Evangelio en el Hogar
El culto Cristiano en el hogar
Se llenara el firmamento de estrellas, en una noche de luna plateada,
cuando el Señor instalado provisionalmente en casa de Pedro, tomó Las
Sagradas Escrituras y, como si quisiese imprimir un nuevo rumbo a la
conversación que se hiciera improductiva y poco edificante, habló con
bondad:
– Simón, ¿qué hace el pescador cuando se dirige al mercado con los frutos de cada día?
El apóstol pensó algunos momentos y respondió indeciso:
– Maestro, naturalmente escogemos los mejores pescados, pues nadie compra los residuos de la pesca.
Jesús sonrió y preguntó de nuevo:
¿Y el alfarero, qué hace para realizar la tarea que se propone?
– En verdad Señor, – replicó el pescador intrigado – modela el barro imprimiéndole la forma que desea.
El Amigo Celeste, con la mirada compasiva y fulgurante, insistió:
– ¿Y cómo procede el carpintero para alcanzar el trabajo que pretende?
El interlocutor, muy simple, informó sin vacilar;
– Labrará la madera, usará la suela y el serrucho, el martillo y el formón. De otra manera no podrá devastar la pieza bruta.
Se calló Jesús por algunos momentos y luego dijo:
– Así es también el hogar ante el mundo. El nido doméstico es la
primera escuela y el primer templo del alma. La casa del hombre es la
legítima forjadora del carácter para la vida común. Si el comerciante
selecciona la mercancía, si el ebanista no consigue hacer una barca sin
ajustar la madera a sus propósitos, ¿cómo esperar una comunidad segura y
tranquila sin que el hogar se perfeccione?. La paz del mundo comienza
bajo el techo que nos acoge. Si no aprendemos a vivir en paz entre
cuatro paredes, ¿cómo esperar la armonía entre las naciones?. Si no nos
habituamos a amar al hermano mas próximo, aquél que está asociado a
nuestra lucha de cada día, ¿cómo respetar al Padre Eterno que nos parece
distante?
Jesús pasó su mirada en la modesta sala, hizo un pequeño intervalo y continuó:
– Pedro, encendamos aquí, en torno a los que nos solicitan la
asistencia fraternal, una claridad nueva. La mesa de tu casa es el hogar
de tu pan. En ella recibes del Señor el alimento para cada día. ¿Por
qué no instalar, a su alrededor, la simiente de la felicidad y de la
paz, en la conversación y en el pensamiento?. El Padre, que nos da el
trigo para nuestra despensa, a través del suelo, nos envía la luz a
través del Cielo. Si la claridad es la expansión de los rayos que la
constituyen, la abundancia comienza en el grano. Por esta razón el
Evangelio no se inició sobre la multitudes, y sí en el sencillo
domicilio de los pastores y de los animales.
Simón Pedro fijó sus ojos, humildes y lúcidos, en El Maestro y, como
no encontraba palabras adecuadas para explicarse, murmuró tímidamente:
– Maestro, se hará como deseas.
Entonces Jesús, convidando a los familiares del apóstol a la
conversación edificante y a la meditación elevada, desenrolló los
escritos de la sabiduría y comenzó, en la Tierra, el primer culto
cristiano en el hogar.
(“Jesús en el Hogar”, ED. FEB, Neio Lucio – Francisco Cándido Xavier)
Evangelio en el hogar
Practicas cultos diversos en casa, de manera imperceptibles.
El culto de la limpieza.
El culto del pan.
El culto del cariño.
El culto de la seguridad.
El culto del bienestar.
La higiene externa, entre tanto, no puede excluir la pureza de los pensamientos.
Estómago lleno no siempre es confort para el espíritu.
Cariño, en muchas circunstancias, es simple apego, sin ser amor.
Seguridad financiera no es fortaleza interior.
Bienestar, muchas veces, es pasajera ilusión.
Si aceptaste la realización del EVANGELIO EN EL HOGAR, la Doctrina
Espirita te enseñará a valorar a todos ellos, por cuanto con Cristo, la
limpieza comienza en la conciencia, el pan del conocimiento nutre el
alma antes del cuerpo, la seguridad es armonía moral, el cariño es
entendimiento fraterno y el bienestar es realmente la consagración de
cada uno al bien de todos. Pensando en eso, te ofrecemos este folleto.
Pueda él, pues, ayudarte en la formación de tu núcleo de Evangelio
entre las paredes del propio hogar, porque si la Doctrina Espirita es el
Cristo de Luz para la Humanidad, por encima de todo es la Luz del
Cristo en nuestros corazones.
Emmanuel (Espíritu)
(Médium: Francisco Cándido Xavier)
¿Que es el espiritismo?
Sus fundamentos
1º.- Existencia de Dios.
2º.- Demostración experimental de la supervivencia e inmortalidad del espíritu.
