lunes, 25 de febrero de 2019
COHERENCIA Y FIRMEZA
Compórtate con la misma firmeza y dignidad, a solas o en la multitud, en el hogar o fuera del hogar.
El hombre de bien es siempre el mismo, no poseyendo dos caras morales.
Trabajando interiormente en ti mismo, fijarás los ideales de ennoblecimiento en los actos que se exteriorizarán, siempre iguales, en las más variadas situaciones.
El hombre consciente de sus responsabilidades tiene una sola conducta, sea en la vida privada o en la pública, caracterizándose por la rectitud, que le expresa la grandeza del ideal desposado.
Si adquieres el hábito del disimulo,en breve caerás en la hipocresía y en la pusilanimidad.
Ejercitándote en la concentración de los pensamientos superiores, ellos fluirán por tus actos en el hogar, en el trabajo y en las horas de recreo.
El hogar es la sociedad miniaturizada en las fronteras domésticas. Ahí se forjan los valores indispensables para el crecimiento intelecto moral del individuo, preparándolo para el mundo.
*
Se refractario a la lisonja.
Prefiere una verdad ácida a una mentira dulzona.
El lisonjeador es deshonesto con aquel que elogia.
Interrumpe la insinuación perturbadora, que te atribuye valores que no posees. Se,entonces, coherente, en todos los actos, no amparando al vicio, ni pasando recibo a favor del fraude con las posturas reprochables.
Tal vez no cambies el mundo.
Sí, no obstante, te tornaras mejor, el mundo se habrá renovado con disposiciones superiores para el farol de la fraternidad y de la paz.
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