lunes, 28 de septiembre de 2015

NEGOCIOS

"Y él les dijo: ¿Por qué me procurabais? ¿No sabéis que me conviene tratar de los negocios de mi Padre? -(Lucas, 2: 49)
 

El nombre del mundo está siempre preocupado por los negocios referentes a sus intereses efímeros.
Algunos pasan la existencia entera observando la cotización de las bolsas. Se absorben otros en el estudio de los mercados.
Los países tienen negocios internos y externos. En los servicios que les corresponden se utilizan maravillosas actividades de la inteligencia. Entretanto, a pesar de su forma respetable, son precarios y transitorios. Las bolsas más fuertes sufrirán crisis; el comercio del mundo es versátil y, a veces, ingrato.
Son muy raros los hombres que se consagran a sus intereses externos frecuentemente, se recuerdan de eso, muy tarde, cuando cuerpo permanece a morir. Sólo entonces, quiebran el olvido fatal.
No obstante, la criatura humana debería entender en la iluminación de sí misma el mejor negocio de la Tierra, por tanto semejante operación representa el interés de la Providencia Divina, a nuestro respeto.
Dios permitió las transacciones en el planeta, para que aprendamos la fraternidad en las expresiones del cambio, dejó que se procesasen los negocios terrenos, de modo a diseñarnos, a través de ellos, cual es el mayor de todos. Es por eso que el Maestro nos habla claramente en las anotaciones de Lucas: -"¿No sabéis que me conviene tratar de los negocios de mi Padre?".

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