domingo, 21 de febrero de 2016

APUNTES DE LA DESOBSESION

"Y le preguntó Jesús, diciendo: "¿Qué nombre tienes?" Y él dijo:"Legión". Porque muchos demonios habían entrado en él." Lucas 8:30.
 
Atendiendo el trabajo de desobsesión en los alrededores de Gadara, tenemos a Jesús al conversar fraternalmente con el obseso que le fuera presentado, al mismo tiempo que se hacia a oír por los desencarnados infelices.
Es importante verificar que, ante la interrogación del Maestro preguntándole su nombre, el médium, consciente de la presión que sufría por parte de las Inteligencias conturbadas y errantes, contesta llamarse ''Legión'', y el evangelista aclara que el obsesado así se expresaba "porque muchos demonios habían entrado en él".
Sabemos hoy, con Allan Kardec, conforme a palabras textuales del Codificador de la, Doctrina Espirita en el parágrafo 6 del capítulo XII, ''Amad a vuestros enemigos"; de El Evangelio según el Espiritismo, que "esos demonios no son más que las almas de los hombres perversas que todavía no se han despojado de los instintos materiales".
En tal episodio observamos al Cristo entendiéndose, en forma simultánea, con el médium y con las entidades comunicantes, en benemérita empresa, de esclarecimiento colectivo, enseñándonos que desobsesión no es caza, del fenómeno y si trabajo paciente de amor conjugado con el conocimiento y el raciocinio asociado a la fe.
Sea en el caso de simple influenciación o en las determinantes de posesión profunda, la mente medianímica permanece dominada por pensamientos extraños a ella misma, en procesos de hipnosis del que solo gradatívamente se librará. De allí resulta el imperativo de generalizarse la asistencia, sistemática a los desencarnados prisioneros de la insatisfacción o de la angustia por medio de equipos de compañeros consagrados a los servicios de ese orden, los cuales demandan paciencia y comprensión, análogas a las que caracterizan a los enfermeros que, puertas adentro de los establecimientos de cura mental, se dedican al socorro de los hermanos segregados en los meandros de la psicosis.
 Rogamos al Señor nos sustente a todos - trabajadores encarnados y desencarnados -  por cuanto obsesores y obsesados, conscientes o inconscientemente caídos en la desorientación, en el mundo o más allá de él, son hermanos que nos piden apoyo compañeros que integran nuestra familia, terrestre, y el amparo a la familia no es ministerio que debamos relegar a la, esfera de los ángeles y si es obligación intransferible que nos compete abrazar como servicio nuestro.
EMMANUEL

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