3º.- El superior principio de la Reencarnación, es decir, un determinado
número de existencias, a través de diferentes cuerpos humanos, que
viene a ser su herramienta de trabajo, pero siempre el mismo Espíritu,
como único medio de alcanzar la evolución y perfeccionamiento.
4º.- Que cada uno de nosotros es el autor de su propio destino.
5º.- Que todos somos hermanos, por espíritu y origen, pero en diferentes
grados de evolución y conocimientos, de acuerdo a la edad espiritual de
cada uno.
6º.- Admite mundos habitados, innumerables en cantidad y grados de
progreso, que serán también nuestra morada un día, cuando hayamos
avanzado en el camino del progreso moral.
7º. – Promueve la caridad, la fraternidad y la solidaridad, como los
medios seguros de alcanzar la felicidad real; por ello comparte la
elevada sentencia de Jesús, que “sólo por el amor será salvado el
hombre”.
8º.- Que el verdadero espirita se le conoce sencilla y principalmente por su transformación moral.
9º.- El Espiritismo es la Filosofía, es la Religión Universal, que
promueve, a través de reconocidas experiencias, sus fundamentos, es
decir, el verdadero objetivo de la vida, pero es aún más: el Evangelio
mismo, en su más absoluta pureza.
El Espiritismo, además de ser una filosofía disciplinada y de
experiencia científica, posee la garantía moral del Evangelio de Jesús.
Lógico y con criterio en sus principios, en más de cien años de
actividades doctrinarias, demostró ser la doctrina que responde a la
necesidad de la mente moderna. En sus enseñanzas, fácilmente
comprensibles y sin objetivos personales y sectarios, fue delineado para
la liberación espiritual de la Humanidad del Siglo XX.
Practica del evangelio en el hogar
El Evangelio, comentado a la luz del Espiritismo, es el más auténtico
camino de que podemos disponer, hoy y siempre, para la solución
pacífica y feliz de los problemas humanos. Con él, todo es claridad y
paz, alegría y trabajo, armonía y entendimiento, luz y progreso. Sin él,
nublados son los días y heladas las madrugadas. Con él, la inteligencia
y la cultura edifican para la vida que no perece, entreabriendo los
panoramas de la perfección. Sin él, la cultura e inteligencia levantan
tronos a la presunción que es hija dilecta del orgullo. Con él, la
fortuna construye el progreso, estimula la prosperidad, extiende las
bendiciones del socorro fraterno a aquellos que la vejez pobre y la
infancia desvalida colocan al margen de la felicidad. Sin él, los
recursos materiales provocan la arteriosclerosis espiritual, favorecen
la expansión del egoísmo –”monstruo devorador de todas las
inteligencias” – incentivan la prepotencia, retienen el alma en los
alucinantes abismos de la usura.
La buena dirección y el éxito de todos los emprendimientos humanos
tienen por base, substancialmente, intrínsecamente, el Cristo y su
Evangelio. Es siempre oportuno, pues, sentir, vivir, y difundir el
Mensaje de Jesús, con sinceridad y respeto, a través de nuestro sincero
esfuerzo, a fin de que prosigamos, a pesar de nuestras imperfecciones y
necesidades, buscando algo mejor. El imperativo de hoy y de los siglos
que se aproximan es el mismo de ayer: para el frente y para lo alto, en
dirección de los sublimes destinos de nuestra alma en tránsito para la
luz. Nuestra contribución consiste sobre todo en el estímulo a nosotros
mismos y a cuantos se interesan por la adquisición de los valores que no
perecen, en el sentido de que nuestras luchas y problemas, aflicciones y
cansancios, emprendimientos y responsabilidades nos encuentren siempre:
Vigilantes y laboriosos. Sinceros en el aprendizaje común
Leales a los propósitos de la Evolución Asimilando las lecciones que la vida escribe Estudiando y practicando el Evangelio.
Martins Peralva
“Estudiando el Evangelio”
El evangelio en el hogar
Finalidades
El Culto del Evangelio en el Hogar es una reunión familiar en la cual
se procura la oración en conjunto y el estudio de “El Evangelio Según
el Espiritismo” a través de charlas edificantes y meditación elevada.
Realizado en el ambiente doméstico con constancia y puntualidad traerá
muchos beneficios, entre los cuales podemos citar:
1) – Permitirá una amplia comprensión de las enseñanzas de Jesús,
para hacer su práctica ejemplificante en el ambiente en que se vive.
2) – Mostrará a las personas unidas por los lazos consanguíneos la
necesidad de una vivencia armoniosa, posibilitando a cada una de ellas
la superación de las barreras, de los desentendimientos y de los
desajustes que puedan existir entre ellas, despertando el sentimiento de
fraternidad que debe unir a las criaturas dentro de un hogar cristiano.
