Cuando los fariseos se enteraron de que Él había tapado la boca a los saduceos, se reunieron. Y uno de ellos, que era doctor de la ley, le hizo esta pregunta, para tentarlo: “Maestro, ¿cuál es
el mayor mandamiento de la ley?” Jesús le respondió: “Amarás al
el mayor mandamiento de la ley?” Jesús le respondió: “Amarás al
Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu
mente; este es el mayor y el primer mandamiento. Y el segundo es
semejante a ese: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Toda la
ley y los profetas se hallan contenidos en esos dos mandamientos”.
(San Mateo, 22:34 a 40.)
mente; este es el mayor y el primer mandamiento. Y el segundo es
semejante a ese: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Toda la
ley y los profetas se hallan contenidos en esos dos mandamientos”.
(San Mateo, 22:34 a 40.)
E.S.E Cap XV Item 1 -5
Caridad y humildad, ese es el único camino a la salvación. Egoísmo y orgullo, ese es el de la perdición. Este principio se halla formulado en términos precisos en las siguientes palabras: “Amarás a Dios con toda tu alma, y a tu prójimo como a ti mismo; toda la ley y los profetas se hallan contenidos en esos dos mandamientos”. Y para que no haya equivocaciones acerca de la interpretación del amor a Dios y al prójimo, Jesús agrega: “Y aquí está el segundo mandamiento, que es semejante al primero”,
es decir, que no se puede verdaderamente amar a Dios sin amar al prójimo, ni amar al prójimo sin amar a Dios. Por consiguiente, todo lo que se haga en contra del prójimo equivale a hacerlo contra Dios. Como no se puede amar a Dios sin practicar la caridad para con el prójimo, todos los deberes del hombre se hallan resumidos en esta máxima:
FUERA DE LA CARIDAD NO HAY SALVACIÓN.
FUERA DE LA CARIDAD NO HAY SALVACIÓN.
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