En todos los pasos de la vida, la calma es
convidada a estar presente.
Aquí, es una persona que agrede…
Allá es una circunstancia infeliz que
genera dificultad…
Ahora es una amenaza ante el fracaso de
una actividad programada…
Después es una incomprensión que urde
males contra tus esfuerzos…
Es necesario tener calma siempre.
La calma es hija dilecta de la confianza
en Dios y en su justicia., es expresarse con una conducta recta que responde con
una actitud mental armonizada.
Cuando no se actúa incorrectamente no
hay porque temer ante un acontecimiento infeliz.
La irritación, alma gemela de la
inestabilidad emocional, es responsable por daños, después corresponderán a la
conducta moral y emocional de la criatura.
La calma inspira una mejor manera de
actuar y sabe aguardar el momento justo para actuar propiciando los medios para
la acción correcta.
No se anticipa ni se retarda.
Soluciona los desafíos, beneficiando a
aquellos que se desequilibran y sufren.
Presérvate en la calma, aconteciendo lo
que tenga que acontecer. Aprendiendo a actuar con amor y misericordia en favor
del otro, y ante tu prójimo y ante toda circunstancia fatídica, poseerás la
calma inspiradora de paz y de éxito.
Joanna de Angelis.
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