3) – Orientará las vidas por la Conducta Cristiana desde tierna edad,
lo que posibilitará evitar el aparecimiento de muchos defectos latentes
del espíritu, sanando el mal antes de su aparición. Si, por ventura,
aparecieren tendencias negativas a pesar de la orientación evangélica,
los familiares encontrarán elementos seguros en la Moral Cristiana para
superarlos.
4) – Enseñará a vivir y a convivir con toda la familia humana,
haciendo a las personas que lo practican conscientes de que todos somos
Espíritus deudores ante las Leyes Universales y, por tal motivo, debemos
conducirnos dentro de actitudes ejemplares, amando y perdonando,
soportando y comprendiendo los reveses de la vida. Mas allá de eso, con
la ampliación de los conocimientos evangélicos, estos se podrán ofrecer
con mayor seguridad a los que de ellos necesitaren.
5) – Atraerá, cuando es practicado en fecha y horario semanal
preestablecidos, para la convivencia familiar, Espíritus Elevados que a
todos protegerán y ampararán, pues, por su presencia, se apartarán los
Espíritus “menos felices” que estimulan la desunión y la discordia. El
ambiente familiar se convertirá en un puesto avanzado de luz donde los
Espíritus dedicados al bien estarán siempre presentes.
6) – Proporcionará momentos de paz y comprensión a través de la
oración y del estudio evangélico, haciendo con que las personas reciban
mas fácilmente las inspiraciones benéficas sugeridas por los Espíritus
protectores para una vivencia más tranquila y de patrón vibratorio más
elevado, lo que contribuirá a la obtención de un Mundo Mejor.
Pautas para su realización
1) – Escoger un día y una hora de la semana en que sea posible contar
con la presencia de todos los familiares o de la mayor parte de ellos.
2) – Observar rigurosamente la fecha y el horario, pues la
puntualidad y la constancia en las reuniones son elementos
indispensables para obtener de buena asistencia espiritual.
3) – En una sala previamente escogida, la reunión será realizada con
las personas sentadas alrededor de una mesa (se colocarán además algunos
libros sobre la mesa) o aún en silla, para que todos queden bien
acomodados.
4) – Colocar vasos con agua (individual es mejor porque permite
fluidificación especializada a cada persona) o una vasija con agua pura,
para ser ofrecida a todos los componentes al final de la reunión.
5) – Iniciar la reunión con una oración, que deberá ser simple y
espontánea, realizada en voz alta por uno de los miembros, mas siempre
exteriorizando los sentimientos en las palabras expresadas. Podrán ser
hechas oraciones conocidas mas siempre dictadas por el corazón y nunca
adornadas con extenso palabrerío. La oración de abertura permitirá el
equilibrio de pensamientos de los presentes en torno de Jesús, lo que
facilitará la armonía y el aprovechamiento de las lecciones.
6) -Se prosigue a la lectura de EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO a través de uno de los siguientes procesos:
a) Estudio ordenado, estudio metódico del Evangelio desde el primer
capítulo; permitirá que los participantes tengan un conocimiento gradual
y ordenado de las enseñanzas que el libro contiene y, después de su
término, seguir el segundo sistema.
b) Sistema de la abertura al acaso, se abre el Evangelio al acaso; se
obtendrán lecciones variadas, generalmente coincidentes con las mayores
necesidades de los presentes por la intervención de la Esfera
Espiritual.
7) -El trecho escogido no deberá ser largo, mas siempre realizado de
manera completa, esto es, leyendo todo el párrafo escogido para el
estudio. Después de la lectura se siguen los comentarios (o preguntas)
por los diversos componentes, de manera suscinta y breve, sobre el tema
escogido y siempre buscando la esencia espiritual de la lección para la
aplicación en la vida diaria de cada uno.
8 ) – La orientación de la práctica corresponderá al jefe de la
familia o a la persona que disponga de mayores conocimientos
doctrinarios. Aún aquí cabe recordar que siendo el Evangelio en el
Hogar, un ESTUDIO EN GRUPO, no es necesaria la presencia de una persona
con cultura doctrinaria. En la pureza de los ideales y en la sinceridad
de las intenciones, está el mayor valor proporcionado por el Evangelio y
en la continuidad de los estudios todos aprenderán, auxiliándose
mutuamente en los puntos poco comprensibles. Como el Espiritismo nos
ofrece la Fe a través de la Lógica y del Raciocinio es muy importante
que todos traten de participar en la discusión de los temas escogidos,
en la medida de lo posible, en forma serena, amistosa y con libertad de
pensamientos, mas siempre en un ambiente de respeto y elevación. Hablar y
vivir con Jesús es una felicidad que no debe ser obstaculizada.
