Parábola de la semilla
En aquel día saliendo Jesús de la casa, se sentó a la orilla del mar. - Y se llegaron a El muchas gentes por manera que entrando en un barco se sentó, y toda ella estaba de pie en la ribera.
Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí que salió un sembrador a sembrar. - Y cuando sembraba, algunas semillas cayeron junto al camino, y vinieron las aves del cielo y las comieron.
Otras cayeron en lugares pedregosos, en donde no tenían mucha tierra; y nacieron luego porque no tenían tierra profunda. - Mas en saliendo el sol, se quemaron y se secaron, porque no tenían raíz.
Y otras cayeron sobre las espinas; y crecieron las espinas y las ahogaron. - Y otras cayeron en tierra buena; y rendían fruto, una a ciento, otra a sesenta, y otra a treinta.El que tenga orejas para oir, oiga. (San Mateo. cap. XIII, v. de 1 a 9).
E.S.E Cap XVII Item 7
El deber es la obligación moral, primero con respecto a sí mismo, y en seguida con respecto a los otros. El deber es la ley de la vida, se encuentra en los más ínfimos detalles, lo mismo que en los actos elevados. Yo hablo sólo de deber moral, y no del que imponen las profesiones.
En el orden de sentimientos, el deber es muy difícil de cumplir, porque es el antagonismo de las seducciones del interés y del corazón, sus victorias no tienen testigos y sus derrotas no tienen represión. El deber intimo del hombre está abandonado a su libre albedrío: el aguijón de la conciencia, esta guardiana de la probidad interior, le advierte y le sostiene, pero a menudo permanece impotente ante los sofismas de la pasión. El deber del corazón fielmente observado, eleva al hombre; pero este deber
¿cómo se precisa? ¿En dónde empieza? ¿En dónde se para? "Empieza, precisamente, en
el punto en que amenazáis la felicidad o el reposo de vuestro prójimo y termina en el límite que no quisiérais ver traspasar para vosotros".
Dios ha criado a todos los hombres iguales para el dolor; pequeños o grandes, ignorantes o ilustrados, sufren por las mismas causas, a fin de que cada uno juzgue sanamente el mal que puede hacer. No existe el mismo criterio para el bien, es infinitamente variado en sus expansiones. "La igualdad ante el dolor es una sublime previsión de Dios, que quiere que sus hijos instruídos, por la experiencia común, no
cometan el mal arguyendo la ignorancia de sus efectos".
El deber es el resumen práctico de todas las experiencias morales; es una bravura del alma que desafía las agonías de la lucha; es austero y flexible y pronto a doblarse a las diversas complicaciones, permaneciendo inflexible ante las tentaciones. "El hombre que cumple su deber, ama a Dios más que a las criaturas y a las criaturas más que a sí mismo"; es, a la vez, juez y esclavo de su propia causa.
El deber es el más hermoso florón de la razón, y depende de ella como el hijo depende de su madre. El hombre debe amar el deber, no porque preserve de los males de la vida, a los cuales la humanidad no puede sustraerse, sino porque da al alma el vigor necesario para su desarrollo.
El deber engrandece y radia bajo una forma más elevada en cada una de las etapas superiores a la humanidad; la obligación moral no cesa nunca en la criatura de Dios; debe reflejar las virtudes del Eterno, que no acepta un bosquejo imperfecto, porque quiere que la hermosura de su obra resplandezca ante él. (Lázaro. París, 1863).
1 ¿Cuál es el verdadero sentido del deber?
Deber es la obligación moral de la criatura para con Dios, consigo misma y para con el prójimo.
El deber está presente, tanto en los actos más simples de la vida, como en los más elevados.
2 ¿Por qué es tan difícil para nosotros el cumplimiento del deber?
Porque, debido a nuestras imperfecciones, somos atraídos por nuestros intereses y deseos y
nos olvidamos de los deberes.
3 ¿Dónde encontramos orientación para el fiel cumplimiento de nuestro deber?
En nuestra propia conciencia y en el Evangelio de Jesús, donde están claramente impresas las leyes de Dios.
4 ¿Dónde comienza y termina el deber?
“El deber comienza siempre, para cada uno de vosotros, desde el punto en que amenazáis la
felicidad o la tranquilidad de vuestro prójimo; acaba en el límite que no desearíais que nadie
traspusiera con relación a vosotros.”
Leer el evangelio completo y devolverse si es necesario cuando no quedemos esclarecidos meditando
“El deber es la obligación moral de la criatura para consigo misma primero, y
segundo, para con los otros.”
“En el orden de los sentimientos, el deber es muy difícil de cumplir, por hallarse en
antagonismo con las atracciones del interés y del corazón.”
“El aguijón de la conciencia, guardián de la probidad interior, el advierte y sustenta;
pero a veces se muestra impotente ante los sofismas de la pasión.”
El derecho de cada uno termina donde comienza el del prójimo.
5 ¿Es importante corregir, todos los días, nuestros actos?
Sí, pues sabemos que el buen proceder es motivo de elevación espiritual y no sólo defensa
contra el mal.
6 ¿Qué nos obliga al cumplimiento del deber?
Los deberes sociales, profesionales y legales nos son impuestos por las leyes y costumbres
sociales. Los deberes morales nos son impuestos por nuestra conciencia y la voluntad de ser
unos con Dios.
“El hombre que cumple su deber ama a Dios más que a las criaturas y ama la las
criaturas más que a sí mismo”.
El amor al deber “…le da al alma el vigor necesario a su desarrollo”. “Jamás cesa la
obligación moral de la criatura para con Dios.”
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