No espere vivir sin problemas, una vez que los problemas son ingredientes
de evolución, necesarios en el camino de todos.
Ante los propios errores, no resbale hacia el disculpismo y, sí, enfrente las
consecuencias de ellos, a fin de rectificarse, como quien aprovecha piedras
para construcciones más sólidas.
No pierda tiempo y serenidad, delante de las probables decepciones del
camino, por cuanto aquéllos que suponen decepcionarnos se están decepcionando a s í mismos.
Reflexione siempre antes de actuar, a fin de que sus actos sean conscientes.
No exija perfección en los otros, ni aun en usted, pero procure mejorarse
cuanto fuera posible.
Simplifique sus hábitos.
Experimente humildad y silencio, cuando la violencia o la irritación aparezca en su área.
Comunique sus obstáculos sólo a los corazones amigos que se muestren capaces de auxiliar en su beneficio con discreción y bondad.
Delante de los propios conflictos, no intente tomar o doparse, buscando huir de su propia mente, porque de toda ausencia indebida usted volverá a los estragos o necesidades que haya criado en el mundo íntimo, a fin de sanearlos.
Recuérdese de que usted es un espíritu eterno y si usted dispone de paz en la conciencia estará siempre inalcanzable a cualquier injuria o perturbación.
André Luiz
E.S. E. Cap IV item 10-11
10. Y desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos
padece fuerza y los que se la hacen lo arrebatan. - Porque todos los profetas y la
Ley hasta Juan profetizaron. - Y si queréis recibir, "él es aquel Elias que ha de venir".
- El que tiene orejas para oír, oiga. (San Mateo, cap. XI, v. de 12 a 15).
11. Pero si el principio de la reencarnación expresado en San Juan, podía en
rigor ser interpretado en un sentido puramente místico, no sucedería lo mismo en el
pasaje de San Mateo referido, que está sin equívoco posible: "El es aquel Elías que ha
de venir"; aquí no hay figura ni alegoría; es una afirmación positiva. - "Y desde los días
de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos padece fuerza". ¿Qué significan
estas palabras, puesto que Juan Bautista vivía aún en aquel momento? Jesús las explica
claramente diciendo: "Si queréis recibir, él es aquel Elías que ha de venir". No siendo
Juan otro que Elías, Jesús hacia alusión al tiempo en que Juan vivía bajo el nombre de
Elías. "Hasta ahora el reino de los cielos padece fuerza", es otra alusión a la violencia de
la ley mosaica que ordenaba el exterminio de los infieles para ganar la Tierra de
Promisión, paraíso de los hebreos, mientras que según la nueva ley, el cielo se gana con
la caridad y el amor.
Después añade: "El que tenga orejas para oír, oiga". Estas palabras, tan a
menudo repetidas por Jesús,
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