9) – Las manifestaciones mediúmnicas deberán ser evitadas. Para ellas
hay un local adecuado que es el Centro Espirita. La finalidad básica
del Evangelio en el Hogar es EL APRENDIZAJE CRISTIANO PARA LA MEJOR
CONDUCCIÓN DE NUESTROS DESTINOS en la jornada física actual. De esa
forma, en el Culto Cristiano no hay lugar para incorporaciones, pases y
psicografías, salvo determinadas situaciones, que se pueden considerar
como excepciones. Cuando encontramos mediumnidades indisciplinadas
debemos encaminar el problema a una Sociedad Espirita idónea.
10) – Se deben evitar comentarios y censuras que vayan contra
personas o religiones. Se busca en el Evangelio la adquisición de
valores mayores como la BENEVOLENCIA, la CARIDAD, la COMPRENSIÓN, y la
HUMILDAD, no habiendo allí lugar para cualquier conversación poco
edificante.
11) – La participación de niños en la práctica debe ser permitida,
teniéndose en cuenta su grado de mentalidad para que haya compatibilidad
con la comprensión y el respeto necesario al momento. Podrán participar
en los comentarios y en la oración para ir adquiriendo conciencia de
“participación”.
12) – La duración de la reunión puede ser de 30 minutos, no debiendo prolongarse más allá de los 45 minutos.
13) – No suspender la práctica del Evangelio en virtud de visitas
inesperadas. El dirigente deberá esclarecer el asunto delicadamente, con
humildad y franqueza, y convidar a la visita si así lo desea.
Recuérdese que, muchas veces fue la Espiritualidad que provocó el
encuentro para el esclarecimiento Evangélico.
14) – No suspender la práctica del Evangelio en virtud de llamados
sin urgencia, recados inoportunos que traigan preocupaciones, paseos,
festividades de cualquier orden y otros motivos de menor importancia.
Nada es más importante que el Evangelio en el Hogar y por ese motivo es
que fue sugerido la selección de un día y horario especial en que todos
puedan estar presentes y que no se prevea ninguna anormalidad en la
rutina del hogar.
15) – El cierre de la reunión se hace con una oración en la cual se
agradece los momentos de reencuentro espiritual, la paz y las lecciones
recibidas. A continuación todos beberán el agua fluidificada.
Observaciones
Fuera del “EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO” podrán ser utilizadas
otras obras Espiritas relacionadas con el asunto en estudio, desde que
respete el tiempo de duración. Puede ocurrir que la persona motivada por
la Doctrina Espirita no encuentre la misma repercusión en el ambiente
familiar o apenas en parte de él. En ese caso, desde que manifieste el
deseo de la práctica del Evangelio en su Hogar, deberá proceder de la
siguiente manera:
a) Elegir día y hora en la semana; en ese día y hora recogerse en un
cómodo lugar de la casa, sólo o acompañado por los simpatizantes; b)
Proceder a la práctica del Evangelio como fue explicado anteriormente.
Sobre el agua fluidificada
En las reuniones de la Práctica del Evangelio en el Hogar, se utiliza
este elemento natural como valioso instrumento terapéutico. El agua
fluidificada, es decir, vitalizada positivamente por las energías
superiores, del hombre – energía magnética -, del mundo espiritual, –
energía fluídica -, hacen del agua un medicamento saludable, capaz de
revitalizar los órganos físicos debilitados y restablecer las funciones
orgánicas afectadas o descompensadas; esta es la acción del
extraordinario potencial energético que puede adquirir el agua cuando se
le es sometida al influjo de energía etérea. El agua es elemento
energético y óptimo vehículo para transmitir fluidos benéficos al
organismo humano. Ella es sensible a los principios radioactivos
emanados del sol y también al magnetismo áurico del hombre. Por lo
tanto, en sus reuniones cristianas, puede valerse de este maravilloso
recurso. Coloca una vasija con agua, y dentro de la oración final o
inicial, sugieres al Mundo Mayor, la posibilidad de magnetización de la
misma, a fin de obtener la medicina espiritual a través de este
vehículo. Terminada la reunión, cada uno de los participantes tomará un
poco de agua. Se pueden individualizar los vasos con agua de acuerdo al
número de los presentes. De este modo, cada uno recibirá de acuerdo a
sus necesidades. Cuando fuere necesario, ante la presencia de un enfermo
o para nuestros propios requerimientos, al acostarnos, coloquemos un
poco de agua en un vaso, o recipiente pequeño y en nuestra oración
solicitemos a los Benefactores Espirituales, la fluidificación o
medicación del agua. Démosla al enfermo o en nuestro caso personal
tomarla en la hora de levantarnos. Valgámonos de este sublime recurso en
los momentos críticos, y con mucho fervor, elevando nuestra alma a
Dios, obtendremos resultados inesperados. “Pedid y se os dará”, dijo el
Maestro Jesús.
Explicación Necesaria
El EVANGELIO, es la Buena Nueva, que el Maestro Jesús hace dos mil
años nos legara. El Espiritismo al tomar del Evangelio de Jesús, las
máximas más sobresalientes, no establece competencia con religión alguna
existentes en la actualidad, ni debe confundirse con alguna de ellas.
