miércoles, 25 de noviembre de 2015

PRESERVATE A TI MISMO

"Ve y no peques más." — Jesús. (Juan, 8:11.)
 

La simiente valiosa que nos ayuda, puede perderse.
El árbol tierno que no proteges, permanece expuesto a la destrucción.
La fuente que no amparas, podrá secarse. El agua que no distribuyes, forma pantanos. El fruto no aprovechado, se pudre.
La tierra buena que no defiendes, es asfixiada por la yerba inútil.
La azada que no utilizas, crea herrumbre.
Las flores que no cultivas, no siempre se repiten.
El amigo que no conservas, huye de tu camino.
La medicación que no respetas en la dosis y en la oportunidad in-dicada no te beneficia en el campo orgánico.
Así también es la Gracia Divina.
Si no guardas el favor de lo Alto, respetándolo en ti mismo, si no usas los conocimientos elevados que recibes para beneficio de tu propia felicidad, si no aprecias la contribución que te viene de la cima, no te vale la dedicación de los mensajeros espirituales. En balde improvisarán ellos milagros de amor y paciencia, en la solución de tus problemas, porque sin la adhesión de tu voluntad, al programa regenerador, todas las medidas salvadoras resultarán inútiles.
 

"Ve y no peques más."
 

La enseñanza de Jesús es suficiente y expresiva.
El Médico Divino proporciona la cura, pero si no la conservamos, dentro de nosotros, nadie podrá proveer la extensión y las consecuencias de los nuevos desequilibrios que nos acechan por la falta de vigilancia.

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