lunes, 14 de diciembre de 2015

FRENTE A LA NIÑEZ

Ver en el corazón infantil el esbozo de la generación venidera, procurando
ampararlo en todos los sentidos.
Orientación de la infancia, profilaxis del futuro.
Solidarizarse con los movimientos que inspiren respeto por su labor
asistencial a la niñez, mejorando los métodos y ampliando las tareas.
Educar a los pequeñitos es sublimizar a la humanidad.
Colaborar decididamente en la recuperación de las criaturas enfermas,
pugnando por la disminución de la mortandad infantil.
En la infancia del cuerpo, el Espíritu encuentra oportunidad de renovar las
bases de su propia vida.
Los padres espíritas deben, en lo posible, matricular a sus hijos en las
escuelas de moral espírita cristiana, para que los compañeros recién encarnados
puedan iniciar el buen camino en la nueva experiencia terrena.
Los padres responden espiritualmente como cicerones de quienes resurgen
en el instituto educacional de la carne.
Distribuir incesantemente las obras infantiles de la literatura espírita, de
autores encarnados o desencarnados, colaborando de manera efectiva en la
implantación esencial de la Verdad Eterna.
El libro edificante inmuniza la mente infantil contra el mal.
Observar con detención cuándo se debe o no conducir a las criaturas a
reuniones doctrinarias.
El orden significa artículo de ley en cualquier edad.
Evitar prometer a las criaturas que estudian premios u obsequios en calidad
de recompensa o de estímulos falsos por el éxito que obtengan en sus estudios
escolares, a fin de no viciar sus mentes.
La noción de responsabilidad en los deberes mínimos es el punto de partida
para el cumplimiento de las máximas obligaciones.
No permitir que los niños participen de reuniones o fiestas que manchen
sus sentimientos y, en ninguna oportunidad, ofrecerles regalos susceptibles de
incentivarles actitudes belicosas, como juguetes, publicaciones, etcétera.
La niñez sufre profundamente la influencia del medio.
Impedir el desenvolvimiento de las facultades mediúmnicas en los niños;
tampoco permitir su presencia en las labores de asistencia a desencarnados,
aun cuando ellos presenten síntomas de perturbaciones de origen
mediúmnico, circunstancia ésta en la que deben recibir el auxilio por medio de
la oración y el pase magnético.
Solamente poco a poco el Espíritu se va enterando de las realidades de la
encarnación.
En toda programación, proyecto o emprendimiento doctrinario, no olvidar
la singular importancia de la educación de la infancia en las labores del
Espiritismo, creando departamentos y programas dedicados a los niños en
particular.
Sin buena simiente, no hay buena cosecha.
 
Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de
ellos es el reino de Dios. -Jesús. LUCAS, 18:16

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