuridad no darán ni un ochavo! Por esto dijo Jesús: "Los que hacen bien con
ostentación han recibido ya la recompensa"; en efecto, el que busca su glorificación en la
tierra por el bien que ha hecho, él mismo se ha pagado; Dios ya no le debe nada; sólo le falta recibir el castigo de su orgullo.
"Que la mano izquierda no sepa lo que da la derecha", es una figura que caracteriza admirablemente la beneficencia modesta; pero si hay modestia real, hay también modestia aparente, el simulacro de la modestia: hay personas que ocultan la mano que da, teniendo cuidado de hacer que se vea un poco, mirando si alguno les ve ocultarla. ¡Indigna parodia de las máximas de Cristo! Si los bienhechores orgullosos son despreciados entre los hombres, ¡qué no será ante Dios! Estos también han recibido su recompensa en la Tierra. Se les ha visto; están satisfechos de haber sido vistos; esto es todo lo que tendrán.
¿Cuál será, pues, la recompensa de aquel que hace pagar caros sus beneficios a la persona obligada, que le impone de cierto modo muestras de reconocimiento y que le hace sentir su posición encomiando el precio de los sacrificios que se impone por él?
¡Oh! para éste, ni siquiera hay la recompensa terrestre, porque está privado de la dulce satisfacción de oir bendecir su nombre, y este es el primer castigo de su orgullo. Las lágrimas que enjugan en provecho de su vanidad, en vez de subir al Cielo, vuelven a caer sobre el corazón del afligido, y lo ulceran. El bien que hace es sin provecho para él, puesto que lo echa en cara; porque todo beneficio reprochado, es una moneda falsa y sin valor.
El beneficio sin ostentacíón tiene doble mérito, porque además de ser unacaridad material, es una caridad moral; modera la susceptibilidad del obligado; le hace aceptar el bien sin que sufra su amor propio y salvando su dignidad de hombre, porque habrá quien acepte un servicio y no reciba una limosna; así, pues, convertir el servicio en limosna por el modo como se hace, es humillar a aquel que lo recibe, y hay siempre orgullo y maldad cuando se humílla cualquiera La verdadera caridad, por el contrarío, es delicada e ingeniosa para disimular el beneficio, a fin de evitar hasta las menores apariencias que hieren porque todo agravio moral aumenta el sufrimiento que nace de la necesidad; sabe encontrar palabras dulces y afables que ponen al obligado en buena condición en presencia de su bienhechor; mientras que la caridad orgullosa, le confunde:
Lo suprime de la verdadera generosidad, es cuando el bienhechor cambiando de papel
encuentra el medio de parecer él mismo obligado en presencia de aquel a quien hace el
servicio. Esto es lo que quieren decir estas palabras. No sepa tu izquierda lo que hace tu
derecha.
Recorriendo el Bien:
CAP XXVII Item 21"El hombre, de este modo, es constantemente árbitro de su propia suerte; puede abreviar su suplicio o prolongarlo indefinidamente; su felicidad o su desgracia dependen de su voluntad en hacer bien".
Cap XIII Item 1 -3.Que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu mano derecha”. "Mas tú cuando haces limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha"; - para que tu limosna seaen oculto, y tu Padre, que ve en lo oculto; te premiará. (San Mateo, cap. VI, v. de 1 a 4.)
E.S.E Cap  XVII  Item 3
El hombre penetrado del sentimiento de caridad y de amor al prójimo hace bien
por hacer bien, sin esperanza de recompensa; devuelve bien por mal, toma la defensa del débil contra el fuerte, y sacrifica siempre su interés a la justicia.

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