El ítem 5 del capítulo VI del “Evangelio Según el Espiritismo”, constituye de un mensaje del Espíritu de la Verdad, que hace más de un siglo nos repitió, como portavoz de Cristo, su enseñanza olvidada “Espíritas, amaos, es la primera enseñanza, instruíos, es la segunda “. El mensaje está dirigido a los espíritas en la era de la razón, porque ellos deben estar en condiciones de comprenderla.
No basta amar, es preciso saber amar. Jesús no nos trajo tan solo el amor, si no también la Verdad. Nos enseñó a razonar, a buscar el sentido de la vida, a no perdernos de nuevo en las tinieblas de la vanidad farisaica. Por eso el Espíritu de la Verdad acentúa: ¡Instruiros!
El Espiritismo es el Renacimiento Cristiano, según la hermosa definición de Emmanuel. Inicia en la Tierra una fase de nueva ilustración, de iluminismo, desalojando nuestra mente del fanatismo sectario. En el Renacimiento tuvimos la iluminación de las Ciencias. En el Espiritismo tenemos la iluminación de la Verdad bajo las luces conjugadas de la ciencia, de la filosofía y de la religión. No tenemos derecho de perdernos de nuevo en juegos de palabras, como hicieron los sofistas griegos, los rabinos judíos y los clérigos medievales. No tenemos derecho a corregir los textos de Jesús y Kardec según la medida estrecha de nuestra miopía mental. Necesitamos instruirnos, liberarnos de los preconceptos, para no confundir el fermento del pasado con el pan de cada día que el panadero nos entrega.
Francisco Candido Xavier en Reunion Publica Febrero1975
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