El Espiritismo es una Doctrina de Amor. Allan Kardec, al tomar algunos
de los aspectos de la Doctrina de Jesús, los enfocó a la luz del
Espiritismo dejándonos la obra EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO, que
contiene la explicación de las máximas morales de Jesús, su concordancia
con el Espiritismo y su aplicación en las diversas situaciones de la
vida. Alertando a las almas para las verdaderas finalidades de la vida,
llevando a los humildes y sufridores el límpido mensaje de Jesús, de paz
y de consuelo.
La genuina esencia de la doctrina está contenida en este libro, El
Evangelio de Jesús verdaderamente explicado en espíritu y en verdad,
cuya enseñanza moral es lo único que nos puede conducir a la reforma
íntima, a la realización integral de la finalidad de la Creación por el
respeto y obediencia a las leyes divinas, las leyes morales, inscritas
en la propia conciencia del hombre. Tomamos este libro, como punto de
partida para la realización del Evangelio en el Hogar, ya que orienta al
hombre para la conquista de los valores espirituales y la reforma
interior, para el combate de los vicios, para una nueva filosofía de la
vida, mostrándole sobre todo, la necesidad de ser bueno, porque “fuera
de la caridad no hay salvación”.
Esclarecimiento sobre la oración
La oración es una invocación; por ella un ser se pone, con el
pensamiento, en relación con el ser a quien se dirige. Puede tener por
objeto suplicar, dar gracias o glorificar. Se puede orar para sí mismo,
para otro, para los vivos y para los muertos. El Espiritismo hace
comprender la acción de la oración, explicando el modo de transmitir el
pensamiento, ya sea que el ser a quien se ruega venga a nuestro
llamamiento, o que nuestro pensamiento llegue a él. Luego, cuando el
pensamiento se dirige hacia un ser cualquiera que está en la Tierra o en
el espacio, del encarnado al desencarnado o del desencarnado al
encarnado, se establece una corriente fluídica entre los dos, la cual
transmite el pensamiento como el aire transmite el sonido. La energía de
la corriente está en razón con la del pensamiento y de la voluntad. Así
es como la oración es oída por los Espíritus en cualquier parte que se
encuentren, como los Espíritus se comunican entre sí, como nos
transmiten sus inspiraciones y como se establecen relaciones a distancia
entre los encarnados. Esta explicación, es sobre todo, para aquellos
que no comprenden la utilidad de la oración puramente mística; no es con
objeto de materializar la oración, sino con el fin de hacer
comprensible su efecto, manifestando que puede tener una acción directa y
efectiva, sin que por esto deje de estar menos subordinada a la
voluntad de Dios, juez supremo de todas las cosas y el único que puede
hacer eficaz su acción. Por la oración el hombre llama el concurso de
los buenos Espíritus que vienen a sostenerle en sus buenas resoluciones y
a inspirarle buenos pensamientos, adquiriendo de este modo la fuerza
moral necesaria para vencer las dificultades y volver a entrar en el
camino derecho si se ha desviado, así como también puede desviar de sí
los males que se atrae por sus propias faltas.
Cualidades de la oración
Jesús definió las cualidades de la oración claramente, diciendo:
Cuando roguéis, no os pongáis en evidencia; rogad en secreto y no
aparentéis rogar mucho porque no será por la multitud de las palabras
que seréis oídos, sino por la sinceridad con que sean dichas; antes de
orar, si tenéis alguna cosa contra alguien, perdonádsela, porque la
oración no podría ser agradable a Dios si no sale de un corazón
purificado de todo sentimiento contrario a la caridad; en fin, rogad con
humildad, como el publicano, y no con orgullo, como el fariseo:
examinad vuestros defectos y no vuestras cualidades, y si os comparáis
con otros, buscad lo que hay de malo en vosotros.
Eficacia de la oración
Hay gentes que niegan la eficacia de la oración fundándose en el
principio de que, conociendo Dios nuestras necesidades, es superfluo
exponérselas. Aun añaden que, encadenándose todo el universo por leyes
eternas, nuestros votos no pueden cambiar los decretos de Dios. Sería
ilógico deducir de esta máxima: “Todas las cosas que pidiereis orando,
creed que las recibiréis”, que basta pedir para obtener como sería
injusto acusar a la Providencia si no accede a otro lo que se le pide,
puesto que sabe mejor que nosotros lo que nos conviene. Hace lo mismo
que un padre prudente que rehúsa a su hijo las cosas contrarias al
interés de éste. Generalmente el hombre sólo ve el presente; mas si el
sufrimiento es útil para su futura felicidad, Dios le dejará que sufra,
como el cirujano deja sufrir al enfermo en la operación que debe
conducirle a la curación. Lo que Dios le concederá, si se dirige a El
con confianza, es valor, paciencia y resignación. También le concederá
los medios para que él mismo salga del conflicto, con ayuda de las ideas
que le sugiere por medio de los buenos Espíritus, dejándole de este
modo todo el mérito; Dios asiste a los que se ayudan a si mismos, según
esta máxima: “Ayúdate y el cielo te ayudará”, y no a aquellos que todo
lo esperan de un socorro extraño, sin hacer uso de sus propias
facultades; pero casi siempre se preferiría el ser socorrido por un
milagro sin ningún trabajo.
