lunes, 21 de septiembre de 2015

CONSIGUES IR?


“Ven a mi…” _ Jesús (MATEO, 11:28.)
 

El creyente escucha la llamada del Maestro, anotando bendecidas
consolaciones. El adoctrinador lo repite para comunicar vibraciones de
confort espiritual a los oyentes.
Todos oyen las palabras del Cristo, las cuales insisten para que
la mente inquieta y el corazón atormentado le procuren el regazo
refrigerante…
Con todo, si es fácil oír y repetir el “ven a mi” del señor, ¡cuan
difícil es “ir para El”!
Aquí, las palabras del Maestro se derraman como bálsamo
vitalizante , entre tanto, los lazos de la conveniencia inmediatista son
demasiado fuertes; más allá se señala convite divino, entre promesas de
renovación para la jornada redentora, todavía, el carcelero del desanimo
aísla el espíritu, a través de rejas resistentes; allá, el llamamiento de lo
Alto ameniza las penas del alma desilusionada, más es casi impracticable
la libertad de los impedimentos constituidos por personas y cosas,
situaciones e intereses individuales, aparentemente improrrogables.
Jesús, nuestro Salvador, nos extiende los brazos amorosos
compasivos. Con el, la vida se enriquece de valores imperecederos y la
sombra de sus enseñanzas celestes seguiremos, por el trabajo
santificante, en la dirección de la Patria Universal…
Todos los creyentes le registran la llamada a consolador, más
raros se revelan suficientemente valerosos en la fe para buscarle la
compañía.
En suma, es muy dulce escuchar el “Ven a mí”…
¿Entre tanto, para hablar con verdad, ya conseguisteis oír?

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