jueves, 4 de agosto de 2016

EL DESANIMO

También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, Lucas 18:1

Tóxico inmovilizador, el desánimo se insinúa suavemente dominando las reservas del coraje y sometiéndonos a un combate con acción perturbadora.
Se instala poco a poco, inspirando pesimismo y malestar, que se agrava, cual invasor que conquista paso a paso los espacios abandonados frente a frente.
El desánimo es enemigo cobarde que acaba con más vidas que el cáncer, por los resultados que logra en la economía del comportamiento humano.

Cuando sientas la insinuación del desánimo, llenándote de falsos motivos para que abandones la lucha, postérgalo y no lo consideres, ten cuidado.
Usa la razón y expúlsalo de la casa mental.
Las veces que se te presenta esta condición que causa tanto daño es después de cualquier incomprensión sufrida y en otras ocasiones, en forma de fuerzas de escape, en este momento debe superarse con un cambio de actitud mental y de actividad física.
La marcha del tiempo es inexorable.
De todos modos, las horas continúan corriendo.
Utiliza el tiempo de la mejor manera, incluso ante el peso de los sacrificios.
Cuando transpones la barrera de la dificultad, la mayor ventaja será haber perserverado, por la paz dentro de ti mismo y los tesoros del amor para tu plenitud adquirida.

Ningun  motivo debe servir de apoyo para el desánimo.
Todo en la vida es la invitación a avanzar y a conquistar la armonía y la gloria del bien.
Joanna de Angelis.

No hay comentarios:

Publicar un comentario