El poder de la oración
El poder de la oración está en el pensamiento; no se concreta a las
palabras, ni al lugar, ni al momento que se hace. Se puede, pues, rogar
en todas partes y a todas horas, estando sólo o acompañado. La
influencia del lugar o del tiempo está en relación de las circunstancias
que pueden favorecer el recogimiento. La oración en común tiene una
acción más poderosa cuando todos aquellos que oran se asocian de corazón
a un mismo pensamiento y tienen un mismo objeto, porque es como si
muchos levantasen la voz juntos y unísonos; pero ¡qué importaría estar
unidos en gran número, si cada uno obrase aisladamente y por su propia
cuenta personal!. Cien personas reunidas pueden orar como egoístas,
mientras que dos o tres, unidas en una común aspiración, rogarán como
verdaderos hermanos en Dios, y su oración tendrá más poder que la de los
otros ciento.
Oraciones inteligibles
La oración sólo tiene valor por el pensamiento que se une a ella, y
es imposible unir el pensamiento a lo que no se comprende, por qué lo
que no se comprende no puede conmover al corazón. Para la inmensa
mayoría, las oraciones en un lenguaje incomprensible sólo son un
conjunto de palabras que nada dicen al Espíritu. Para que la oración
conmueva, es preciso que cada palabra despierte una idea, y si no se
comprende no puede despertar ninguna. Se repite como una simple fórmula,
suponiéndole más o menos virtud según el número de veces que se repite;
muchos oran por el deber y otros por conformarse con los usos; por esto
creen haber cumplido su deber cuando han dicho una oración en número de
veces determinado, siguiendo tal o cual orden. Dios lee en el fondo del
corazón y ve el pensamiento y la sinceridad; sería rebajarle creerle
más sensible a la forma que al fondo.
Modo de orar
El primer deber de toda criatura humana, el primer acto que debe
señalar para ella la vuelta a la vida activa de cada día, es la oración.
Casi todos vosotros rezáis, pero : ¡cuán pocos saben orar!, ¡Qué
importan al Señor las frases que juntáis maquinalmente las unas a las
otras, porque tenéis esta costumbre, que es un deber que llenáis y que,
como todo deber, os moleta!.
La oración del cristiano, del Espirita, de cualquier culto que sea,
debe ser hecha desde que el Espíritu ha vuelto a tomar el yugo de la
carne; debe elevarse a los pies de la majestad divina, con humildad, con
profundidad, alentada por el reconocimiento de todos los bienes
recibidos hasta el día, y por la noche que se ha pasado, durante la cual
os ha sido permitido, aunque sin saberlo vosotros, volver al lado de
vuestros amigos, de vuestros guías, para que con su contacto os den más
fuerza y perseverancia. Debe elevarse humilde a los pies del Señor, para
recomendarle vuestra debilidad, pedirle su apoyo, su indulgencia y su
misericordia. Debe ser profunda, porque vuestra alma es la que debe
elevarse hacia el Creador, la que debe transfigurarse como Jesús en el
monte Tabor, y volverse blanca y radiante de esperanza y de amor.
Vuestra oración debe encerrar la súplica de las gracias que os sean
necesarias, pero de una necesidad real. Es, pues, inútil pedir al Señor
que abrevie vuestras pruebas y que os dé los goces y las riquezas;
pedirle que os conceda los bienes más preciosos de la paciencia, de la
resignación y de la fe. No digáis lo que muchos de entre vosotros: “No
vale la pena de orar, porque Dios no me escucha”. La mayor parte del
tiempo ¿qué es lo que pedís a Dios?. ¿Habéis pensado muchas veces en
pedirle vuestro mejoramiento moral? ; ¡OH!,no, muy pocas; más bien
pensáis en pedirle el buen éxito de vuestras empresas terrestres, y
habéis exclamado “Dios no se ocupa de nosotros; si se ocupara no habría
tantas injusticias”, ¡Insensatos!. ;¡Ingratos!. Si descendieseis al
fondo de vuestra conciencia, casi siempre encontraríais en vosotros
mismos el origen de los males de que os quejáis; pedid, pues, ante todo,
vuestro mejoramiento y veréis qué torrente de gracias y consuelos se
esparcirá entre vosotros.
