viernes, 5 de septiembre de 2014

LA BENEFICENCIA- COMPARTIENDO CON EL MUNDO.


 Hoy nos queremos unir a esta celebracion que ha designado las Naciones Unidas e invitamos a un despertar de la conciencia que nos hace la falta en la tierra, que el papel de la Caridad se haga accion en la beneficiencia, en ese "convidar a los pobres y estropeados" .

¡Siendo tocados por el sentimiento de piedad podemos concretizar! Ser solidarios con el hermano contribuimos a la paz en el mundo , una paz queparta de nosotros mismos.

Compartimos el mensaje de este Organo mundial que favorece a tantos y que ejemplifica la caridad.

Jesus la practicó, podemos todos hacer beneficencia en la medida de nuestras posibilidades , en el tiempo y en el lugar en que nos encontremos. Considerando  que en la  Nueva era que ya comenzó, debemos  ser coparticipes todos para hacernos    bien los unos a los otros , es decir practicando el "Ama a tu projimo como a ti mismo". 

Veamos lo que las Naciones Unidas nos expresan:   

La beneficencia puede contribuir a la promoción del diálogo, la solidaridad y la comprensión mutua entre las personas.

La beneficencia puede aliviar los peores efectos de las crisis humanitarias, complementar los servicios públicos de atención de la salud, la educación, la vivienda y la protección de la infancia.

En reconocimiento del papel de la caridad a la hora de mitigar el sufrimiento humano, así como el de las organizaciones de beneficencia y el de los particulares, la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su resolución A/RES /67/105 , decidió designar el 5 de septiembre, aniversario de la muerte de la Madre Teresa de Calcuta, Día Internacional de la Beneficencia.
En este Día Internacional, las Naciones Unidas invitan a todos los Estados Miembros, las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas y las demás organizaciones internacionales y regionales, así como a la sociedad civil, incluidas las organizaciones no gubernamentales y los particulares, a celebrar de manera adecuada el Día Internacional de la Beneficencia, alentando ésta mediante actividades educativas y de concienciación.
  
 Nos permitimos hacer un recorrido por enseñanzas de los espiritus que nos inspiran a tomar buenas resoluciones con respecto a la Beneficencia, veamos:

 CONVIDAR A LOS POBRES Y ESTROPEADOS  E.S.E (CAP XIII Item 7)

La fortuna concentrada en una mano debe ser como un manantial de agua viva que esparce la
fecundidad y el bienestar a su alrededor. ¡Oh, vosotros, ricos, si la empleáis según las
miras del Señor, vuestro corazón será el primero que apagará su sed en este benéfico
manantial de beneficencia; vosotros tendréis en la vida los inefables goces del alma, en
vez de los goces materiales del egoísta que dejan el vacío en el corazón! Vuestro nombre
será bendecido en la tierra, y cuando la dejéis el soberano Señor os dirigirá la
palabra de la parábola de los talentos: "Oh, buen fiel servidor, participad de los goces de
vuestro Señor". En esta parábola, el servidor que esconde en la tierra el oro que le ha
sido confiado, ¿no es, acaso, la imagen de los avaros entre cuyas manos la fortuna es
improductiva? Aun cuando Jesús habla de las limosnas, es porque en aquel tiempo y en aquel país en que vivía, no se conocían los trabajos que las artes y la industria han
creado después, y en las cuales puede ser la fortuna empleada útilmente para el bien
general. A todos aquellos que pueden dar poco o mucho, les diré pues: Haced limosna cuando sea necesario, pero tanto como sea posible, convertidla en salario, a fin de que elque la reciba no se avergüence.

 (Fenelón, Argel, 1860.)


