jueves, 12 de marzo de 2015

QUIEN LEE ATIENDA

Quien lee, atienda.” – Jesús (Mateo, 24:15)

Así como las criaturas, en general, convirtieron las producciones sagradas de la Tierra en objeto de perversión de los sentidos, un movimiento análogo se verifica en el mundo, con referencia a los frutos del pensamiento.

Frecuentemente las más santas lecturas son tomadas a cuenta de tempero emotivo, destinado a las sensaciones renovadas que condigan con el recreo pernicioso o con la indiferencia por las obligaciones más justas.

Rarísimos son los lectores que buscan la realidad de la vida.

El propio Evangelio ha sido para los imprevisores y livianos vasto campo de observaciones poco dignas.

¿Cuántos ojos pasan por él, apresurados e inquietos, anotando deficiencias de la letra o catalogando posibles equívocos, a fin de esparcir sensacionalismo y perturbación? Alinean, con avidez, las aparentes contradicciones y tocan para malbaratar, con enorme desprecio por el trabajo ajeno, las plantas tiernas y dadivosas de la fe renovadora.

La recomendación de Jesús, no obstante, es infinitamente expresiva. Es razonable que la lectura del hombre ignorante y animalizado represente un conjunto de ignominiosos juegos, pero el espíritu de religiosidad precisa penetrar la lectura seria, con real actitud de elevación.

El problema del discípulo del Evangelio no es el de leer para alcanzar novedades emotivas o
conocer las Escrituras para transformarla en arena de esgrima intelectual, sino el de leer para atender a Dios, cumpliendo su Voluntad Divina.

Espíritu Emmanuel
Médium Francisco Cándido Xavier
Del libro “Viña de luz”

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