viernes, 23 de octubre de 2015

CUIDAD EL CUERPO CUIDAD EL ESPIRITU


E.S.E. CAP XVII Item 11
¿Le es válido al hombre maltratar el propio cuerpo para buscar la purificación de su
alma?
No, al contrario. Siendo el cuerpo el instrumento del alma, para que esta practique el bien y
evolucione, es necesario que aquél esté en la mejor forma posible.
2 ¿El cuerpo ejerce así, alguna influencia en el desempeño de la actividad del espíritu
que lo anima?
Sí, y mucho. De ahí, concluimos que todo lo que hagamos para comprometer la salud física
será prejudicial para el alma, que tendrá un instrumento defectuoso para ejecutar su tarea.
3 ¿Cómo debemos cuidar del cuerpo y del espíritu, para establecer el equilibrio entre
ambos?
Del cuerpo, cuidamos según las normas de salud e higiene de que disponemos y que nos es
dado conocer; del espíritu, según los postulados del Evangelio, que nos establece la medida de
nuestro comportamiento ante la vida.
4 ¿Cómo explicar el comportamiento que tiene por base el aniquilamiento del cuerpo,
incluso con el pretexto de la purificación?
Refleja un desconocimiento del verdadero sentido de las leyes divinas y de la real finalidad del
envoltorio físico, así como de su importancia para el progreso del espíritu.
“Para que esa prisionera viva se expanda y llegue incluso a concebir las ilusiones de
libertad, el cuerpo tiene que estar sano, dispuesto, fuerte.
De la misma forma que el cuerpo influye sobre el alma, ésta influye sobre el cuerpo.
Enfermedad del cuerpo puede acarrear enfermedad del alma, y viceversa.
“Desatender las necesidades que la propia Naturaleza indica, es desatender la ley de
Dios”.
5 ¿Cómo contribuye el espíritu en esta cuestión?
Demostrando, a través de sus enseñanzas, las relaciones que existen entre el cuerpo y el alma,
y el papel que cada uno ejerce, con el objetivo de la evolución del hombre.
6 ¿Infringe la ley de Dios quien no cuida del cuerpo, alegando ser este de secundaria
importancia?
Claro, pues nuestro cuerpo pertenece a Dios, que nos lo presta para, a través de la
encarnación, cumplir misiones evolutivas en el plano físico.
7 ¿Cómo buscar, por fin, la perfección?
A través de las reformas por las que hicimos pasar a nuestro espíritu, imponiéndole, esto sí, (y
no al cuerpo), duras pruebas, en el sentido de dominar el orgullo y todas las llagas que aún le
son características.
Los conocimientos revelados por el Espiritismo, unidos a la ciencia, proporcionan una
mejor comprensión de esas relaciones.
Nuestro cuerpo es un ingenio divino que la vida nos presta como instrumento
indispensable para nuestra permanencia en la Tierra.
“Ese es el medio de tornarlo dócil a la voluntad de Dios y el único de alcanzar la
perfección.”
“Para que en él el espíritu habite y a través de él se manifieste, trillones de vidas
microscópicas se armonizan en perfecto intercambio, generando equilibrio y
atendiendo a determinaciones de la propia estructuración.” (Juana de Ángelis – libro:
Candelero Espírita)

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