Los ejemplos no faltan; sólo las buenas voluntades son raras. Mirad la multitud de hombres de bien cuya piadosa memoria os recuerda la Historia. ¿No os ha dicho Cristo todo lo que concierne a estas virtudes de caridad y de amor? ¿por qué dejáis a un lado esas divinas enseñanzas? ¿por qué se cierran los oídos a sus divinas palabras y el corazón a todas sus dulces máximas?
Yo quisiera que se fijase más la atención y hubiese más fe en las lecturas evangélicas, pues se abandona ese libro y se ha hecho de él una palabra vacía, una carta cerrada: se echa al olvido ese código admirable, y vuestros males provienen del abandono voluntario que hacéis de ese resumen de leyes divinas. Leed, pues, esas páginas ardientes del afecto de Jesús, y meditadlas.
Hombres fuertes, ceñios; hombres débiles, haced armas de vuestra dulzura, de vuestra fe y tened más persuasión, más constancia en la propagación de vuestra nueva doctrina; sólo hemos venido a daros ánimo para estimular vuestro celo y vuestras virtudes, sólo para esto nos permite Dios que nos manifestemos a vosotros; pero si se quisiera, no habría necesidad de otra cosa que de la ayuda de Dios y de su propia voluntad; las manifestaciones espiritistas sólo se han hecho para los ojos cerrados y corazones indóciles.
La caridad es la virtud fundamental que debe sostener todo el edificio de las virtudes terrestres; sin ellas, las otras no existen. Sin la caridad no hay esperanza en una vida mejor, no hay interés moral que nos guíe; sin caridad no hay fe, porque la fe sólo es un rayo puro que hace brillar a un alma caritativa. La caridad es el áncora eterna de salvación en todos los globos; es la más pura emanación del mismo Criador: es su propia virtud que El da a la criatura.
¿Cómo fuera posible desconocer a esta suprema bondad? Con este pensamiento, ¿cuál seria el corazón con suficiente perversidad para rehusar y rechazar ese sentimiento enteramente divino? ¿Cuál sería el hijo bastante malo para sublevarse contra esta dulce caricia: la caridad? Yo no me atrevo a hablar de lo que he hecho, porque los espíritus tienen también el pudor de sus obras; pero creo que la que he empezado, es una de las que deben contribuir más al alivio de vuestros semejantes.
Veo que los espíritus muchas veces piden por misión continuar mi tarea; veo a mis buenas y queridas hermanas en su piadoso y divino misterio; las veo practicar la virtud que os recomiendo, con toda la alegría que procura esa existencia de abnegación y sacrificios: para mí es una felicidad grande el ver tan honrado su carácter, estimada su misión y dulcemente protegida. Hombres de bien, de buena y grande voluntad, uníos para continuar la grande obra de propagación de la caridad: vosotros hallaréis la recompensa de esta virtud en su mismo ejercicio: proporciona todos los goces espirituales desde la vida presente. Uníos, amaos unos a otros según los preceptos de Cristo.

Amén. (San Vicente de Paul. París, 1858.)

 La beneficencia sólo es un modo de emplear la fortuna; consuela la miseria actual, apacigua el hambre, guarda del frío y da un asilo a aquél que no lo tiene; pero un deber también imperioso y meritorio consiste en precaver la miseria; ésta es, sobre todo, la misión de las grandes fortunas, por los trabajos de todas clases que pueden hacer ejecutar, y aun
cuando redundase en su provecho legítimo, no existiría menos el bien porque el trabajo
desarrolla la inteligencia y eleva la dignidad del hombre, siempre ávido de poder decir
que gana el pan que come, mientras que la limosna humilla y degrada. 
                                                                                                  
                                                                                         Fenelon - Argel 1860
Mas si pido, Mas si pido, también doy, y doy mucho;también doy, y doy mucho; ¡os convido al gran banquete, y os saciaréis todos! ¡Mirad qué hermoso es y cuán cargado está de flores y de frutos! Id, id; coged todos los frutos de ese hermoso árbol, que es la beneficencia. En el lugar que ocupaban las ramas que habréis cogido, pondré todas las buenas acciones que haréis y llevaré este árbol a Dios para que lo cargue de nuevo, porque la beneficencia es inagotable. Seguidme, pues, amigos míos, a fin de que os cuente en el número de los que se alisten a mi bandera; no tengáis miedo; yo os conduciré al camino de la salvación; porque soy la Caridad. 
                                                                                   (Caritá, martirizada en Roma. Lyon, 1861).