Debéis rogar sin cesar, sin que por esto os retiréis a vuestro
oratorio o que os pongáis de rodillas en las plazas públicas. La oración
del día es el cumplimiento de vuestros deberes sin excepción,
cualquiera que sea su naturaleza. ¿No es un acto de amor hacia el Señor
el que asistáis a vuestros hermanos en cualquier necesidad moral o
física?. ¿No es hacer un acto de reconocimiento elevar vuestro
pensamiento hacia El cuando sois felices, cuando se evita un percance,
cuando una contrariedad pasa rozando con vosotros, si decís con el
pensamiento:;¡Bendito seáis, Padre mío.! ¿No es un acto de contrición el
humillaros ante el Juez Supremo cuando sentís que habéis fallado,
aunque sólo sea de pensamiento, al decirlo:¡Perdonadme, Dios mío, porque
he pecado (por orgullo, por egoísmo o por falta de caridad); dadme
fuerza para que no falte más y el valor necesario para reparar la
falta!?. Esto es independiente de las oraciones regulares de la mañana y
de la noche, y de los días que a ella consagréis; pero, como veis, la
oración puede hacerse siempre sin interrumpir en lo más mínimo vuestros
trabajos; decid, por el contrario, que los santifica. Y creed bien que
uno solo de estos pensamientos, saliendo del corazón, es más escuchado
de vuestro padre celestial que largas oraciones dichas por costumbre, a
menudo sin causa determinada, y a las cuales conduce maquinalmente la
hora convenida. A continuación transcribimos algunas oraciones que
servirán como modelo para la iniciación y cierre de las reuniones de la
practica del evangelio en el hogar
Para iniciar
¡Señor!
No te pedimos que nos libres de las pruebas necesarias mas apelamos a
tu misericordia, a fin de que nuestras fuerzas consigan superarlas. No
te rogamos la suspensión de nuestros problemas que nos afligen; sin
embargo, esperamos el apoyo de tu amor para solucionarlos con base en
nuestro propio esfuerzo. No te solicitamos que nos apartes los
adversarios que traban nuestros pasos y obscurecen el camino; todavía
contamos con tu amparo, de modo que aprendamos a aceptarlos,
aprovechándoles el concurso. No te imploramos inmunidad contra las
desilusiones que por ventura nos hieran, mas te pedimos el auxilio, para
aceptarlas sin rebeldía, como función edificante y redentora. No te
suplicamos para que se nos libre el corazón de penas y de lágrimas; mas;
rogamos tu benevolencia para sobrellevarlas.
Señor, asístenos, para recibir el esclarecimiento necesario de tu
mensaje redentor. Señor, que sepamos agradecer tu protección y tu bondad
en las horas de alegría y de triunfo; entre tanto, ¡que en los días de
aflicción y de fracaso podamos sentir con nosotros la luz de tu
vigilancia y de tu bendición.!…
Otra
¡Señor Jesús!,
Cuando Dios no es colocado por centro de nuestra vida, perdemos el
rumbo, cual viajeros que se distancian de la luz, cayendo en las
tinieblas. . . Y es entre nosotros, Señor, la imagen más fiel del Padre
que nos creó. Para reunirnos a El nos diste tu Evangelio de amor el
camino de la redención. ¡Concédenos, así, la fuerza para recorrerlo!:
Inspíranos la comprensión de tu palabra, por cuanto sabemos que el Reino
de los Cielos, como felicidad eterna, ha de comenzar en nosotros
mismos.
Guíanos, Maestro, y ayúdanos a entender Tu Voluntad.
Otra
Señor Jesús, que un día dijiste: “yo soy la luz del mundo”,
ilumínanos la visión para que podamos conocer el camino para poder
atender Tu Voluntad. Permite, Maestro, que tus mensajeros nos asistan e
inspiren, y nos sustenten el espíritu para que seamos dignos de tu
confianza. Nosotros te agradecemos la bendición del Hogar en que nos
reúnes. Enséñanos que él no es apenas el rectángulo de paredes que acoge
los cuerpos, mas sí el santuario que nos concediste para la
aproximación de las almas. Ayúdanos, Dios de Infinita Bondad, a fin de
que nuestros ojos espirituales se mantengan abiertos para nuestras
responsabilidades en familia, y aprendamos, así, con tu bendición, a
amarnos realmente, unos a loa otros.
Otra
Señor Jesús, nos diste una vida dinámica, para que sea realmente
vivida. Se moviliza nuestro cuerpo, el tiempo avanza y la evolución
camina. Ayúdanos Señor, para que nuestra fe también marche, expresándose
en acción permanente en el bien. A ti, Excelso Benefactor, que traduces
la confianza del Padre, en Amor a los semejantes, inspíranos nuestra
aspiración de servir. Así sea.
