“A todo aquel que me confiese y me
reconozca ante los hombres, también yo lo reconoceré y lo confesaré ante mi
Padre que está en los Cielos. Y al que me niegue ante los hombres, también yo
lo negaré ante mi Padre que está en los Cielos.” (San Mateo, 10:32 y 33.)
***
CONTIGO MISMO
Convencerás por la fuerza de la expresión
y no por la expresión de la fuerza.
Expone con bondad.
Examinando desde otro ángulo,
verificarás que tu expresión puede no ser correcta.
Advierte con serenidad.
Conseguirás éxito por lo que dices y
no como lo dices.
Enseña con suavidad.
Esclarece por la repetición incesante
y optimista y no por el tumulto que provoques.
Actúa con paciencia.
Caminarás siempre con los recursos que
tengas y no con los que piensas tener.
Ayuda con discreción.
Recogerás alegrías por los favores que
hagas y no por los propales.
Corrige con sencillez.
A través de la comprensión fraternal
vas a rectificar y no con la imposición violenta.
Habla con moderación.
Expondrás mejor con ejemplos que con
palabras.
Escucha con atención.
Informarás más tarde de acuerdo con lo
que has oído y no con lo que desearías haber escuchado.
Crece con decisión.
Llegaras a tener paz contigo mismo por
lo que realices y no por lo que desearías haber realizado.
Lo que siembres en la Terra, recogerás
en el Mundo Espiritual…
Marco Prisco.
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