En otra parte, amigos míos, he visto a pobres ancianos sin trabajo y en breve sin
asilo, presa de todos los sufrimientos de la necesidad, y avergonzados de su miseria, no
atreverse, no habiendo mendigado nunca, a implorar la piedad de los viandantes. Con el
corazón conmovido de compasión, yo que nada tengo, me he puesto a mendigar para
ellos, y voy por todas partes estimulando la beneficencia e inspirando buenos sentimientos
a los corazones generosos y compasivos. Por esto vengo hoy, amigos míos, y
os digo: allá hay desgraciados cuya artesa está sin pan, su hogar sin fuego y su cama sin
abrigo. No os digo lo que debéis hacer, dejo la iniciativa a vuestros corazones; si yo os
trazara vuestra línea de conducta, no tendríais el mérito de vuestra buena acción, sólo os
digo: Soy la caridad, y os tiendo la mano para vuestros hermanos que sufren.
                                                                                            
Caritá, martirizada en Roma. Lyon, 1861)
   
La fortuna concentrada en una mano debe ser como un manantial de agua viva que esparce la fecundidad y el bienestar a su alrededor. ¡Oh, vosotros, ricos, si la empleáis según las miras del Señor, vuestro corazón será el primero que apagará su sed en este benéfico manantial de beneficencia; vosotros tendréis en la vida los inefables goces del alma, en vez de los goces materiales del egoísta que dejan el vacío en el corazón! Vuestro nombre será bendecido en la tierra, y cuando la dejéis el soberano Señor os dirigirá la
palabra de la parábola de los talentos: "Oh, buen fiel servidor, participad de los goces de
vuestro Señor". En esta parábola, el servidor que esconde en la tierra el oro que le ha
sido confiado, ¿no es, acaso, la imagen de los avaros entre cuyas manos la fortuna es
improductiva? Aun cuando Jesús habla de las limosnas, es porque en aquel tiempo y en
aquel país en que vivía, no se conocían los trabajos que las artes y la industria han
creado después, y en las cuales puede ser la fortuna empleada útilmente para el bien
general. A todos aquellos que pueden dar poco o mucho, les diré pues: Haced limosna
cuando sea necesario, pero tanto como sea posible, convertidla en salario, a fin de que el
que la reciba no se avergüence. 
                                                                                                     (Fenelón, Argel, 1860.) 

Infortunios Ocultos
¿Por qué ese porte tan sencillo? Es porque no quiere insultar a la miseria con su
lujo. ¿Por qué se hace acompañar por su joven hija? Para enseñarle cómo se
debe practicar la beneficencia. Su hija hace también caridad, pero su madre la dice:
"¿Qué puedes dar tú, hija mía, si no tienes nada tuyo? Si yo te entrego alguna cosa para
pasar a la mano de los otros, ¿qué mérito tendrás? En realidad seré yo la que haré la
caridad, y tú la que tendrás el mérito; esto no es justo. Cuando vamos a visitar a los
enfermos, tú me ayudas a asistirlos; pues el procurarles cuidados, ya es dar alguna cosa.
¿No te parece esto suficiente? Nada hay más sencillo; aprende a hacer obras útiles
confeccionando vestidos para estos niños, de este modo tú darás alguna cosa que te
pertenezca". Este es el modo como esa madre, verdaderamente cristiana, forma a su hija
según la práctica de las virtudes enseñadas por Cristo. ¿Es espiritista? ¡Qué importa que
no lo sea!
Para la sociedad, es la mujer del mundo, porque su posición lo exige; pero se
ignora lo que hace, porque no quiere otra aprobación que la de Dios y su conveniencia.
Sin embargo, una circunstancia imprevista conduce un día a su casa a uno de sus
protegidos que le devolvía la labor; éste la reconoció y quiso bendecir a su protectora.
"¡Chitón!, le dijo; no lo digas a nadie". Así hablaba Jesús.


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