Oraciones para el cierre
Señor, agradecemos la riqueza que nos concediste, al permitirnos en
este hogar reunirnos. Aquí nos situaste por amor, para que aprendamos a
servir al prójimo, sirviendo a nosotros mismos. Inspíranos resoluciones
elevadas, a fin de que la corrección en el desempeño de nuestros deberes
nos haga más felices y más útiles. No permitas, amado Jesús, que
olvidemos nuestras obligaciones, ante tus enseñanzas, y bendíganos, hoy y
siempre.
Otra
Señor Jesús, deseamos aprender a servir.
¡Enséñanos Maestro, a procurarte la presencia Divina en el servicio
de todos los días!. Te entregamos, así, nuestras vidas con nuestros
sentimientos e ideales, rogando que dispongas de nosotros según Tu
Voluntad. Amado Jesús, te procuramos la luz divina en el Evangelio que
nos dejaste, para ser más útiles. Agradecemos, Señor, el amparo que nos
das y contamos con tu auxilio para que seamos mañana, mejores que hoy.
Así sea.
Oración de caritas
Dios Padre nuestro, que tienes poder y bondad, dad fuerzas a aquel
que pasa por la prueba, dad luz a aquel que busca la verdad, poned en el
corazón del hombre la compasión y la caridad. Dios, dad al viajero la
estrella guía, al afligido la consolación, al enfermo el reposo. Padre,
dad al culpado el arrepentimiento, al espíritu la verdad, al niño el
guía, al huérfano el padre. Señor, que vuestra bondad se extienda sobre
todo lo que creaste. Piedad, Señor, para aquellos que no os conocen;
esperanza para aquellos que sufren. Que vuestra bondad permita a los
Espíritus consoladores extender por toda parte la paz, la esperanza y la
fe. Dios, un rayo, una chispa de Vuestro Amor poder abrazar la Tierra;
déjanos beber en las fuentes de esa bondad fecunda e infinita y todas
las lágrimas pararán, todos los dolores se calmarán; un solo corazón, un
solo pensamiento, subirá hasta vos, como un grito de reconocimiento y
de amor. Como Moisés sobre la montaña nosotros esperamos con los brazos
abiertos, oh poder, oh bondad, oh belleza, oh perfección, y queremos de
alguna suerte merecer vuestra misericordia. Dios, dadnos la fuerza de
ayudar al progreso a fin de subir hasta Vos; dadnos la caridad pura,
dadnos la fe y la razón, dadnos la simplicidad que hará de nuestras
almas el espejo donde se debe reflejar Vuestra Imagen.
El libro espirita es vida
El pan elimina el hambre.
El Libro Espirita suprime la penuria moral.
El traje compone lo exterior.
El Libro Espirita armoniza lo íntimo.
El techo abriga de la intemperie.
El Libro Espirita resguarda a la criatura contra los peligros de la obsesión.
El remedio excluye la enfermedad.
El Libro Espirita reanima el enfermo.
La cirugía reajusta los tejidos celulares.
El Libro Espirita reequilibra los procesos de la conciencia.
La devoción prepara y consuela.
El Libro Espirita reconforta y explica.
El arte distrae y enternece.
El Libro Espirita purifica la emoción, induce al raciocinio.
La conversación amiga y edificante exige ambiente y ocasión para socorrer a los necesitados del alma.
El Libro Espirita hace eso en cualquier lugar y en cualquier tiempo.
La fuerza corrige.
El Libro Espirita renueva.
El alfabeto instruye.
El Libro Espirita ilumina el pensamiento.
Ciertamente es deber nuestro crear y desenvolver todos los recursos
humanos que nos sustenten y dignifiquen la vida en la Tierra de hoy.
Todavía, cuando nos sea posible, auxiliemos el mantenimiento y difusión
del Libro Espirita que nos sustenta y dignifica la vida imperecible,
libertándonos de la sombra para la luz, de la ignorancia para el
conocimiento, en el plano físico y en la esfera espiritual, aquí y
ahora, después y siempre.
André Luiz
Calma
Si usted esta a punto de estallar mentalmente, silencie algunos instantes para pensar.
Si el motivo es alguna molestia en su cuerpo, la intranquilidad lo empeora.
Si la razón es la enfermedad en algún ser querido, su descontrol es factor agravante.
Si usted sufrió perjuicios materiales, la actitud de reclamo es como bomba retardada.
Si perdió algún afecto, la queja hará de usted una persona menos simpática, entre sus amigos.
Si perdió alguna oportunidad valiosa tiempo atrás, la inquietud es desperdicio de tiempo.
Si aparecen contrariedades, el acto de irritarse apartará de usted el concurso espontáneo.
Si usted practicó un error, la desesperación es puerta abierta para faltas mayores.
Si usted no alcanzó lo que deseaba, la impaciencia hará más larga la distancia entre usted y el objetivo a alcanzar.
Sea cual fuere la dificultad, conserve la calma, porque en todo
problema, la serenidad es el techo del alma, pidiendo el servicio por
solución.
André Luiz