Porque así es como un hombre que al partirse lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. - Y dió al uno cinco talentos, y al otro dos, y al otro dió uno,a cada uno según su capacidad, y se partió luego. - El que había recibido los cinco talentos, se fué a negociar con ellos, y ganó otros cinco. - Asimismo el que había recibido dos, ganó otros dos. - Mas elque había recibido uno, fué y cavo en la tierra, y escondió allí el dinero de su Señor. -Después de largo tiempo, vino el Señor de aquellos siervos y los lamó acuentas. - Y llegando el que había recibido los cinco talentos, presentó otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste, he aquí otros cinco he ganado de más. - Su Señor le lijo: Muy bien, siervo bueno y fiel; porque fuíste fiel en lo poco, te pondré sobre lo mucho: entra en el gozo de tu Señor. - Y se llegó también el que había recibido los dos talentos, y dijo: Señor, dos talentos me entregaste, aquí tienes otros dos que he ganado. - Su Señor le dijo: Bien está, siervo bueno y fiel; porque fuíste fiel sobre lo poco, te pondré sobre lo mucho; entra en el gozo de tu Señor. - Y llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, sé que eres un hombre de recta condición, siegas en donde no sembraste, y allegas en donde no esparcíste. - Y temiendo, me fuí, y escondí tu talento en tierra; he aquí tienes lo que es tuyo. - Y respondiendo su Señor, le dijo: Siervo malo y perezoso, sabías que siego en donde no siembro, y que allego en donde no he esparcido. - Pues debiste haber dado mi dinero a los banqueros, y viniendo yo, hubiera recibido ciertamente con usura lo que era mío. - Quitadle, pues, el talento, y dádselo al que tiene diez talentos. - Porque será dado a todo el que tuviere, y tendrá más: mas al que no tuviere, le será quitado aún lo que parece que tiene. Y al siervo inútil, echadlo en las tinieblas exteriores, allí será el llorar yel crugir de dientes. (San Mateo, cap. XXV, v. de 14 a 30.)
E.S.E. item 13
Siendo el hombre el depositario, el gerente de los bienes que Dios pone en sus manos, se le pedirá una cuenta severa del empleo que haya hecho de ellos, en virtud de su libre albedrío. El mal uso consiste en hacerlos sólo servir para su satisfacción personal; al contrario, el uso es bueno siempre que resulta un bien cualquiera para otro; el mérito es proporcionado al sacrificio que uno se impone. La beneficencia sólo es un modo de emplear la fortuna; consuela la miseria actual, apacigua el hambre, guarda del frío y da un asilo a aquél que no lo tiene; pero un deber también imperioso y meritorio consiste en precaver la miseria; ésta es, sobre todo, la misión de las grandes fortunas, por los trabajos de todas clases que pueden hacer ejecutar, y aun cuando redundase en su provecho legítimo, no existiría menos el bien porque el trabajo desarrolla la inteligencia y eleva la dignidad del hombre, siempre ávido de poder decir que gana el pan que come, mientras que la limosna humilla y degrada. La fortuna concentrada en una mano debe ser como un manantial de agua viva que esparce la fecundidad y el bienestar a su alrededor. ¡Oh, vosotros, ricos, si la empleáis según las miras del Señor, vuestro corazón será el primero que apagará su sed en este benéfico manantial de beneficencia; vosotros tendréis en la vida los inefables goces del alma, en vez de los goces materiales del egoísta que dejan el vacío en el corazón! Vuestro nombre será bendecido en la tierra, y cuando la dejéis el soberano Señor os dirigirá la palabra de la parábola de los talentos: "Oh, buen fiel servidor, participad de los goces de vuestro Señor". En esta parábola, el servidor que esconde en la tierra el oro que le ha sido confiado, ¿no es, acaso, la imagen de los avaros entre cuyas manos la fortuna es improductiva? Aun cuando Jesús habla de las limosnas, es porque en aquel tiempo y en aquel país en que vivía, no se conocían los trabajos que las artes y la industria han creado después, y en las cuales puede ser la fortuna empleada útilmente para el bien general. A todos aquellos que pueden dar poco o mucho, les diré pues: Haced limosna cuando sea necesario, pero tanto como sea posible, convertidla en salario, a fin de que elque la reciba no se avergüence. (Fenelón, Argel, 1860.)
¿Como interpretar la limosna material?
P-256 El Consolador.
En el mecanismo de relaciones comunes , el pedido de una providencia material tiene su su sentido y su utilidad oportuna, como resultante de la ley de equilibrio que preside el movimiento de los trueques en el organismo de la vida.
La limosna material, sin embargo es indice de la ausencia de espiritualizacion en las caracteristicas sociales que las fomentan.
Nadie seguramente podra reprobar el acto de pedir, y mucho menos dejara de elogiar la iniciativa de quien da la limosna espiritual todavia es oportuno considerar que a medida que el hombre se cristianiza, iluminando sus energias interiores, mas se aparta de la condicion de solicitante para alcanzar la condicion elevada del merito, por las expresiones sanas de su trabajo.
Quien se esfuerza, en los bastidores de la conciencia rectilinea, se dignifica y enriquece el cuadro de sus valores individuales.
Y el cristiano sincero, dispuesto a conquistar los elementos de la educacion evangelica no necesita materializar la idea de la rogativa de la limosna material, comprendiendo que, esperando o sufriendo, actuando o luchando, en los esfuerzos de la accion y del bien, ha de recibir, siempre,de acuerdo con sus obras y de conformidad con la promesa de Cristo.
Emmanuel.
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