Hay madres con una mayor sensibilidad que otras y por ese amor materno perciben sin pensarlo algún hecho acontecer mas adelante, de manera espontánea, sin poderlo evitar. Comprendemos que ello se debe a la sabiduría del espíritu. Mientras mayor es su evolución espiritual, mayor será su potencia en facultades psíquicas.
Uno de esos casos de
precognición o premonición sucedió con Sara. Quien le dijo a la escritora
espirita Amalia Domingo Soler, que le asaltaba un mal presentimiento sobre su
única hija Blanca, de que muy pronto moriría, y no podía evitarlo.
Blanca de apenas trece anos de
edad, asistía a un colegio de monjas. Una vez estas le pidieron que las
acompañara a un grupo de jovencitas en un acto en donde tomarían la
comunión. La niña al regresar a su casa le dice a la madre que le pide por
primera vez un regalo, que le compre un vestido de tul nieve para estar
elegante junto con sus compañeras.
La madre, que pasa por
necesidades económicas y su esposo lejos de ella, unidos más por conveniencias
que por verdadero amor, pero ambos aman intensamente a Blanca, se decide a
coser el vestido y hacerlo como ella se lo exigió. Cuando estaba cosiendo el
vestido, pasada las doce de la noche, oye una voz que le repitió dos
veces. “Cose, cose, la mortaja de tu hija”. Estuvo a punto de no
continuar. Pero Blanca se despertó y le dice si la acompaña, ella dijo que se
acostara y decidió terminarlo por la niña.
La madre asistió con la hija
al acto con el bello vestido, La madre decía que a pesar de eso, su hija se
veía pálida como un lirio blanco. Al regresar a casa, Blanca comenzó a sentirse
mal. Ello origino una tisis y se agravo. El padre que había venido de nuevo
donde ellos, sufre junto a Sara por la enfermedad de la hija.
Blanca, le pide a los dos,
quienes con su enfermedad, estuvieron a su lado, que le prometan por el amor
que le profesan, que se amen y no se separen nunca mas. Y en cada bocanada de
sangre, se unían las lágrimas del padre y la madre prometiéndole a Blanca que
así seria. La madre dijo, viéndola en el ataúd, que entonces lucia más bella
con su traje, que cuando estaba viva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario