“Orar
por esas almas perturbadas; orar por todoslos
sufrientes, que la caridad no se restringe a la Humanidad
visible, mas debe socorrer y consolar a los habitantes
del Espacio”. (Del libro “El Cielo y el Infierno” – Allan Kardec)
Los
Espíritus perversos se acercan más bien a los hombres, a quienes
tratan de atormentar, que a los otros Espíritus, de los cuales se alejan
todo lo posible. En esa aproximación a los humanos, cuando encuentran
a alguien que los moraliza, al principio no lo escuchan y se ríen de
él. Más tarde, si se sabe captarlos, terminan por dejarse impresionar.
Los Espíritus elevados, en cambio, sólo pueden hablarlesen
nombre de Dios, y esto los espanta. Claro está que el hombre tiene menos
poder que los Espíritus superiores, pero su lenguaje se identifica
más con
la naturaleza de los inferiores, y al comprobar que puede ejercer
un ascendiente sobre éstos comprende mejor la solidaridad que existe
entre el Cielo y la Tierra.
(“El
Libro de los Médiums”– Allan
Kardec, ítem 254)
Muchos
desencarnados no seencuentran aptos para comprender el lenguaje de los Benefactores
Espirituales y precisan oír la voz materializada de los encarnados.
Conducimos,
por tanto, frecuentemente hasta vuestro medio a aquellos de nuestros semejantes
que aquí se encuentran impregnados de las sensaciones corporales. (De la obra
Emmanuel)
Por lo anterior,
podemos concluir lo siguiente:
1- “La
caridad no se debe restringir a la humanidad encarnada, debe ampliarse a los
habitantes del espacio, es decir, a los hermanos desencarnados sufrientes”
además, en número expresivamente mayor que el de los atormentados del mundo
físico, influyendo sobre manera en las aflicciones del hombre terreno. Juana de
Angelis se refiere a ese trabajo como “la caridad difícil y algo ignorada, que
los ojos del mundo no ven ni la gratitud del mundo recompensa...”.
Realmente,
el médium no sólo da, se da. Su trabajo se agita con su mundo íntimo; su
psiquismo es alcanzado, provocándole alteración de humor o incluso inquietud y
angustias.
Acostumbradamente,
él absorbe los tormentos de los desencarnados sufrientes, aliviándoles las
aflicciones. De ahí la expresión de “caridad difícil” usada por la mentora
Juana.
2 – Los
Benefactores Espirituales pueden, en muchos casos, asistir directamente a los
atormentados del mundo espiritual.
Mientras
tanto, los Espíritus necesitados tienen una tendencia a huir
de
ellos y de aproximarse a los encarnados, con quien mejor se
identifican,
sobre todo en lo referente al lenguaje. Por eso dice Emmanuel que “conducidos a
nuestros trabajos a aquellos que se encuentran aún impregnados de las
sensaciones corporales”. Es oportuno, en esas circunstancias,recordar lo que
contienen los capítulos I y XVII del libro “Misioneros de la Luz”, donde André Luiz
registra que, en las sesiones
mediúmnicas,
los fluidos de los encarnados se unen
con los fluidos
de los
Benefactores Espirituales, “formando precioso almacén de beneficios para los
infelices, extremadamente apegados a las sensaciones fisiológicas. Además de eso,
la energía y los rayos del hombre encarnado son utilizados para la formación de
ciertas imágenes y cuadros indispensables al
reavivamiento
de la emotividad y de la confianza de las almas infelices”. He aquí por qué
Allan Kardec asevera que, además de otros
recursos, “es necesario actuar sobre el ser inteligente, al cual es preciso se
posea el derecho de hablar con autoridad”.
Ahora,
las reuniones mediúmnicas bien estructuradas, sobre todo las de
desobsesión, desempeñan un gran papel, donde el decir deEmmanuel
sobre “el imperativo de popularizarse la asistencia sistemática a los
desencarnados prisioneros de la insatisfacción o de la angustia, por intermedio
de los equipos de compañeros consagrados a los servicios de ese orden”.
A
través de las reuniones mediúmnicas, los obsesores y demás Espíritus
atormentados son beneficiados con el magnetismo balsamizante, reciben
vibraciones saludables, optimistas y vigorizantes, son envueltos en cariño y
ternura por parte del equipo de los encarnados y Benefactores Espirituales.
Además del diálogo evangélico (adoctrinación) que los consuela, esclarece y les
descongestiona el campo mental impregnado de ideas fijas, ellos reciben
medicamentos fluídicos. También, cuando es necesario, reciben el beneficio de
la sueñoterapia y proyección de cuadros mentales útiles al esclarecimiento y
reeducación.
Los
propios trabajadores encarnados son enormemente beneficiados, lucrando en
aprendizaje, experiencias y recursos espirituales.
La
Espiritualidad mayor se ha referido con tristeza a el poco interés que hacia
hacia estos hermanos sufrientes mayormente necesitados.El Espíritu de Manuel
Filomeno de Miranda esclarece e igualmente por orientación de Becerra de
Meneses, el cual expresa “las sesiones prácticas del Espiritismo asumen,
igualmente, la función consoladora, por el lenitivo de añoranzas y disminución
de dolores que propician, a través del bendito intercambio mediúmnico” y nos alientan
a no cerrar esta puerta de servicio por ningún motivo.
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