sábado, 5 de julio de 2014

DAD DE GRACIA LO QUE DE GRACIA RECIBISTEIS

Capítulo XXVI, ITEM 1 y 2.

El don de curar
 
1. “Devolved la salud a los enfermos, resucitad a los muertos, curad a los leprosos, expulsad a los demonios. Dad de gracia lo que de gracia recibisteis.” (San Mateo, 10:8.)
 

2. “Dad de gracia lo que de gracia recibisteis”, dice Jesús a sus discípulos. Con esa recomendación Él prescribe que nadie debe cobrar lo que no ha pagado. Ahora bien, lo que ellos habían recibido gratuitamente era la facultad de curar a los enfermos y de expulsar a los demonios, es decir, a los Espíritus malos. Ese don les había sido dado de gracia por Dios, para aliviar a los que sufren y para contribuir a la propagación de la fe. Jesús les recomienda que no hagan de él un objeto de comercio ni de especulación, como tampoco un medio de vida.
 
Manifestaciones espirituales:
Con la revivificación del Cristianismo puro, en las agrupaciones del Espiritismo con Jesús, se verifica idéntica preocupación a las que torturaban a los aprendices de los tiempos apostólicos, en los que se refiere a la mediumnidad.
 
la mayoría de los trabajadores en la evangelización se inquieta por el desenvolvimiento inmediato de facultades incipientes.
 
en determinados centros de servicio, se exigen realizaciones superiores a las posibilidades que disponen; en otros, se sueña con fenómenos de gran alcance.
 
El problema, no obstante no se resume a adquisiciones exteriores.
 
Enriquezca el hombre su propia iluminación íntima, intensifique el poder espiritual, a través del conocimiento y del amor, y entrará en la posesión de tesoros eternos de modo natural.
 
Muchos aprendices desearían ser grandes videntes o admirables reveladores, embalados en la perspectiva de superioridad, pero no se atreven ni siquiera a meditar en el sudor de la conquista sublime.
 
Se inclinan a los lucros, mas no cogitan del esfuerzo. En ese sentido, es interesante recordar que Simón Pedro, cuyo espíritu se sentía tan bien con el Maestro gloriosos del Tabor, no soportó las angustias del amigo flagelado en el calvario.
 
Es justo que los discípulos pretendan el agradecimiento espiritual , sin embargo, quien posea una facultad humilde no la desprecie porque el hermano  más próximo sea detentor de cualidades más expresivas. Trabaje cada uno con el material que le fue confiado, convencido de que el Supremo  Señor no atiende, en el problema de manifestaciones espirituales, conforme al capricho humano, sino, de cuerdo con la utilidad general.

Emmanuel

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